Buenos Aires — Mientras el ministro de Economía, Martín Guzmán, se encuentra en los Estados Unidos para participar de la reunión de primavera del Fondo Monetario Internacional, se acerca la fecha de revisión del nuevo programa, que según indicó la titular del organismo multilateral, Kristalina Georgieva, podría adelantarse. Lo que no cambiará, sin embargo, son las fechas de los vencimientos de deuda, y los desembolsos para hacer frente a ellos.
Tanto el Fondo como el Gobierno argentino reconocieron que el acuerdo firmado recientemente deberá sufrir cambios en sus metas, en un contexto global que se tornó más adverso en relación al que había cuando comenzaron las negociaciones, en febrero pasado.
FMI: pagos y desembolsos
Tal como está pautado, la Argentina deberá afrontar el próximo vencimiento de US$3.886 millones en junio, pero se espera que reciba un desembolso por más de US$4.000 millones. Así, obtendría un ingreso neto de US$269 millones, según cálculos de la consultora Analytica.
Luego de ello, en septiembre, entre capitales e intereses, tendrá que hacer frente a un vencimiento más elevado, de US$ 5.231 millones. Como el dinero por parte del FMI será de un monto por US$4.155 millones, incurriría en un rojo de US$ 1.076 millones.
El calendario de este año se completará con un vencimiento pautado para diciembre, de US$ 5.620 millones de capital y US$ 245 millones de intereses, con lo que el número asciende a US$5.865 millones, de acuerdo con lo manifestado por Analytica.
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Si se toma en cuenta el pago de US$3.208 de marzo, la Argentina terminará el año con un vencimiento por un total de US$18.190 millones. Sin embargo, de pasar las revisiones, recibirá un total de US$ 24.239, lo que llevará a un ingreso neto a favor de US$ 6.049 millones, un factor clave, frente a la fragilidad de las reservas internacionales del Banco Central.
“Luces amarillas” ante el FMI
La Fundación Mediterránea consideró que “el monitoreo de los compromisos trimestrales asumidos por la Argentina será una fuente de incertidumbre y de ‘recalibración’ recurrente de las metas bosquejadas”.
“La aceleración inflacionaria puede contribuir a recortar el déficit, tanto por la recaudación de impuestos como por el lado del gasto”, indicó. Sin embargo, sostuvo: “No será suficiente para compensar los subsidios a la energía y al transporte, que estarían aumentando en 0,8% del PIB, según estimación de IERAL, en lugar de bajar por una cifra similar como estaba previsto”.
En tanto, advirtió que “a poco de andar, han surgido las primeras ‘luces amarillas’ del semáforo que monitorea el cumplimiento de las metas comprometidas con el FMI”. “El límite de déficit del gobierno federal de $222.000 mil millones para el primer trimestre ha sido cumplido utilizando ‘contabilidad creativa’”, analizó.
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“Para cuadrar los números frente a un exceso de gastos en subsidios por $155,8 mil millones, se computaron ganancias por ‘rentas de la propiedad’ que alcanzaron a 144,0 mil millones”, argumentó.
Las complicaciones que pueden enfrentarse para el cumplimiento de las metas en trimestres, “más allá de la ‘contabilidad creativa’, tienen que ver con conexiones entre las variables macroeconómicas que a menudo se olvidan o minimizan”, manifestó.
Por ello, alertó: “Aunque por ‘contabilidad creativa’ se comunique un déficit fiscal dentro de las metas, si hay exceso de gasto público, menor ahorro y atraso cambiario, las consecuencias macroeconómicas no podrán evitarse”.
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