Bloomberg — El movimiento del gobernador de Florida, Ron DeSantis, contra Walt Disney Co. (DIS) esta semana muestra que está dispuesto a llevar la guerra cultural del Partido Republicano a nuevas alturas (con un ataque frontal a uno de los empleadores más grandes y emblemáticos de su estado) mientras compite por una posición en un campo presidencial potencialmente abarrotado en 2024.
Gobernadores republicanos como Greg Abbott, de Texas, han adoptado posturas muy conservadoras sobre el aborto y los estudiantes transexuales que demuestran su buena fe. En ocasiones, las empresas se han unido para protestar, a menudo diciendo que esas políticas discriminan a sus trabajadores, pero las medidas de Abbott generalmente no se han dirigido a un solo empleador.
DeSantis fue más allá. Una disputa de un mes entre el gobernador y Disney se intensificó esta semana cuando la legislatura estatal capituló a la petición de DeSantis de despojar a Disney, con sede en Burbank, California, de sus derechos especiales de gobierno, una medida que podría desafiar la capacidad de la empresa para operar su icónico parque temático, que emplea a 70.000 personas y aporta US$780 millones en ingresos fiscales al estado que gobierna DeSantis.
DeSantis criticó a Disney luego de que la compañía se pronunciara en contra de una ley de Florida que el gobernador firmó el mes pasado y que limita la instrucción en las escuelas sobre la identidad de género y la orientación sexual, una ley que los críticos llaman el proyecto de ley “Don’t Say Gay” (“No Digas Gay”).
Los estrategas y analistas republicanos dijeron que la pelea con Disney le permite a DeSantis ganar influencia fuera de Florida al enfrentarse a lo que los conservadores llaman una corporación “woke” (“consciente”), en un momento en que los republicanos enfatizan cada vez más los temas de guerra cultural y la oposición a que las grandes empresas tomen posiciones en temas políticos. Pero los observadores expresaron su sorpresa de que estuviera dispuesto a llegar tan lejos.
“Mickey Mouse es extremadamente popular, y estoy seguro de que esto podría ser contraproducente, pero claramente el gobernador cree que es un riesgo que vale la pena tomar y algo que debería ser para su beneficio”, dijo el ex representante republicano de la Florida en los Estados Unidos, Carlos Curbelo.
La portavoz de DeSantis, Christina Pushaw, dijo el jueves que la motivación no era la política, sino el apoyo que DeSantis tiene desde hace tiempo a “una mayor igualdad de condiciones” para todas las empresas del estado, y que fue Disney quien se insertó en el proceso.
“No es una ‘represalia’ aprobar una legislación que elimine las exclusiones y promueva un entorno más justo para que todas las empresas hagan negocios”, dijo Pushaw en un comunicado. “Fue desafortunado que Disney decidiera meterse en un debate político e intentar forzar a Florida a revocar una ley de sentido común”.
‘Buscando Pelea’
En marzo, los legisladores de Florida aprobaron una ley apoyada por DeSantis que prohíbe la enseñanza de la identidad de género y la orientación sexual en las escuelas públicas para las clases de kindergarten (preescolar o jardín de infancia) a tercer grado y podría permitir restricciones también para los estudiantes mayores. Tras su aprobación, Disney emitió un comunicado en el que decía que la legislación “nunca debería haber sido aprobada y nunca debería haber sido firmada como ley.” La empresa dijo que trabajaría para conseguir la derogación de la ley o su anulación en los tribunales. Eso enfureció a DeSantis, quien dijo que Florida está “gobernada por los intereses de la gente del estado” y no por los ejecutivos corporativos de California.
“Si Disney quiere buscar pelea, eligió al tipo equivocado”, dijo DeSantis en un correo electrónico de campaña a principios de esta semana.
El 19 de abril, DeSantis pidió a la legislatura que considerara la posibilidad de poner fin a los privilegios especiales de los que goza Disney gracias a la existencia del Reedy Creek Improvement District (Distrito de Mejoramiento de Reedy Creek o RCID por sus siglas en inglés), un distrito especial en el centro de Florida. En cuestión de horas, se presentaron proyectos de ley en la Cámara de Representantes y el Senado de Florida para poner fin a todos los distritos especiales promulgados en Florida antes de 1968 sin una acción legislativa adicional, lo que incluye otros cinco distritos y Reedy Creek. La legislación avanzó rápidamente en ambas cámaras y se aprobó formalmente el jueves. La medida entraría en vigor a partir del 1 de junio de 2023, sin ninguna otra acción legislativa.
“Algunos partidarios cuestionan el hecho de ir tras uno de los mayores y más populares motores económicos del estado”, dijo Susan MacManus, profesora emérita de ciencias políticas de la Universidad del Sur de Florida en Tampa.
Las críticas de Disney a la ley de Florida provocaron la indignación de algunos conservadores, que acusaron a la empresa de capitular ante la “woke mob” (“multitud consciente”). Algunos pidieron un boicot a Disney como respuesta.
Abbott, el gobernador republicano que busca la reelección este año, ha hecho hincapié en los temas de la guerra cultural y en asegurar la frontera sur de Estados Unidos. El año pasado, el gobernador arremetió contra las iniciativas de gobernanza medioambiental y social, al prohibir las inversiones del Estado en empresas que cortaran sus lazos con compañías petroleras y de gas.
Más burocracia
Tradicionalmente, los gobernadores han sido reacios a tomar medidas contra las grandes empresas que son importantes motores económicos en sus estados, especialmente con la rapidez con la que DeSantis y los legisladores del Partido Republicano lo hicieron y por las críticas a una ley, dijo Aubrey Jewett, que enseña política y gobierno estatal en la Universidad de Florida Central.
El distrito de Reedy Creek, donde se encuentran los complejos turísticos de Disney, tiene sus propios códigos de construcción y proceso de aprobación de nuevos proyectos, lo que significa que Disney a menudo no tiene que pasar por los canales burocráticos que abarcan múltiples gobiernos para hacer las cosas.
Reedy Creek fue puesta en vigilancia negativa por Fitch Ratings, lo que indica que las calificaciones podrían ser potencialmente rebajadas, según un comunicado de la empresa calificadora el viernes.
“La vigilancia negativa refleja la falta de claridad en cuanto a la asignación de los activos y pasivos de la RCID, incluida la administración de los ingresos comprometidos con aproximadamente US$1.000 millones de deuda pendiente”, dice el informe que evalúa el crédito.
Disney aún no ha respondido a la aprobación de la nueva legislación. La compañía no respondió inmediatamente a una solicitud por correo electrónico el viernes para obtener más comentarios.
La medida de DeSantis es aún más sorprendente dado el fuerte vínculo entre Disney y Florida. La empresa es ahora uno de los mayores empleadores del estado. Sus negocios allí incluyen cuatro parques temáticos y más de 29.000 habitaciones de hotel. Su parque insignia, el Magic Kingdom, recibió a casi 21 millones de visitantes en 2019.
DeSantis se presenta a la reelección este año, pero sólo está por detrás del expresidente Donald Trump en la mayoría de las encuestas que pronostican un potencial campo de primarias presidenciales del Partido Republicano en 2024. Durante la Conferencia de Acción Política Conservadora a principios de este año, DeSantis fue la opción abrumadora para la nominación presidencial republicana si Trump no se presenta de nuevo.
Los estadounidenses se dividen
Despojar a Disney de sus privilegios de autogobierno podría causar una reacción para DeSantis si causa algún daño económico a Disney y tiene consecuencias no deseadas, dijo Jewett. Hay preguntas sobre si los contribuyentes estarían dispuestos a devolver US$1.000 millones en bonos municipales con la disolución del Distrito de mejora de Reedy Creek que abarca el complejo de Disney, por ejemplo.
Una encuesta de YouGov realizada a principios de este mes reveló que los estadounidenses estaban mayoritariamente divididos en lo que respecta a las opiniones sobre la ideología política y el activismo de Disney, con un 32% de los encuestados diciendo que la empresa era “demasiado liberal”, frente a un 9% que pensaba que era “demasiado conservadora”. Mientras que el 19% de los encuestados pensaba que la compañía había dado el tono adecuado, el 27% no estaba seguro. A la pregunta de si el CEO de Disney, Robert Chapek, había tomado la decisión correcta al criticar la legislación, el 39% dijo que había tomado la decisión correcta, mientras que el 35% de los encuestados dijo que se había equivocado.
La encuesta, realizada a 1.000 adultos estadounidenses, se llevó a cabo del 5 al 8 de abril y tiene un margen de error del 3,6%.
Trump demostró que estar en el centro de las tormentas políticas atrae la atención y la cobertura de la prensa, y DeSantis está recibiendo la atención que otros gobernadores y potenciales candidatos presidenciales del GOP en 2024 no están recibiendo, dijo Brad Coker, director gerente de Mason-Dixon Polling & Strategy en Florida.
“Desde el viejo adagio de, ‘No hay mala prensa’, él está recibiendo prensa que otros gobernadores no están recibiendo, que francamente otros contendientes republicanos no están recibiendo”, dijo Coker. “¿De quién está hablando la gente? Ron DeSantis”.
Con la asistencia Christopher Palmeri.
Este artículo fue traducido por Andrea González