Guerra de propaganda sobre la destrucción de Mariúpol apenas comienza

Se ha producido una feroz competencia por los hashtags de Twitter, incluido el nombre de Mariúpol, para apropiarse de la narrativa del asedio de más de 52 días

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Bloomberg — La decisión de Rusia de sellar la fábrica de acero donde los defensores restantes de Mariúpol han hecho su última resistencia puede marcar el final de la batalla por el control de la ciudad portuaria. Sin embargo, la guerra propagandística por su captura no ha hecho más que comenzar.

Se ha producido una feroz competencia por los hashtags de Twitter (incluido el nombre de Mariúpol) para apropiarse de la narrativa del asedio de más de 52 días, dominada inicialmente por los canales y las voces pro-ucranianas, pero cada vez más (cuando las tropas rusas comenzaron a tomar la ciudad) desafiada por los partidarios de Moscú.

Como lo demostró la investigación de las denuncias de violaciones, ejecuciones y otros posibles crímenes de guerra después de que las tropas rusas se retiraran a finales del mes pasado de ciudades del norte como Bucha, cerca de la capital, Kiev, la posesión de los sitios es lo más importante. Con su dominio en Mariúpol, Rusia tiene una mano más libre en sus esfuerzos por controlar y presentar cualquier hallazgo sobre lo ocurrido allí.

Esto es cada vez más importante para el Kremlin, ya que sólo en Mariúpol ha habido una base teórica para pintar la invasión de Rusia como (en palabras del presidente Vladimir Putin) un esfuerzo “noble” para rescatar a los rusos étnicos del fascismo. La ciudad es donde el batallón derechista Azov, una antigua milicia de voluntarios con una infame insignia similar al “Wolfsangel” de los nazis, ha luchado hasta el final.

Evitar una repetición mayor de las revelaciones de Bucha (y, de hecho, acusar a los defensores ucranianos de Mariúpol de crímenes) es ahora un foco crítico para la maquinaria de mensajes de Putin en casa.

Esto es aún más importante cuando se acerca el desfile anual del Día de la Victoria en Moscú, el 9 de mayo, para celebrar la derrota de la Unión Soviética contra la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, en el que se espera que el presidente ruso pregone el éxito y la necesidad de la guerra a la gente que se enfrenta a la agitación económica de las sanciones sin precedentes de Estados Unidos y sus aliados.

La representación de la “liberación” y la “desnazificación” de Mariúpol ha sido fuertemente promocionada y a la vez fuertemente controlada dentro de Rusia, contribuyendo potencialmente a un aumento del apoyo público a Putin desde el comienzo de la invasión, incluso si hay dudas sobre la fiabilidad actual de las encuestas.

Parte de la campaña es difundida por cuentas y bots prorrusos en Twitter (TWTR) y Telegram, a menudo subtitulando clips de los canales de noticias estatales para llegar a un público internacional más amplio en inglés. En ocasiones, los diplomáticos se han involucrado, como cuando la embajada rusa en el Reino Unido publicó un tuit (que posteriormente fue retirado) para argumentar que las víctimas del bombardeo del 9 de marzo en el Hospital de Maternidad nº 3 de Mariúpol habían sido escenificadas.

La embajada rusa en Singapur publica diariamente en su página de Facebook resúmenes en inglés de la cobertura de la guerra por parte de los medios de comunicación rusos. También denuncia las supuestas noticias “falsas” sobre Ucrania fuera de Rusia.

Un informe de Mythos Labs, un grupo que trata de contrarrestar las narrativas dañinas en línea, descubrió al comienzo de la guerra que el volumen de tuits relacionados con Ucrania de cuentas que difunden desinformación prorrusa había aumentado un 1.000% en sólo dos semanas.

Twitter dijo el 5 de abril que había eliminado 100.000 cuentas desde que comenzó la guerra. También dejó de amplificar las publicaciones de los gobiernos “que limitan el acceso a la información libre y participan en conflictos armados interestatales”.

Los argumentos de Rusia han sido recogidos por los medios de comunicación estatales de países como China, incluida la acusación de que los ucranianos escenificaron ejecuciones en Bucha (desmentida desde entonces por imágenes de satélite). Pero hasta ahora hay pocos indicios de que la campaña haya podido socavar el apoyo a Ucrania en Europa, Estados Unidos u otras naciones que han condenado la invasión del 24 de febrero.

La decisión del jueves de evitar una batalla final en Mariúpol puede ser parte de los esfuerzos de control de información de Rusia para su propio pueblo.

El reciente éxito de Ucrania en el hundimiento del Moskvá, el buque insignia de la Flota del Mar Negro de Rusia, fue un golpe de prestigio, según una persona cercana al Ministerio de Defensa. Evitar grandes bajas rusas en una batalla palmo a palmo por el control de la extensa planta siderúrgica Azovstal de Mariúpol sería importante, dijo la persona, que pidió no ser identificada al hablar de asuntos sensibles.

Al mismo tiempo, ya han comenzado las investigaciones rusas sobre lo que el Kremlin ha calificado de posibles crímenes de guerra ucranianos en Mariúpol. La agencia RIA Novosti, controlada por el Estado, mostró a los investigadores fotografías de los daños en un hospital de la ciudad, donde los combatientes rusos afirmaron (lo que fue imposible de verificar) que los civiles habían sido abatidos por francotiradores ucranianos.

En un reportaje del 14 de abril de TeleSur, el canal de noticias en inglés con sede en Caracas y cofinanciado por Cuba, Nicaragua y Venezuela para ofrecer una alternativa a los canales mundiales como la BBC o la CNN, un reportero recorrió las ruinas del teatro de Mariúpol, destruido en medio de constantes ataques aéreos. Citó, sin examinarlo, la afirmación de Rusia de que el teatro fue volado desde dentro por soldados ucranianos.

El reportaje siguió a Maxim Grigoriev, designado por Rusia como investigador especial de los crímenes contra la humanidad en la región de Donbás, quien acusó a los defensores ucranianos de disparar desde edificios civiles y de colocar artillería junto a ellos. En 2019, llevó a cabo una contra narrativa similar basada en entrevistas para desacreditar un hallazgo internacional de que el régimen respaldado por Rusia en Siria utilizó armas químicas.

Algunas declaraciones rusas sobre Mariúpol, al igual que con Bucha, se han demostrado falsas. Entre ellas, la afirmación de la embajada de que las bajas en el Hospital de Maternidad nº 3 fueron falsas. Los reporteros de Associated Press (AP) que se encontraban en la ciudad en ese momento confirmaron la muerte de una de las dos madres fotografiadas.

Un informe del 13 de abril de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) rechazó la versión rusa de los bombardeos del teatro y de la maternidad, declarándolos evidentes crímenes de guerra. La OSCE también dijo que, como agresor, Rusia tiene la responsabilidad general del conflicto.

Ucrania ha advertido que ese tipo de fabricación se llevará a cabo a escala industrial en Mariúpol. Su agencia de inteligencia dijo en un post en su canal de Telegram este mes que Rusia había trasladado 13 crematorios móviles a Mariúpol para incinerar cuerpos. En un post del jueves, el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko, dijo que una fosa común detectada por la empresa privada de imágenes por satélite Maxar Technologies podría contener miles de cuerpos. No fue posible verificar ninguna de las dos afirmaciones. Rusia niega la responsabilidad de cualquier crimen de guerra.

#Mariupol antes y después de la llegada del mundo ruso#SaveMariupol #RussianWarCrimes pic.twitter.com/wSD26gMuLo

- Stratcom Centre UA (@StratcomCentre) 14 de abril de 2022

Ucrania ha acusado a las fuerzas rusas de bombardear indiscriminadamente ciudades y de apuntar a refugios civiles claramente marcados, como el teatro de Mariúpol, y corredores de evacuación. Algunas de esas acusaciones han sido verificadas de forma independiente.

En la guerra urbana, los edificios residenciales y de otro tipo son utilizados invariablemente por ambos bandos como cobertura, pero después de semanas de constantes bombardeos rusos y bombardeos aéreos, hay pocas dudas sobre lo que causó la gran mayoría de los daños en Mariúpol.

Ucrania ha tenido que hacer frente a sus propias acusaciones de crímenes de guerra, aunque muchas menos. Entre ellas se encuentra un vídeo, ampliamente difundido en páginas web prorrusas, en el que soldados parecen disparar a prisioneros de guerra rusos en las piernas mientras los interrogan cerca de Járkov, alrededor del 26 de marzo. La OSCE y Human Rights Watch lo consideraron un posible crimen de guerra. Ucrania dijo que lo investigaría.

Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.