Problema de suscriptores de Netflix en EE.UU. ilustra impacto de la inflación

El creciente costo de la vida obligará a muchos estadounidenses a reconsiderar sus decisiones de gasto

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Bloomberg — El amor puede ser ciego, pero los consumidores no lo son. Al menos cuando se trata de precios más altos.

Un par de dólares más al mes normalmente no es suficiente para mover la aguja, pero cuando los estadounidenses enfrentan la inflación más elevada en 40 años, algo tiene que ceder. Y para 600.000 personas en EE.UU. y Canadá, ese algo fue su suscripción a Netflix Inc. (NFLX)

El gasto del consumidor es, por mucho, el mayor contribuyente a la economía estadounidense y los economistas buscan con interés cualquier señal de que los precios más altos están comenzando a socavar la demanda. Los últimos resultados trimestrales de Netflix, que cuenta con series de televisión como “Love Is Blind” y “Bridgerton” entre sus mayores éxitos, pueden proporcionar alguna evidencia de que ya está en marcha.

“Es una señal muy temprana”, dijo Neil Saunders, director general de GlobalData. “Una de las cosas que la gente seguramente buscará reducir a medida que aumenta la inflación son esos pagos recurrentes mes tras mes, y eso obviamente incluye el streaming (transmisión)”.

La temporada de ganancias apenas comienza, y hay otros sectores de la economía donde los consumidores están rechazando precios más altos. Minoristas como Bed Bath & Beyond Inc. (BBBY) atribuyeron la desaceleración de las ventas en parte a la inflación que está dañando la confianza del consumidor y la cadena de supermercados Albertsons Inc. (ACI) se prepara para que los clientes de bajos ingresos gasten menos a medida que aumentan las facturas de los alimentos.

Para Netflix, hay algunos otros factores en juego. La competencia de otros servicios de streaming como Hulu y Disney+ (DIS) está creciendo y, a medida que el mundo vuelve a la normalidad, la gente está ansiosa por levantarse del sofá y comenzar a vivir de nuevo.

Queda por ver cómo se reflejará eso en otras ganancias corporativas. Los economistas han estado esperando que los consumidores desplacen una mayor parte de sus gastos de bienes, como muebles para el hogar y automóviles, a servicios que incluyen viajes y cenas a medida que se levantan las restricciones de Covid-19. Pero con la inflación tomando un mordisco más grande de los salarios, hay menos ingresos discrecionales reales para compras más allá de las necesidades.

“Está claro que la crisis del costo de vida obligará a muchos estadounidenses a reconsiderar sus decisiones de gasto”, dijo Craig Erlam, analista sénior de mercado de Oanda. “Si bien todavía puede haber un exceso de ahorro, es natural que los hogares vean aumentar los costos y consideren dónde pueden recortar”.

Poder de fijar precios

Hasta ahora, las empresas han tenido bastante éxito traspasando los mayores costos de materiales y mano de obra. La escasez de oferta combinada con un retroceso en la demanda ha hecho subir los precios en general en toda la economía, mientras que billones de dólares en alivio financiero del gobierno y bajos costos de endeudamiento han jugado un papel en mantener esa demanda elevada durante más tiempo.

Pero las empresas también deben ser conscientes del impacto de sus aumentos de precios en sus ventas. Los ejecutivos de Procter & Gamble Co. (PG) dijeron el miércoles por la noche que están “ejecutando cuidadosamente aumentos de precios personalizados” y que tienen los ojos “bien abiertos” ante cualquier cambio en el comportamiento del consumidor.

A los minoristas que operan tiendas físicas, les toma tiempo subir los precios y deben considerar su estrategia al hacerlo, dijo Kristen Gall, presidenta de Rakuten Rewards (4755), una plataforma de compras que ofrece a los consumidores ofertas y recompensas de los minoristas. Es posible que eso no ocurra en el primer trimestre, pero más adelante este año, los consumidores podrían sentir especialmente la presión, dijo.

“Creo que los minoristas todavía tienen el poder de subir los precios y seguir estando bien”, dijo Gall. “La pregunta es si alguno de ellos se excede y aumenta demasiado los precios y en realidad aleja a los clientes de su marca”.

Es un equilibrio difícil de lograr y aunque los consumidores hasta ahora se han mantenido firmes frente a la alta inflación de décadas, todavía son sensibles a los precios. Los datos de la semana pasada de las ventas minoristas y la confianza del consumidor ofrecieron cierto consuelo de que los estadounidenses aún no están listos para reducir el gasto en masa.

Pero como se vio con el aumento de precios de Netflix de solo un dólar más o menos, no se necesita mucho para llevar a alguien al límite.

“Cambia completamente el panorama tan pronto como comienzas a subir el precio”, dijo Liza Amlani, directora y fundadora de Retail Strategy Group. “La gente no va a pagar por algo en lo que no ve valor”.

Con la asistencia de Jordy Holman y Emma Kinery.

Este artículo fue traducido por Miriam Salazar