Bloomberg — La inflación anual de México se aceleró más de lo esperado a principios de abril impulsada por los costos de los alimentos, la gasolina y las vacaciones mientras el banco central evalúa nuevas alzas a las tasas de interés.
Los precios al consumidor aumentaron un 7,72% en las dos primeras semanas del mes con respecto al mismo lapso del año pasado, en comparación con una estimación mediana de 7,63% de una encuesta de Bloomberg, informó el viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Los precios subieron 0,16% frente a las dos semanas anteriores, por encima del 0,07% previsto y por debajo del 0,59% de la lectura anterior.
La inflación subyacente, que excluye elementos volátiles como el combustible, aumentó un 7,16% con respecto a un año antes, en un período que incluyó el gasto durante los festivos de Semana Santa.
Los aumentos sostenidos de los precios subyacentes han preocupado particularmente a los encargados de política monetaria como una señal de que la elevada inflación en México podría ser más persistente de lo previsto con anterioridad.
Banxico, como se conoce al banco central, elevó las tasas de interés en 50 puntos básicos en cada una de sus últimas tres reuniones, y se espera que el próximo mes continúe aumentando los costos de endeudamiento para controlar las perspectivas inflacionarias cada vez más deterioradas. En marzo, sus miembros votaron de forma unánime por primera vez desde que comenzó su ciclo de ajuste en junio, elevando la tasa clave al 6,5%.
El banco apunta a una inflación del 3%, más o menos un punto porcentual. Banxico proyectó que los precios alcanzarían su punto máximo en el primer trimestre y luego se desacelerarían a 5,5% para fin de año.
La gobernadora del Banco Central, Victoria Rodríguez Ceja, dijo el jueves que ve un desafío adicional para el banco, prediciendo que la Reserva Federal de Estados Unidos aumentará el ritmo de sus alzas de tasas. Banxico normalmente sigue los aumentos de tasas de la Fed para evitar salidas abruptas de capital de México.
La Fed elevó la tasa en un cuarto de punto porcentual cuando comenzó su ciclo de ajuste en marzo y muchos operadores ahora esperan un aumento de medio punto en sus próximas dos reuniones.
La inflación cada vez más acelerada se está convirtiendo en un problema político para el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que ha utilizado las ganancias inesperadas del precio del petróleo en el gigante energético estatal, Pemex, para subsidiar el costo del combustible para los consumidores. El secretario de Hacienda estima que puede mantener un presupuesto equilibrado incluso si los precios del petróleo suben a US$155 por barril.
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