Un Diego Rivera y zapatos Prada incautados en redada contra magnate ruso Deripaska

Autoridades federales sospechan que el multimillonario ruso Oleg Deripaska ha estado evadiendo las sanciones de EE.UU.

Oleg Deripaska, multimillonario ruso, reacciona durante una sesión del panel en el tercer día del Foro Económico Internacional de San Petersburgo (SPIEF) en San Petersburgo, Rusia, el viernes 4 de junio de 2021. Fotógrafo: Andrey Rudakov/Bloomberg
Por Christian Berthelsen, Chris Strohm y Jonathan Browning
25 de abril, 2022 | 05:57 PM

Bloomberg — Una pintura de Diego Rivera. Un par de zapatos Prada. Una gorra de béisbol.

El FBI no dijo por qué incautó esos objetos y otros más en redadas realizadas en octubre pasado, pero sus razones se están aclarando ahora: las autoridades federales sospechan que el multimillonario ruso Oleg Deripaska ha estado evadiendo las sanciones de los Estados Unidos.

Deripaska ha sido sancionado desde 2018 por sus vínculos con el líder ruso Vladimir Putin, y las incautaciones en una mansión de Washington y una casa adosada de Nueva York vinculadas a él se llevaron a cabo antes de la invasión de Ucrania. Pero la investigación de los activos de Deripaska es ahora parte de una escalada de medidas estadounidenses contra rusos ultra ricos sospechosos de lavar dinero y ocultar activos para ayudar a financiar el régimen de Putin.

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Las redadas fueron pasos clave para desenterrar información que pueda determinar si, y cómo, Deripaska movió dinero. Entre los objetos que se llevaron de las propiedades de Nueva York y Washington había media docena de obras de arte, gafas de sol, botas de montaña, artículos para el hogar, registros financieros, facturas de teléfono y otros documentos, según las personas, que pidieron no ser identificadas porque la investigación no se ha hecho pública.

Mansión en Washington, D.C.

La investigación sobre Deripaska forma parte ahora de un grupo especial del Departamento de Justicia de EE.UU. denominado “KleptoCapture”, según el fiscal federal de Nueva York Andrew Adams, que dirige el grupo.

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“A medida que Rusia y su agresión continúan, tenemos nuestros ojos puestos en cada pieza de arte y bienes raíces comprados con dinero sucio”, dijo la vicefiscal general Lisa Monaco en una reciente conferencia de prensa.

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En 2020, cuando Deripaska estaba en una batalla legal para conseguir el levantamiento de las sanciones, dijo en una presentación judicial que el gobierno de EE.UU. no había podido probar las alegaciones que llevaron al Departamento del Tesoro a poner su nombre en una lista de rusos ricos que se enfrentan a sanciones. Su demanda fue desestimada por un juez federal el año pasado.

Una portavoz de Deripaska rechazó las alegaciones de Estados Unidos y la sugerencia de vínculos con Putin o las propiedades allanadas. “Ni una sola investigación sobre el Sr. Deripaska ha aportado pruebas que apoyen las mentiras y las acusaciones infundadas contra él”, dijo en un comunicado. “Pensar que la incautación de gorras de béisbol y zapatos en casas que ni siquiera pertenecen al señor Deripaska de alguna manera hará que esas mentiras sean más creíbles, es absurdo”.

Las conclusiones de las sanciones del Departamento del Tesoro de 2018 contra Deripaska hicieron hincapié en sus vínculos con Putin. El magnate ha viajado con un pasaporte diplomático ruso y ha actuado como emisario de Estado bajo la dirección de Putin. Los hombres son tan cercanos que funcionarios del Tesoro alegan que Deripaska lavó dinero a través de su compañía para Putin y mantuvo activos en su nombre.

El multimillonario ha dicho en documentos judiciales que las acusaciones de que lavó fondos y mantuvo activos para Putin eran falsas. En un post de Instagram de 2019, dijo que las sanciones “se me han impuesto arbitrariamente por razones políticas.”

Lucha legal

Deripaska, que hizo su fortuna dirigiendo una de las mayores empresas de aluminio del mundo, perdió su batalla legal para que las sanciones le fueran levantadas. En su demanda de 2019, calificó las restricciones de injustas y dijo que habían borrado miles de millones de dólares de su riqueza. El mes pasado, un tribunal de apelaciones confirmó la desestimación de la demanda por parte del juez.

Deripaska se ha manifestado en contra de la guerra de Rusia contra Ucrania, haciendo un llamamiento a la paz y describiendo el conflicto como una “locura” en publicaciones en la aplicación de mensajería Telegram.

En el momento de las redadas de octubre, Deripaska emitió un comunicado en el que reconocía sus vínculos con las propiedades de Nueva York y Washington, pero dijo que pertenecían a familiares y denunció la investigación del gobierno.

Deripaska y las empresas que controla, entre ellas el productor de aluminio United Co. Rusal (RUAL) y EN+ Group (ENPG), se convirtieron en objetivos de las autoridades estadounidenses a raíz de la intromisión rusa en las elecciones presidenciales de 2016. Se encontraban entre las decenas de ciudadanos y empresas rusas sancionadas en 2018 por el Departamento del Tesoro, que alegó que habían contribuido a “actividades malignas a nivel mundial”, incluida la invasión de Crimea, en el sureste de Ucrania, en 2014.

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El departamento alegó que Deripaska había actuado en nombre de un “alto funcionario del gobierno de la federación rusa”, en medio de otras acusaciones que incluyen el lavado de dinero, la extorsión, el chantaje, el soborno, la participación en el crimen organizado y la orden de asesinato de un rival de negocios.

Las sanciones contra las empresas de Deripaska agitaron los mercados mundiales de metales, lo que llevó a un acuerdo meses más tarde para levantar el bloqueo contra ellas después de que él aceptara reducir su participación en la propiedad y renunciar al control. Pero se mantuvieron las sanciones contra él en lo personal.

Como parte de la fallida demanda de Deripaska, el Tesoro alegó en documentos judiciales que el alto funcionario no identificado para el que actuaba era el propio Putin. Dijo que Deripaska una vez canceló una oferta pública de su compañía para ocultar “el lavado de dinero del presidente ruso Vladimir Putin a través de la compañía, tan recientemente como en septiembre de 2017″, y que tan recientemente como en 2016 Deripaska había estado manteniendo activos y lavando fondos en nombre de Putin.

Según el resumen no clasificado del Tesoro, Deripaska utilizaba su actividad empresarial como tapadera para transferir fondos para el uso personal de Putin. Y en múltiples ocasiones, dice el sumario, Deripaska financió proyectos estatales bajo la dirección de Putin, incluyendo una inversión de US$800 millones en los Juegos Olímpicos de Sochi de 2014.

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La portavoz de Deripaska dijo que “efectivamente se ha reunido con el señor Putin, así como con otros funcionarios del gobierno en diferentes ocasiones, al igual que cualquier otro industrial de su escala en cualquier país del mundo. Esto es una cuestión de registro público. Pero insinuar cualquier “relación especial” es simplemente una tontería”. Es un error describirlo como “aliado de Putin”, dijo.

Para incautar bienes en el marco de la aplicación de sanciones, los agentes del FBI “tienen que demostrar que se ha cometido un delito y que la zona que se va a registrar contiene pruebas de un delito, frutos del delito o bienes para su uso en un delito”, dijo Emil Bove, ex fiscal federal de la unidad de seguridad nacional de la Fiscalía de Manhattan que ahora ejerce la práctica privada. “La orden judicial sólo les autorizaría a llevarse las pruebas si coincidieran con una de esas cajas. Los agentes no habrían incautado los artículos en virtud de esa orden si no creyeran que los artículos encajan en una de esas categorías.”

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Incautación de arte, registros

En la redada de Nueva York, los agentes del FBI buscaban documentos relacionados con una entidad llamada Gracetown Inc, dijeron personas familiarizadas con el asunto. Los registros estatales muestran que Gracetown fue constituida en 2006 por el empresario británico Graham Bonham Carter, su CEO, quien es primo segundo de la actriz Helena Bonham Carter.

Según los registros de Nueva York, Gracetown ha gestionado los pagos del impuesto sobre la propiedad de la casa adosada de Greenwich Village asociada a Deripaska desde 2013.

El mes pasado, un juez del Reino Unido congeló cinco cuentas bancarias de Bonham Carter a petición de las fuerzas del orden británicas, que dijeron que el dinero que había en ellas parecía proceder de Deripaska. No estaba claro si las cuentas eran comerciales o personales. Bonham Carter trabajaba como gestor inmobiliario en Londres para una empresa llamada Terra Services Ltd., que también era propiedad de Deripaska.

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Al tratar de congelar las cuentas bancarias de Bonham Carter, la Agencia Nacional contra el Crimen del Reino Unido dijo en una declaración pública que había “motivos razonables” para sospechar que el dinero que había en ellas procedía de fondos blanqueados que se remontaban a Deripaska. Las cuentas contenían unas $110.000 libras esterlinas, o menos de US$150.000. Un abogado de Bonham Carter declinó hacer comentarios.

Valores de la propiedad

Las propiedades de Nueva York y Washington se compraron en 2006, mucho antes de las sanciones, y son propiedad de diferentes empresas ficticias de Delaware. Aunque Deripaska ha reconocido sus vínculos con las casas, no está claro si tiene una conexión con las empresas ficticias.

La casa de Greenwich Village, comprada por US$4,5 millones, es propiedad de Lucina International, según los registros. Recientemente fue tasada en más de US$13,7 millones. La casa de Washington se compró por US$15 millones y está en manos de Hestia International, según los registros.

Ambas propiedades parecen estar ahora prácticamente desocupadas.

La mansión de dos pisos, de color blanco, no muy lejos del arbolado barrio de Embassy Row de Washington, parecía algo descuidada en un reciente día de primavera. La maleza crecía en un patio lateral y la única señal de actividad eran seis cajas entregadas por una empresa de equipos de telecomunicaciones dirigidas a un tal “Carter Graham”, una aparente circunvalación de Graham Bonham Carter.

En Greenwich Village, la casa adosada de ladrillo también parecía vacía. Un aviso de la compañía de servicios públicos en la puerta principal advertía de que pronto se cortarían el gas y la electricidad si no se pagaba el saldo pendiente de US$400.

Con la asistencia de David Gillen.

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Este artículo fue traducido por Andrea González