Bogotá — Luego de que este martes se conocieran las cifras oficiales de pobreza monetaria y extrema en Colombia para 2021, Fedesarrollo salió nuevamente a contradecir al Dane y a decir que los datos correspondientes a las zonas rurales no estaban bien.
Para contextualizar lo anterior, vale decir que según el Dane, en el total nacional, en 2021 la pobreza monetaria alcanzó al 39,3% de la población colombiana (19,6 millones), una reducción de 3,2 puntos porcentuales (pps) frente al 42,5% de 2020 cuando 21 millones de personas estaban en esta condición.
Al desagregar los datos, la entidad estadística dijo que la pobreza monetaria cayó en las ciudades, pero aumentó en las zonas rurales respecto a 2020. Así las cosas, las cifras oficiales dicen que la pobreza en las ciudades bajó de 42,4% en 2020 a 37,8% en 2021, mientras que en la ruralidad subió de 42,9% a 44,6%. Para Fedesarrollo la pobreza rural no subió, sino que bajó.
De acuerdo con los cálculos de Fedesarrollo, “que acogen las cifras oficiales para todos los años excepto 2020, en el cual se ajusta la línea de pobreza rural, la pobreza monetaria en Colombia se redujo de 43,4% en 2020 a 39,3% en 2021, 4,1 puntos porcentuales (pps) (Dane: -3,2 pps), y la pobreza monetaria rural cayó de 46,8% a 44,6% en el mismo periodo, 2,2 pps (Dane: +1,7 pps)”.
Para Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, “un aumento de la pobreza rural en 2021 es difícil de conciliar con el crecimiento de la agricultura de 2,4% en ese año, el aumento de la ocupación en el agro de 162.000 empleos y, especialmente, con el aumento de los ingresos laborales rurales de 10,8% nominal (4,9% real) y el mantenimiento de las ayudas institucionales durante 2021″.
Los argumentos de Fedesarrollo
El centro de pensamiento expuso que tanto el comité de expertos como el Dane “no abordaron el problema de representatividad que señalamos en su momento sobre el cálculo de la línea de pobreza rural, que desde 2019 se hace con base en la evolución del índice de precios al consumidor (IPC) de 5 ciudades del suroriente del país con 140.000 habitantes”.
A lo anterior agregó que en 2020, de acuerdo con las cifras del Dane, el IPC de Inírida, Leticia, Mitú, San José del Guaviare y Puerto Carreño tuvo una variación de -5,3%, producto de subsidios en los servicios públicos de agua y energía en esos 5 municipios que redujeron el precio del agua en un 81% y el de energía en un 98%.
Con base en lo expuesto Mejía dijo que “la pregunta de fondo es si lo que ocurrió en el IPC de esos 5 municipios en 2020 es representativo de lo que pasó con la variación en la canasta de bienes y servicios de los 11,8 millones de habitantes en la ruralidad del país. Nuestra respuesta es que muy probablemente no, pues en el total nacional la variación en los precios del agua en 2020 fue de +2,75% y en energía de +2,91”.
¿Qué dice el Dane?
Juan Daniel Oviedo, director del Dane, respondió a Bloomberg Línea que “la verdad no vemos necesario manifestarnos al respecto. Fedesarrollo está reconociendo la oficialidad de todas las cifras de la serie de pobreza monetaria para el período 2012-2021, excepto la de 2020. Así las cosas, el resultado de Fedesarrollo para 2021 coincide con el oficial provisto por el Dane”.
Oviedo continuó diciendo que “en relación con la aproximación propia de Fedesarrollo para la línea de pobreza rural, esta discusión se solventó en el comunicado del Comité de Expertos de Pobreza de mayo 21 de 2021. Estamos siempre abiertos al reconocimiento de las apreciaciones metodológicas de Fedesarrollo, pero no podemos olvidar que la oficialidad de las cifras, según la institucionalidad de medición de pobreza, definida en el CONPES 150 de 2012, está en el Dane”.