Bloomberg — El petróleo caía al comienzo de la semana por la preocupación de que un brote de Covid-19 que se está extendiendo en el principal consumidor, China, sea un lastre en la demanda mundial.
Los futuros del West Texas Intermediate (WTI) cayeron más de 5% y cotizaban por debajo de los US$97 el barril, en medio de la caída de las acciones y de otras materias primas. El aumento de los casos en Pekín desató el temor a un confinamiento sin precedentes de la capital, mientras que Shanghái registró un récord de muertes diarias durante el fin de semana. El mayor importador de crudo del mundo se enfrenta a la peor crisis de demanda de petróleo desde los primeros días de la pandemia.
Los problemas de China con el Covid-19 añaden otra fuente de volatilidad a un mercado del petróleo que ha sido azotado por la invasión rusa de Ucrania. La guerra ha avivado la inflación, y la Unión Europea está debatiendo medidas para restringir las importaciones de petróleo de Rusia.
China ha puesto en marcha confinamientos en varias ciudades en el marco de su estrategia Covid-19 Zero (Covid-19 Cero). Los residentes de un distrito de Pekín tuvieron que someterse a tres días de pruebas a partir del lunes, en un intento de frenar los casos en la zona. A medida que aumentan los riesgos para el consumo, los gestores de dinero se han vuelto los menos alcistas sobre el WTI desde abril de 2020, mes en el que los precios se volvieron negativos.
“La gran historia del petróleo sigue siendo China”, dijo Keshav Lohiya, fundador de la consultora Oilytics. “El golpe a la demanda interna será significativo si Pekín sigue la ruta de Shanghái”.
El mercado se prepara para más oferta, lo que suma a las señales bearish (bajistas). Se espera que Libia reanude la producción de los yacimientos cerrados en los próximos días, mientras que la terminal petrolera CPC, en la costa rusa del Mar Negro, ha reanudado sus operaciones regulares tras la reparación de uno de los dos amarres dañados por una tormenta.
Este artículo fue traducido por Andrea González