Colombia se ha convertido en el epicentro de una batalla legal por el uso comercial del nombre del ya fallecido cofundador de Apple, Steve Jobs. El asunto lleva cuatro años entre las autoridades nacionales y ahora el Consejo de Estado tendrá que determinar a quién entrega o no la posibilidad de explotar el nombre en el país.
Como protagonista está su viuda y la multimillonaria Laurene Powell Jobs, quien creó The Steve Jobs Archive, LLC, una empresa registrada en 2015 en Estados Unidos, y con la que quiere blindar el nombre en todas sus posibilidades. Esta compañía ha dado peleas globales para registrar el nombre. Una de ellas, por ejemplo, se definió en 2019 cuando ganó el derecho de la propiedad del dominio stevejobs.com ante la ‘ciberocupación’ de un usuario ubicado en Corea del Sur.
En 2018, The Steve Jobs Archive, LLC interpuso una solicitud para registrar la marca Steve Jobs ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) para distinguir productos en el país en sectores como prendas de vestir, calzado, juegos, telecomunicaciones, servicios de construcción, educación, servicios tecnológicos y aparatos e instrumentos científicos, entre otros.
Ese mismo año, el emprendedor Vincenzo Barbato también quiso registrar la marca y, por eso, se oponía a que Powell registrara esa marca en el país. Barbato es un viejo conocido de Apple y de la familia Jobs. El Instituto de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, que hace parte de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (OPIUE), le dio la razón al diseñador de modas Vincenzo y a su hermano, Giacomo, en 2013 para explotar el nombre del cerebro de Apple en Europa. Los planes de los hermanos Barbato van desde la creación de una línea de ropa con el nombre de Steve Jobs hasta la comercialización de teléfonos celulares con el nombre de Jobs, pero con tecnología Android.
La SIC estudió el caso en una primera instancia y determinó que ninguno de los dos tiene la razón. Por un lado, no fue claro para le entidad de que, en el caso de Powell, porque no se comprueba que la empresa que solicita el registro de la marca cuenta con la autorización de todos los titulares de derechos. Es decir, no se constató que tenga la autorización de todos los herederos de Jobs.
Por su parte, en el caso de Vincezo, quien reclama por tener el nombre en Europa, la SIC le negó el registro. En su caso, aseguró que esa decisión que tomó en su momento la OPIUE no se puede extender a países diferentes “puesto que el derecho al uso exclusivo sobre una marca está dado por el registro de la misma ante la oficina nacional competente de cada país y se circunscribe a dicho territorio”.
Además, en criterio de la SIC, la petición del italiano no se puede registrar y acude a la Comisión de la Comunidad Andina en la que asegura que no se puede tener propiedad del nombre por no tener el consentimiento de los herederos de la persona, entre ellos, Powell.
En el 2021, la misma Superintendencia de Industria y Comercio selló el debate ahí con la decisión de la apelación a esta decisión, primero porque Powell no acreditó ser la heredera del fallecido Jobs, y por el otro lado, el diseñador italiano no puede hacer el registro si no tiene el visto bueno de los herederos.
Al conocer la decisión, The Steve Jobs Archive, LLC decidió seguir en el pleito y esta vez en contra de la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) en el Consejo de Estado, que tendrá la última palabra. Este año, la firma de abogados Lloreda y Camacho, como apoderada de la empresa estadounidense, demandó ante la Sección Primera del alto tribunal para que se le entregue finalmente el registro de la marca Steve Jobs, donde el magistrado ponente será Oswaldo Giraldo López.