San Pedro Sula — El expresidente de Honduras Juan Orlando Hernández será extraditado la mañana del jueves a Estados Unidos, dijo la noche del miércoles el secretario de Seguridad, Ramón Sabillón en conferencia de prensa.
El exmandatario, que entregó el poder el 27 de enero, es acusado en ese país de tres cargos asociados al narcotráfico y uso de armas.
La Secretaría de Seguridad será la encargada de “ejecutar la orden de extradición” de Hernández, el jueves a las 7.00 hora de Honduras (13.00 GMT), explicó Sabillón.
Hernández, quien gobernó de 2014 a 2022, será entregado a la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) en la base Aérea Hernán Acosta Mejía, en Tegucigalpa.
Sabillón confirmó que se dará apertura a los medios de comunicación para cubrir la extradición del exmandatario. El secretario de Seguridad dijo que, por motivos de seguridad, “se prohíbe el uso de drones” tanto en la base aérea, como en las Fuerzas Especiales de la Policía Nacional, donde Hernández permanece recluido desde el 15 de febrero.
El avión en que será extraditado Hernández llegará este jueves a la base Aérea Hernán Acosta Mejía, confirmó el secretario de Defensa, José Zelaya.
Familia de Hernández reacciona
En un comunicado prensa enviado tras la conferencia del secretario de Seguridad, la familia del exmandatario anunció el bufete de abogados norteamericanos que defenderá a Hernández.
“Se ha tomado la decisión de contratar a la firma de abogados Raymond Colón, Esq, y Daniel Pérez, Esq, para la defensa del expresidente, padre, hermano, abuelo y esposo, Juan Orlando Hernández, en los tribunales del Condado Sur de Nueva York”, señala el comunicado.
La firma de abogados serán los únicos autorizados a dar declaraciones ante los medios de comunicación en relación al caso que la fiscalía norteamericana ha presentado en contra de Hernández.
La familia del expresidente asegura que Hernández es “víctima de la venganza de los narcotraficantes que él mismo extraditó o que obligó a huir a Estados Unidos a buscar acuerdos con la fiscalía norteamericana para reducir sus penas”, por lo que confían en la justicia de ese país.
EE.UU. acusa al expresidente hondureño de tres cargos, el primero por “conspiración para importar una sustancia controlada a los Estados Unidos”, con el “conocimiento de que dicha sustancia sería importada ilegalmente” en ese país.
Además de “usar o portar armas de fuego, o ayudar e instigar al uso, el poder y la posesión” de “ametralladoras y dispositivos destructivos”.