Bloomberg — La economía alemana corre el riesgo de contraerse casi un 2% este año si la guerra en Ucrania se intensifica y un embargo sobre el carbón, el petróleo y el gas de Rusia conduce a restricciones sobre los proveedores de energía y la industria, según el banco central de Alemania, el Bundesbank.
La estimación se traduce en un impacto en la producción de alrededor de 5 puntos porcentuales en comparación con la referencia de marzo, indicó el banco central de Alemania en su informe mensual.
Si bien las pérdidas en los años siguientes deberían ser algo menores, particularmente si las entregas de energía de Rusia se sustituyen gradualmente y los efectos del racionamiento se suavizan, la actividad en 2024 aún estaría significativamente por debajo de los niveles pronosticados con anterioridad.
En las últimas semanas, los economistas han tenido dificultades para elaborar estimaciones de las consecuencias económicas de la guerra para Europa. Hay un alto riesgo de que una escalada de la guerra en Ucrania desencadene sanciones y contrasanciones más severas; y el mayor impacto en el crecimiento lo tendría una prohibición total sobre la energía.
Institutos de investigación que asesoran al gobierno alemán señalaron la semana pasada que una medida de ese tipo tendría un costo para la economía más grande de Europa de unos $220.000 millones de euros (US$239.000 millones), el equivalente al 6,5% de la producción anual, durante los próximos dos años.
El Bundesbank calcula que las pérdidas ascenderán a $165.000 millones de euros (US$178.000 millones) este año y a $115.000 millones de euros (US$124.000 millones) tanto en 2023 como en 2024. Solo el pronóstico de 2022 incluye efectos de racionamiento.
El banco central estima que los peores daños se desprenderán de los mayores costos de los productos básicos. Indicó que las conclusiones de sus dos principales modelos se complementan entre sí en el corto plazo para mostrar el impacto total de la guerra.
Estos modelos suponen que la lucha se intensificará pero se mantendrá contenida en Ucrania. También incluyen un embargo sobre los combustibles fósiles, un alza del crudo Brent sobre los US$170 por barril, fuertes aumentos en el costo del carbón y el gas y moderados incrementos para los productos básicos no energéticos. Se prevé que los precios alcanzarán su punto máximo esta primavera.
Si bien los modelos suponen que la prohibición de importación permanecerá vigente hasta 2024, el Bundesbank considera cambios en la oferta y la demanda en todo el mundo. Señaló que no se incluyen consecuencias de ninguna interrupción del mercado financiero y que el estímulo fiscal podría ser mucho más sólido de lo previsto actualmente si la crisis se intensifica.
Débil comienzo de 2022
El banco central alemán pronostica que este año la producción en la eurozona será más débil que el 3,7% pronosticado por el Banco Central Europeo (BCE) en marzo. El impacto del próximo año debería ser similar, antes de que los efectos atenuantes de la guerra disminuyan en 2024.
A diferencia del BCE, el Bundesbank no publica proyecciones trimestrales.
Las más recientes, de diciembre, preveían un crecimiento alemán del 4,2% para este año, del 3,2% para 2023 y del 0,9% para 2024. Se estimaba que la inflación se desaceleraría del 3,6% a poco más de 2%.
Desde entonces, las presiones sobre los precios se han intensificado mientras que el impulso económico se ha debilitado.
En su documento, el Bundesbank estima que la inflación de este año podría ser 1,5% superior a su pronóstico interno de marzo. Las presiones de precios en 2023 podrían estar 2% por encima de la línea de base.
El Bundesbank dijo que la economía alemana “más o menos se estancó” en el primer trimestre y agregó que las implicaciones económicas de la guerra en Ucrania son inciertas y dependen de cómo evolucione la situación.