Bloomberg — Rusia detuvo los flujos de gas a Polonia y Bulgaria en una escalada importante, y dijo que mantendrá los suministros cortados hasta que los dos países acepten las demandas de Moscú de pagar el combustible en rublos.
Los precios del gas en Europa subieron un 20% por la repentina decisión de Rusia de convertir sus vastos recursos energéticos en un arma contra los aliados de Ucrania. Pero los precios bajaron más tarde cuando se supo que algunas empresas europeas han tomado medidas para acceder a las demandas de Moscú, reduciendo el riesgo de un corte más amplio.
La Unión Europea aún no ha respondido, más allá de calificar la medida de Moscú de “chantaje” y celebrar una reunión. Alemania, el país que más depende del gas ruso, no ha tomado ninguna medida. La semana pasada, el bloque dejó la puerta abierta a un posible compromiso, pero la medida de cerrar los grifos a los dos miembros de la UE probablemente hace que la solución sea menos aceptable políticamente.
La capacidad de la UE para permanecer unida ahora puede ponerse a prueba: a medida que los plazos de pago comienzan a vencer, los gobiernos y las empresas de toda Europa deben decidir si cumplir con las nuevas reglas o enfrentar la perspectiva del racionamiento de gas.
El mes pasado, el presidente Vladimir Putin sorprendió a los gobiernos y mercados europeos al exigir que el gas se pague en rublos a través de un mecanismo complicado que implica la creación de dos cuentas bancarias vinculadas para manejar la transacción de divisas. En principio, la UE rechazó la demanda, diciendo que violaría las sanciones y fortalecería la mano de Rusia.
Pero la semana pasada sugirió que las exenciones pueden ser posibles. Uniper SE (UN01), un comprador masivo de gas ruso, ha dicho que cree que puede seguir comprando gas sin violar las sanciones.
Según una persona cercana al gigante ruso del gas Gazprom PJSC (GAZP), cuatro compradores europeos de gas ya han pagado los suministros en rublos y 10 empresas han abierto cuentas en Gazprombank que les permitirían cumplir con las nuevas reglas de pago.
La próxima serie de pagos vence en la segunda quincena de mayo, según la persona. Todos los ojos están puestos en Alemania e Italia, ambos fuertemente dependientes de la energía rusa. El presidente de la Duma estatal (una asamblea rusa con funciones consultivas o legislativas) pidió el miércoles que otros países también sean cortados.
“Deberíamos hacer lo mismo con otros países que no son amistosos con nosotros”, dijo Vyacheslav Volodin en una publicación de Telegram.
El Cálculo de Putin
La táctica de Putin casi elimina del conjunto de herramientas potenciales de la UE la opción de sancionar el gas ruso. Los embajadores europeos se reúnen el miércoles y se espera que se discutan las opciones para prohibir el petróleo.
Cuando anunció por primera vez la demanda, Putin dijo que cambiar a rublos ayudaría a proteger los enormes ingresos del gas de Rusia de sanciones o incautaciones por parte de la UE. La medida también parecía tener como objetivo garantizar que Gazprombank, uno de los pocos grandes bancos estatales que no recibió las sanciones más severas, permaneciera prácticamente intacto.
Putin también ha destacado repetidamente los costos económicos y políticos de los precios más altos de la energía en Europa, lo que sugiere que el Kremlin puede creer que los gobiernos occidentales no podrán resistir la presión interna de un corte mientras Moscú pueda.
Advertencia de tránsito
Gazprom también advirtió a Polonia y Bulgaria, que son países de tránsito del gas ruso, que si desvían el gas destinado a otros, la compañía reducirá los flujos de tránsito.
Este es el primer corte a Europa desde que las disputas sobre los precios del gas entre Rusia y Ucrania en 2006 y 2009 provocaron interrupciones en el suministro a las naciones europeas. La segunda interrupción, en el gélido invierno de 2009, duró casi dos semanas y detuvo todo el tránsito de gas a la UE a través de Ucrania, lo que llevó a las naciones a apresurarse para encontrar suministros. Eslovaquia y algunos países balcánicos tuvieron que racionar el gas, cerrar fábricas y cortar el suministro eléctrico.
Polonia ha dicho que tiene suficiente gas almacenado y que los consumidores no sentirán el golpe. Bulgaria ha asegurado suministros para “al menos un mes”, dijo el ministro de Energía, Alexander Nikolov, a los periodistas en Sofía.
“Está claro que en este momento el gas natural se usa más como un arma política y económica en la guerra actual y no en el contexto de las relaciones legales y comerciales”, dijo Nikolov.
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Este artículo fue traducido por Miriam Salazar