Bloomberg — Si la Unión Europea se toma en serio la idea de eliminar su consumo de petróleo ruso, es posible que deba prepararse para un poco de dolor.
Una prohibición total e inmediata podría desplazar más de 4 millones de barriles por día de suministros, lo que impulsaría los precios del Brent alrededor de un 65% a US$185 el barril, advierte JPMorgan (JPM). Y no habría suficiente apetito o tiempo para redirigir los barriles a China e India, dice la analista Natasha Kaneva.
Sin embargo, una eliminación gradual durante unos cuatro meses, similar al enfoque adoptado con los suministros de carbón ruso, podría llevarse a cabo sin perturbar significativamente los precios, añade Kaneva.
El escenario principal del banco es mucho más conservador, estimando un recorte en los suministros rusos a Europa que es aproximadamente la mitad de severo, con alrededor de 2,1 millones de barriles por día menos para fin de año.
En la práctica, el abandono de los volúmenes rusos ha sido un proceso más lento de lo esperado inicialmente: el banco proyecta que las exportaciones rusas caerán en 1,5 millones de barriles diarios este mes, o un 25% menos de lo que se suponía inicialmente. Terminar acuerdos con empresas rusas, generalmente en contratos a largo plazo, llevaría tiempo.
Pero si los horrores de la guerra en Ucrania impulsan a la UE a una acción más enérgica, el impacto en los suministros y la incomodidad para los consumidores podría ser mucho mayor.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar