Bloomberg — Durante semanas, los seguidores de la teoría conspirativa marginal QAnon han estado difundiendo teorías y falsedades sobre Walt Disney Co. (DIS), provocando un frenesí de sentimientos negativos contra una de las empresas más reconocidas de Estados Unidos.
Publicaciones en Facebook (FB), Twitter (TWTR) y varias otras plataformas han afirmado falsamente que la compañía ha perdido US$636 millones en reservas para los parques temáticos y que 350.000 personas han cancelado sus suscripciones al servicio de streaming Disney+. Algunas incluso han publicado enlaces a un artículo falso que afirma que el CEO de Disney, Bob Chapek, fue detenido por tráfico de personas y pornografía infantil.
Aunque muchos de los mensajes han sido retirados y desmentidos por sitios web como Politifact y FactCheck.org, eso no ha frenado la virulencia contra la compañía en los foros y canales de Telegram donde operan los creyentes en QAnon. Algunos de los comentaristas incluso han tomado una página del movimiento de las acciones meme, compartiendo estrategias poco elaboradas para hundir las acciones de Disney.
“Son todas tonterías, pero a los creyentes de Q les encanta este tipo de cosas, porque les da algo contra lo que luchar”, dijo Mike Rothschild, autor de The Storm Is Upon Us (La tormenta se cierne sobre nosotros), un libro sobre QAnon.
Disney ya había provocado la ira del gobernador de Florida, Ron DeSantis, y de otros conservadores por su oposición a un proyecto de ley escolar que prohíbe la discusión sobre orientación sexual entre los estudiantes de menor edad del estado. DeSantis firmó una ley el 22 de abril que disuelve un distrito municipal especial que Disney ha utilizado para operar sus parques temáticos en Florida desde fines de la década de 1960. Su portavoz dijo que el gobernador “no se deja guiar” por los sitios web populares entre los seguidores de QAnon.
Las acciones ya estaban bajo presión antes de que estallara la disputa de DeSantis, y la caída del 25% que registraba Disney este año hasta el martes fue más del doble que la del índice S&P 500. Sin embargo, un punto de atención clave para los inversionistas ha sido el negocio de streaming de la compañía, especialmente desde el desastre de los resultados de Netflix Inc. (NFLX) la semana pasada.
QAnon es un movimiento político de extrema derecha que nació a partir de la creencia de que una conspiración secreta de pedófilos demócratas se está apoderando del país. Se hizo famoso por inspirar a un hombre a disparar contra una pizzería en Washington, D.C., creyendo que era un centro para prostitución infantil.
Los creyentes, que ya estaban convencidos de que había un amplio complot dentro de la sociedad para atacar a los niños, han adoptado una retórica cada vez más hostil dirigida a Disney, en particular después de que salieran a la luz vídeos internos de empleados discutiendo sus esfuerzos para obtener una mayor representación para los personajes LBGTQ.
Este artículo utilizó información recopilada durante dos meses de más de dos docenas de sitios web, cuentas de redes sociales y grupos de discusión en línea que tienen vínculos explícitos con QAnon o una teoría conspirativa relacionada. Bloomberg no identifica los sitios o foros para no perpetuar afirmaciones falsas.
El proyecto de ley que disuelve el distrito especial de Disney fue anunciado en un sitio como una señal de que la compañía estaba siendo “hundida en el mar por su perversidad”. Una manifestación cerca de Disney World, promovida en los canales de QAnon, atrajo a docenas de manifestantes, aunque un usuario de las redes sociales afirmó de forma inexacta que habían bloqueado la entrada al parque temático. Al evento, transmitido en directo, asistieron figuras de extrema derecha como Laura Loomer, candidata al Congreso de Estados Unidos. Otros partidarios han abogado por bombardear la línea de reservas de hoteles de Disney con llamadas telefónicas para cerrarla.
Los partidarios de QAnon, que operan en sitios web y redes sociales, afirman que la oposición de Disney al proyecto de ley de Florida, y sus diversas iniciativas sobre la diversidad, son intentos de grooming. Ese término se utilizó durante mucho tiempo para describir las tácticas de los abusadores de niños, pero algunos conservadores lo han utilizado para describir lo que consideran un adoctrinamiento para la aceptación de homosexuales y transexuales.
La experiencia de Netflix
Los seguidores de QAnon se han inmiscuido en cuestiones de negocios antes, más notablemente cuando el grupo agitó contra los confinamientos y los mandatos de la vacuna contra el Covid-19. En 2020, un esfuerzo concertado por múltiples creyentes de QAnon contra la película de Netflix Cuties se extendió ampliamente, al punto que un grupo bipartidista de senadores enviaron cartas separadas al CEO Reed Hastings exigiendo respuestas sobre la película, que se centró en las niñas preadolescentes y su sexualidad. Algunas empresas de investigación creen que el alboroto redujo el crecimiento de suscriptores de Netflix. Netflix no respondió a una solicitud de comentarios.
Rara vez QAnon ha apuntado a un gigante corporativo individual durante un período tan sostenido como el actual fervor por Disney. Los miembros discuten formas de intentar derribar a la compañía de entretenimiento, desde boicots hasta la idea de comprar opciones de venta, que teóricamente ejercerían presión sobre las acciones de la compañía. Otros han intentado establecer una conexión entre la traficante sexual condenada Ghislaine Maxwell y Disney, afirmaciones que fueron desacreditadas por Associated Press.
Los creyentes de QAnon no son el único grupo marginal en línea que se ha unido a la campaña contra Disney. Algunos de los grupos antivacunas más destacados de Internet también han abogado contra la compañía. Natural News, un sitio web antivacunas acreditado como uno de los principales difusores de teorías conspirativas mucho antes de la pandemia, ha publicado en los últimos meses afirmaciones sin fundamento sobre Disney.
El furor es el más reciente capítulo de una batalla que también incluye las mascarillas en las escuelas y la teoría crítica de la raza, parte de la guerra cultural más amplia que se ha desarrollado en torno a los derechos parentales en Estados Unidos, dijo Angelo Carusone, director ejecutivo de la organización progresista Media Matters for America.
Disney, el hogar de Mickey Mouse, las princesas de Frozen (Frozen: Una aventura congelada) y la exitosa canción We Don’t Talk About Bruno (No se habla de Bruno), es un objetivo para los teóricos de la conspiración debido a su dominio cultural, según Carusone. “Si no fuera Disney, no habría habido la misma respuesta visceral”, dijo.
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