Bloomberg — La sorprendente medida de Indonesia de prohibir las exportaciones de aceite de cocina tendrá repercusiones en todo el mundo, amenazando con hacer subir los costos de empresas como Nestlé SA (NESN) y Unilever Plc (UL) y aumentando la preocupación por la inflación de los alimentos.
El mayor exportador del mundo, Indonesia, detendrá algunas exportaciones de aceite de cocina a partir del 28 de abril, luego de que la escasez nacional provocara protestas callejeras por el elevado costo de los alimentos. Esta medida reducirá el ya escaso suministro de aceites vegetales y se sumará al impacto de la invasión rusa de Ucrania, que ha sumido al comercio de aceite de girasol en el caos.
Si bien se está dando a conocer que la prohibición de Indonesia excluirá algunos productos, se corre el riesgo de avivar aún más la inflación de los alimentos. El costo de los alimentos en el mundo es el más alto de la historia y está aumentando al ritmo más rápido de todos los tiempos. El uso omnipresente de los aceites comestibles en todo tipo de productos, desde los dulces hasta las frituras y el combustible, significa que podría ser una espina en el costado de la inflación alimentaria mundial durante mucho tiempo.
Aquí presentamos los últimos acontecimientos y sus repercusiones de gran alcance:
Suministro mundial de alimentos
La medida de Indonesia, que representa un tercio de las exportaciones mundiales de aceite comestible, se sumará a la agitación que sufren los mercados emergentes, desde Sri Lanka hasta Egipto y Túnez. Incluso los países desarrollados podrían sufrir fuertes subidas en los precios de los supermercados.
El aceite de palma es uno de los alimentos básicos más versátiles, utilizado en miles de productos, desde alimentos hasta artículos de cuidado personal y biocombustibles. Los precios de los aceites de cocina han subido debido a la sequía y a la escasez de mano de obra. La guerra de Ucrania ha hecho tambalearse el comercio del 80% de las exportaciones mundiales de aceite de girasol, impulsando la demanda de alternativas como el aceite de palma y de soja, y haciendo que los precios alcancen máximos históricos.
La prohibición de Indonesia se aplica a las exportaciones de oleína de palma RBD, un producto de mayor valor que ha sido procesado. Las exportaciones de aceite de palma crudo y de aceite de palma RBD seguirán estando permitidas, según personas familiarizadas con el asunto. La oleína RBD representa entre el 30% y el 40% de las exportaciones totales de aceite de palma de Indonesia.
La medida podría aumentar los costos de los productores de alimentos envasados, como Nestlé, Mondelez International (MDLZ) y Unilever. Nestlé declinó hacer comentarios, mientras que las demás empresas no respondieron a una solicitud de comentarios. También puede obligar a los gobiernos a elegir entre utilizar los aceites vegetales para la alimentación o los biocombustibles.
India
India, el mayor importador mundial de aceites de palma, soja y girasol, se enfrenta a un nuevo repunte de la inflación. Los precios nacionales de los aceites comestibles en Nueva Delhi han subido entre un 12% y un 17% desde que estalló la guerra en Ucrania a finales de febrero. El gobierno ha suprimido los gravámenes a la importación y está tratando de reprimir el acaparamiento de aceite de cocina, pero los precios muestran pocos signos de enfriamiento.
La medida de Indonesia afectará a los costos y márgenes de varias empresas de consumo, según la empresa de servicios financieros Prabhudas Lilladher. Hindustan Unilever, Nestlé India e ITC Ltd. (ITC) serán algunas de las empresas directamente afectadas, y el impacto se notará sobre todo en las galletas, los fideos, los pasteles, las patatas fritas y los postres congelados.
“Si esta prohibición se aplica seriamente, puede ser altamente inflacionaria”, dijo Atul Chaturvedi, presidente de la Asociación de Extractores de Disolventes de la India. Es probable que la demanda se desplace, pero la disponibilidad de otros aceites comestibles también es limitada.
Los indios prefieren la palma a otros aceites porque es más barata y puede mezclarse fácilmente con otras grasas. Además, dura más que otras alternativas, lo que lo hace rentable para usuarios a gran escala, como restaurantes y hoteles. Los aceites de cocina son los protagonistas de los festines que se sirven en los grandes festivales del país.
China
China es otro gran importador de aceite de cocina indonesio. El año pasado compró 4,7 millones de toneladas de aceite de palma del país del sudeste asiático, lo que supone más del 70% de las importaciones totales. Las compras de China han caído este año debido a la subida de los precios y a que los estrictos confinamientos de Covid-19 han afectado a la demanda.
En comparación con el de palma, China es más dependiente de la soja importada, que produce tanto aceite para cocinar como harina para alimentar a los animales para mantener la dieta de sus 1.400 millones de habitantes.
La prohibición de las exportaciones por parte de Indonesia se suma a los vientos en contra que enfrenta gobierno chino, que busca mantener la inflación bajo control. Aunque la inflación de los consumidores se ha mantenido relativamente moderada, los riesgos aumentan debido a la subida de los precios de las materias primas y a las interrupciones de las cadenas de suministro relacionadas con el Covid-19.
Malasia
La prohibición de las exportaciones es un arma de doble filo para Malasia, segundo productor mundial de aceite de palma después de Indonesia. Las plantaciones malayas se beneficiarán de un aumento de las ventas y de los beneficios inesperados derivados de la subida de los precios. Es probable que los ingresos por exportación del país aumenten.
El aumento de los costos de las semillas oleaginosas tendrá un efecto dominante en la economía malaya, cuya inflación alimentaria ya está en máximos de cinco años. El gobierno tendrá que desembolsar más subvenciones para absorber los mayores costes de los productos de aceite de palma. La prohibición también reduciría las importaciones de aceite de palma de Malasia, que proceden en gran medida de la vecina Indonesia, y reduciría el suministro local, especialmente para las refinerías.
Además, Malasia podría tener dificultades para cubrir el hueco que deja Indonesia en la demanda mundial, ya que los agricultores se enfrentan a una escasez crónica de mano de obra que quizá sólo empiece a remitir a partir del próximo mes. Malasia representa alrededor de un tercio de la oferta mundial de aceite de palma, frente al 60% de Indonesia.
Indonesia
A corto plazo, es probable que la política logre su efecto previsto de hacer bajar los precios nacionales del aceite de cocina, dado que alrededor del 60% de la producción de aceite de palma de Indonesia tiende a exportarse, según Citigroup Inc. (C)
También podría aliviar las expectativas de inflación, según Citigroup, ante los indicios de que la prohibición no sería tan estricta como se temía. Si los precios del aceite de cocina vuelven a los niveles de principios de 2021 y se estabilizan a partir de ahí, podría reducir la previsión de inflación del banco para este año en hasta 0,5 puntos porcentuales.
Sin embargo, esta ganancia podría verse contrarrestada por “impactos adversos de segunda ronda”, como el aumento de los precios de la soja, sustituto de la palma. Indonesia importa esta semilla oleaginosa para productos como el tofu y el tempeh. Los productos de soya tienen un peso similar al del aceite de palma en la cesta de precios al consumo, señala el banco.
Con la asistencia de Alfred Cang y Nupur Acharya.
Este artículo fue traducido por Andrea González