Clima de negocios en Uruguay es el mejor en 10 años, dice encuesta entre empresarios

La consultora Exante relevó perspectivas positivas de ejecutivos pero al mismo tiempo advirtió que la inflación puede romper barrera del 10% en los próximos meses

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Montevideo — El clima de negocios percibido por la mayoría de los empresarios en Uruguay es “excepcional” por lo positivo y el mejor en más de 10 años, afirmó este miércoles la economista y socia de la consultora Exante, Tamara Schandy, durante un desayuno de trabajo que la firma organizó con clientes. Allí presentó los datos preliminares de la última Encuesta de Expectativas de la compañía realizada entre unos 300 altos ejecutivos, en la que el 89% sostuvo que el clima de negocios es bueno o muy bueno, y donde el 52% manifestó que la inversión de su compañía evolucionará en los próximos 12 meses.

Los datos son optimistas en relación a los estudios más próximos de la compañía, y marcan “un contraste muy fuerte” incluso en relación a la pre pandemia, dijo Schandy. La economista recordó que a principios de 2019 menos del 10% de los consultados opinaba que el clima de negocios era bueno y que en el eje del 60% lo consideraba “regular”. En cuanto a la inversión, en abril de 2019 menos del 15% de los consultados contestaba que preveía incrementar los volúmenes de inversión de su empresa.

Los socios de Exante relevan hace 12 años las expectativas de los empresarios uruguayos, en una encuesta que lleva 25 ediciones, explicó la economista. “Los resultados que estamos obteniendo en estas últimas mediciones son francamente excepcionales para la historia de más de 10 años del relevamiento”, dijo Schandy. Entre los factores más valorados, se repiten la seguridad jurídica, la promoción de inversiones, la estabilidad económica y los precios de los commodities.

Pese a las perspectivas positivas de los empresarios, las expectativas de rentabilidad de las empresas no son tan alentadoras como las de producción, y existe un “clima bastante cauteloso” sobre la contratación de personal”, dijo la economista. Mientras el 67% cree que la producción de su empresa aumentará, el 40% considera que su compañía evolucionará también en rentabilidad y el 32% en empleo.

Por su parte, entre los consultados, el 88% aprueba la gestión del gobierno.

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El crecimiento de la economía uruguaya fue analizado este miércoles por Florencia Carriquiry, otra de las socias de Exante. La consultora prevé para este año un crecimiento de 4,9% del Producto Interno Bruto (PIB) con “un efecto arrastre importante” de 2021, y para 2023 de 3,3% del PIB, dijo la economista,. Uruguay cerró el 2021 con un crecimiento de 4,4% del PIB.

Carriquiry afirmó que el aumento internacional de precios, con el incremento de la carne y los granos por un lado pero la importación de petróleo y fertilizantes por otro, está siendo positivo para Uruguay en términos de intercambio.

La economista planteó, a modo teórico, que solo por el incremento de los precios en niveles récord, de mantenerse el mismo volumen de colocaciones de bienes, en 2022 habrá un incremento de US$1.136 millones en el valor de las exportaciones en relación al año anterior. En cuanto a las importaciones, por efecto de los precios, supondría un incremento de US$858 millones.

Créditos y adquisiciones

El flujo de inversión extranjera directa fue en 2021 de 2,3% del PIB y es “una señal positiva”, dijo Schandy, aunque el número está todavía por debajo de los relevados entre 2012 y 2014. En tanto, el crédito a las empresas tuvo el año pasado un aumento de 7% en relación a 2020 y volvió a crecer después de cinco años de estancamiento. Entre febrero de 2021 y enero de 2022, el 68% de ese dinero fue destinado a grandes empresas, el 20% a medianas compañías, y el 12% a micro y pequeñas empresas.

Otro factor relevado por la consultora es una “mayor actividad de compraventa de empresas”. Exante también realiza un seguimiento de los acuerdos de operaciones entre empresas en Uruguay, que registró 11 fusiones y adquisiciones en el primer trimestre de 2022. Eso, según Schandy, lo posiciona como un año “movido” y lo permite encaminarse a al menos equiparar las 42 registradas el año anterior, ya por encima de las 31 de 2020 y las 19 de 2019. La economista explicó que este número no capta al 100% de los movimientos, ya que es un relevamiento propio del que pueden escapar de micro fusiones, pero defendió que de todos modos sirve como un termómetro de la actividad.

Inflación, salarios y política monetaria

La mayor inflación asociada al actual escenario es uno de los puntos de tensión a nivel doméstico en el horizonte de la política económica uruguaya, en sintonía con lo que ocurre en otros países de la región, en Estados Unidos y en Europa. Esto, a su vez, puede repercutir en un enlentecimiento de la recuperación de los ingresos reales de los asalariados.

El economista Pablo Rosselli analizó la marcha de la inflación y advirtió sobre la falta de consistencia entre las políticas macroeconómicas ante el actual shock de precios. Según las estimaciones de Exante, la inflación “se va a acercar” y “puede inclusive superar” el 10% en los próximos meses, dijo. El Índice de Precios al Consumo se ubicó en 9,38% interanual en los 12 meses cerrados a marzo.

“En la respuesta de la política económica a la inflación aparecen algunas señales inconsistentes”, dijo Rosselli. “Esa suba de la inflación nos hace pensar que su reducción nos va a tomar más tiempo, y también nos tiene que hacer pensar que la consecución de otros objetivos va a tomar más tiempo”, dijo al señalar la recuperación salarial. En 2022 los salarios privados van a ser 4% más bajos que antes de la pandemia y los públicos un 3%, señaló el economista.

“Nos parece que es una señal que no ayuda a la contención de las expectativas de inflación volver a convocar negociaciones salariales que reindexen salarios que habían aceptado una indexación más tardía a la suba de la inflación. Tampoco es una señal muy razonable ante un pico inflacionario aumentar el gasto público”, insistió. El economista explicó que su afirmación no pasa por una cuestión de sostenibilidad fiscal, que no ve comprometida, sino de decisiones que pueden “dificultar” el papel de la política monetaria para bajar la inflación.

El residente Luis Lacalle Pou anunció el lunes 18 un aumento para pensiones y salarios públicos, mientras el gobierno también promoverá la convocatoria del Consejo Superior Tripartito para adelantar ajustes en el sector privado.

En diálogo con Bloomberg Línea el jueves pasado, el presidente del Banco Central, Diego Labat, dijo que las últimas medidas “no deberían tener efectos materiales en la inflación” y también afirmó que las políticas macroeconómicas mantienen su consistencia.

Uruguay se beneficia de un contexto actual de materias primas en valores altos pero en el mediano plazo los precios de los commodities tienden a caer en términos reales en relación a otros productos de consumo, dijeron los socios de Exante.

Rosselli también planteó en su presentación algunas de las reformas pendientes que debe encarar Uruguay, entre las que mencionó a la seguridad social, un avance en la inserción internacional y también la legislación laboral más flexible. “Necesitamos reformas pero el problema que tiene Uruguay es que nos cuesta encarar reformas”, dijo el economista.

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