Bogotá — Brigitte Baptiste, la actual rectora de la Universidad EAN, es quizá la voz más autorizada en Colombia para hablar de temas ambientales. Es bióloga y PhD Honoris Causa en gestión ambiental del Instituto Universitario de la Paz, experta en temas ambientales y biodiversidad, entre otras.
En una charla con Bloomberg Línea dio su visión de cómo avanza Colombia y la transición energética y no dejó de lado las propuestas de los candidatos presidenciales que podrían tener un impacto ambiental significativo.
Precisamente ante una de las propuestas de Gustavo Petro, líder de la izquierda colombiana, en la cual contempla acabar la exploración petrolera en Colombia, la ambientalista se mostró en total desacuerdo. “Estoy en total desacuerdo con acabar la exploración petrolera como lo propone Petro. Creo que no considera la condición colombiana de un país de bajas emisiones con una industria petrolera excepcionalmente buena y que puede equilibrar mucho la balanza económica nacional para ayudarnos a hacer la transición en el momento más adecuado para nosotros como país”, dijo Baptiste.
Incluso, cuando habla de Ecopetrol, reconoce que es una compañía con muy altos estándares de manejo socio ambiental, y tras la compra de ISA, avanza en la dirección que considera correcta.
“Creo que la compra de ISA por Ecopetrol va en línea con la idea de que sea una empresa cada vez más Eco y menos petrol, vamos a tener la oportunidad de planear con cuidado la transición y tenemos una de las empresas más cuidadosas en materia ambiental y de sostenibilidad en América Latina”, dijo la rectora y ambientalista.
No obstante, reconoce que también hay tareas pendientes, una de ellas los impuestos al carbono, que, aunque existen, son insuficientes en el país.
“El impuesto del carbono se quedó cortico. Fue una muy buena iniciativa y ha dejado un buen recaudo, pero, por ejemplo, el sector del carbón no paga impuesto al carbono y eso todo el mundo lo ha señalado como una limitación importante; y las inversiones que se hagan con cargo al impuesto al carbono tampoco están andando a la velocidad que uno esperaría, seguramente por restricciones a la institucionalidad que no es lo suficientemente ágil para transferir esos recursos a la transición”, dice Baptiste.
Pero al mismo tiempo advierte que a la hora de pensar en nuevos impuestos hay que tener presente la nueva realidad que le dejó a la economía la pandemia. “Habría que pensar en los nuevos equilibrios fiscales que se van a necesitar en el futuro porque economistas importantes han señalado que no tenemos cómo acelerar la transición, sobre todo abandonar los combustibles fósiles en un plazo corto de una manera razonable para no estrangular la economía creando impuestos y cargas que en momentos postcovid no se pueden cumplir”, sostuvo.
Es por eso que a su juicio “hay que diseñar muy bien la transición. Para Colombia el tema no es solamente dejar de explotar y exportar carbón térmico sino hacerlo garantizando que en el lapso en que se desactive esa minería y ese comercio se puedan pagar los pasivos ambientales y sociales pendientes”.
Batiste advierte que “si acabamos con el carbón prematuramente tampoco vamos a poder completar el ciclo de reinversiones de restauración y recuperación ambiental y así terminar de pagar la deuda social prevista a cargo de la actividad. Necesitamos un plan de salida del carbón térmico muy juicioso y es una de las taras principales del próximo gobierno, hacerlo de una manera no simplista ni populista sino con un sentido práctico”.
Y precisamente en materia de retos ambientales la experta en temas ambientales y de biodiversidad asegura que hay tres grandes tareas para el próximo gobierno, pero que lo que permitirá tener o no éxito con todas las iniciativas trazadas está ligado a frenar la deforestación.
“El primer reto es parar la deforestación. Si no lo hace no va a poder cumplir los compromisos de Glasgow ni con los acuerdos de biodiversidad 2030 ni tampoco detonar la economía verde de la que tanto se habla, pero que aún no arranca y que es la mejor esperanza para poder activar un futuro sin petróleo”, dice la rectora universitaria.
En segundo lugar, dice que “otro tema clave es toda la formalización minera, para hacer que la explotación ilegal de minerales sea cada vez más parte de le economía, hablamos de oro, coltán y de otros minerales que están comenzando a ser importantes en la vida nacional y que si no se trabajan bien van a seguir generando un impacto ambiental y social gigantesco”.
Y finalmente, el tercer gran reto en materia ambiental, e incluso social, es para Baptiste el relacionado con el desarrollo rural. “el desarrollo rural integral sigue estando muy cojo y debería convertirse en un pilar de la producción de alimentos, y de buena calidad de vida en el campo e incluso en un mecanismo de paz lo cual estuvo identificado desde la firma de los acuerdos, pero que no se le ha dado la adecuada importancia”, aseguró.
Durante el debate presidencial surgió la propuesta de Petro de construir un tren elevado desde el Pacífico colombiano hasta Barranquilla, un proyecto que luce ambicioso, pero que a la vez genera muchos interrogantes, en especial, en materia ambiental.
“Sin conocer los detalles sonó a proyecto especulativo y en mí activa todas las alarmas. Me parece una propuesta descabellada hasta donde se ha planteado”, aseguró Baptiste.
Sobre el ritmo al que Colombia avanza en su introducción de energías limpias a la matriz energética es optimista y considera que es de los aspectos destacados del actual gobierno.
“Se superaron las metas del plan de desarrollo, ha habido buena sincronía entre el sector productor y el sector normativo. Se han aprovechado las convenciones internacionales y se ha avanzado de manera muy sustancial. Es de los aspectos más relevantes del actual gobierno, los avances por tener una matriz diversa con buena calidad de energía”, dijo Baptiste.
Con respecto al rol que juega el aparato empresarial colombiano en la incorporación de elementos ESG a la economía asegura que “la mayoría de las grandes empresas están liderando. Son conscientes de que hay condiciones sociales y ambientales muy puntuales en Colombia que no pueden continuar y por eso uno ve que están incluyendo políticas de sostenibilidad avanzadas y estándares cada vez más exigentes, un ejemplo es el sector minero que acaba de adoptar los estándares canadienses de minería responsable y ambientalmente cada vez más sostenible”.
Sin embargo, alerta que para las empresas más pequeñas será complicado incorporarse a las políticas de transición energética. “El problema es que también tenemos un grupo grande de medianas y pequeñas empresas a las que les va a costar mucho más trabajo porque no tienen la caja para hacer la transición. Ahí el gobierno va a tener que jugar un papel muy importante”, concluyó Baptiste.