Bloomberg — Estamos viendo un gran impulso este año en la aviación, dirigido por los llamados a las aerolíneas para descarbonizar y el interés de los inversores en nuevas empresas de tecnología de aviación.
Pasé los últimos seis meses investigando un puñado de nuevas tecnologías que están desarrollando nuevas empresas para ayudar a descarbonizar la aviación. Estos incluyen vuelo eléctrico, vuelo de hidrógeno y biocombustible, y nuevo diseño de aeronaves. El trabajo es parte de BNEF y la competencia anual de innovación en tecnología climática, BNEF Pioneers (Pioneros), cuyo objetivo es identificar empresas con el potencial de cambiar la industria y aquellas que impulsan innovaciones que respaldan una economía baja en carbono.
Estas son algunas de las tendencias más interesantes que hemos identificado recientemente:
- La financiación de capital de riesgo para nuevas empresas de tecnología climática ha aumentado en el último año
Las empresas de transporte bajas en carbono fueron las mayores beneficiarias. Los inversionistas se sienten atraídos por el transporte como una categoría de inversión porque muchas ofertas son competitivas en costos y tienen un buen ajuste entre el producto y el mercado. Además, ha habido éxitos en la industria, particularmente para las empresas involucradas en el transporte por carretera con bajas emisiones de carbono, como el fabricante de baterías CATL (300750) y la empresa emergente china de vehículos eléctricos Nio (NIO).
- La aviación puede ser el próximo gran mercado para los inversores en tecnología climática
A medida que maduran las tecnologías de transporte por carretera con bajas emisiones de carbono, los inversores buscan nuevas oportunidades y se expanden hacia la aviación y el transporte marítimo. La inversión de capital de riesgo y capital privado (VCPE, por sus siglas en inglés) en tecnologías de aviación ha aumentado un 724% entre 2017 y 2021, con un total de casi US$3.000 millones en 2021, según BNEF.
Los mercados públicos también han demostrado interés en el sector. Empresas de movilidad aérea urbana como Joby Aviation (JOBY) y Lilium (LILM) recaudaron miles de millones de dólares mediante fusiones inversas el año pasado.
- La movilidad aérea urbana no contribuye significativamente a objetivos de sostenibilidad más amplios
La mayor parte de la inversión en tecnología climática hasta la fecha se ha realizado en empresas de movilidad aérea urbana que buscan transformar los viajes privados dentro de la ciudad. Un avión eléctrico de despegue y aterrizaje vertical (eVTOL) podría ir desde la ciudad de Londres al aeropuerto de Heathrow en seis minutos, viajando a máxima velocidad, por ejemplo. Pero estos vuelos urbanos, algunos de ellos eléctricos, en el mejor de los casos desplazarán a los automóviles con una forma de viaje más intensiva en energía. En el peor de los casos, reemplazarán al transporte público.
Si bien los inversionistas están entusiasmados con la promesa de este tipo de viajes, la contribución de estas nuevas empresas a objetivos de sostenibilidad más amplios será limitada. Más del 50% de las salidas de vuelos globales vuelan por debajo de los 1.111 kilómetros (690 millas), pero solo representan el 1% del total de millas voladas a nivel mundial.
- Innovaciones en la aviación comercial de larga distancia
Las innovaciones requeridas incluyen cambios en el tren motriz, a motores eléctricos, celdas de combustible o turbinas modificadas, y movimientos a combustible sin carbono. Esto es técnicamente posible, y se han probado muchos aviones nuevos y se ha demostrado que funcionan para vuelos de corta distancia, pero ninguno está disponible comercialmente todavía. De las 225 nuevas empresas que BNEF ha identificado como creadoras de tecnologías de aviación sostenibles, dos en particular, Twelve y ZeroAvia, son pioneras de BNEF destacadas.
Twelve ha desarrollado un proceso para convertir CO2 en combustible para aviones y ZeroAvia se ha convertido en un actor clave en la carrera por producir aviones de hidrógeno. Las dos nuevas empresas están trabajando para mejorar el rendimiento y la eficiencia de las tecnologías de aviación sostenibles, pero ambas enfrentan importantes obstáculos para comercializar sus productos. El costo involucrado y el tiempo que lleva reponer las flotas tradicionales con aeronaves bajas en carbono, reemplazar la infraestructura existente y certificar los estándares de seguridad es sustancial. Los inversores desempeñarán un papel, pero en última instancia se necesitarán políticas y regulaciones más estrictas para demostrar que estas tecnologías son seguras.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar