Bloomberg — El trato a una mujer de 92 años de Shanghái que fue puesta en cuarentena a altas horas de la noche ha causado enojo en China, ilustrando la frustración que muchos están sintiendo bajo las estrictas reglas de Covid-19-Cero del país.
La policía y funcionarios locales hicieron que un cerrajero abriera a la fuerza la puerta del departamento ocupado por la mujer y su hijo alrededor de las 2 de la madrugada del martes cuando nadie respondió a sus llamados, según informó el gobierno local en una cuenta oficial en las redes sociales. Actuaron porque temían “un accidente” y dijeron que la pareja “bajó voluntariamente” para poder irse a un centro de aislamiento.
La mujer y el hijo pasaron más tarde horas sentados en un pasillo porque el lugar de cuarentena al que fueron enviados no tenía camas, informó Caixin Global, citando a un familiar.
El gobierno dijo que los dos fueron trasladados a un centro de cuarentena a las 3 de la mañana del martes y se les asignaron camas y se les proporcionaron con elementos para satisfacer necesidades diarias. El personal de cuarentena también les realizó un breve chequeo médico. El gobierno no dio los nombres completos de las personas implicadas.
El incidente fue el tema de un amplio debate en Internet el miércoles, con un hashtag sobre la declaración del gobierno que obtuvo casi 27 millones de visitas. Mucha gente se preguntaba por qué había que poner en cuarentena a alguien, y más aún a una mujer mayor, a altas horas de la noche. Una persona describió la explicación oficial como “risible”.
Alrededor de dos tercios de los 25 millones de habitantes de la ciudad permanecen bajo un confinamiento que comenzó hace unas tres semanas. La gente ha tenido problemas para conseguir comida, tratamiento médico e información sobre cómo termina el calvario.
Los residentes de la ciudad más cosmopolita de China (que alberga el mayor mercado de valores del país y las principales instituciones financieras) se han enfrentado a la policía por la apertura de centros de aislamiento cerca de ellos, y el gobierno ha censurado los vídeos de las protestas que han estallado en los complejos residenciales. El consulado de Estados Unidos ordenó a todo su personal no esencial que abandonara China durante el cierre, lo que amplió las diferencias entre Pekín y Washington.
Shanghái se ha apresurado a construir instalaciones de aislamiento y hospitales improvisados para cientos de miles de personas. La ciudad ha convertido salas de exposiciones, estadios cubiertos y escuelas en centros de cuarentena, y se ha pedido a los hoteles de lujo que cedan sus habitaciones. También se están construyendo instalaciones en las provincias vecinas de Zhejiang y Jiangsu para acoger hasta 60.000 personas de Shanghái.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.