Hidrógeno verde: los pasos que Latinoamérica debe dar para brillar en este negocio

El BM propone una serie de medidas que Latinoamérica debe considerar para integrar el hidrógeno verde en su matriz energética y ser un jugador relevante

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Bogotá — Latinoamérica “debe actuar rápido” para convertirse en un jugador relevante en el negocio del hidrógeno verde, a medida que la tecnología madura y genera nuevas oportunidades económicas en la región, concluyó un informe del Banco Mundial.

A medida que la región da pasos firmes para adoptar el hidrógeno verde, en usos industriales y limpiar su matriz energética, también se abren una serie de oportunidades para consolidarse en ese mercado.

Entre estas, la produccción de electrolizadores, la exportación de fertilizantes y químicos verdes, así como el hidrógeno en sí, según el Banco Mundial.

De acuerdo al informe, titulado Consolidando la recuperación: aprovechando las oportunidades de crecimiento verde, “el hidrógeno verde necesita de economías a gran escala, dándole una ventaja a los primeros en adoptarlo de manera rápida y generalizada”.

“Si bien hoy en día el hidrógeno verde no es competitivo con el hidrógeno gris o los combustibles tradicionales, se prevé una reducción de costos significativa a medida que la industria de la electrólisis gane escala y la tecnología mejore”, indicó el reporte.

Según cifras divulgadas por el Banco Mundial, el hidrógeno tiene un mercado estimado en unos US$150.000 millones, que hoy se concentra en la producción de amoníaco y otros fertilizantes.

No obstante, el negocio tiene oportunidad en la producción de otros químicos, incluida la refinación de productos petrolíferos.

Y para el 2025 se proyecta que el mercado del hidrógeno verde podría alcanzar los US$2,5 billones en el mundo.

Chile, por ejemplo, tiene potencial para producir 160 millones de toneladas por año y es considerado un referente en Latinoamérica en cuanto a la estrategia de hidrógeno verde.

“El organismo regulador de la electricidad chileno señala que en los sitios óptimos, la energía solar y eólica tiene un costo nivelado de la energía de US$25/megavatio-hora (MWh),8 lo que le permi- tiría a Chile convertirse en uno de los países más competitivos del mundo en cuanto a producción de hidrógeno verde”, según el BM.

Por la misma vía, en día pasados Colombia comenzó su carrera por el hidrógeno verde, que es el que se obtiene de fuentes no convencionales de energía renovable, con los primeros pilotos de la estatal petrolera Ecopetrol (ECOPETL) y de Promigas (PROMIG).

Las oportunidades de Latinoamérica

El BM dice que Latinoamérica tiene chances de capturar mercado gracias sus recursos de energía renovable, que podrían derivar en puestos de trabajo y oportunidades económicas, “mientras reducen su exposición a las fluctuaciones en los precios del petróleo y a las interrupciones en el suministro”.

Para lograr esto, advierte, se requiere que los Gobiernos de la región coordinen sus medidas entre el transporte local y sectores industriales como el de acero y cemento “para favorecer la demanda y crear un mercado en las etapas iniciales”.

“A medida que la tecnología madure y demuestre su viabilidad, surgirán nuevas oportunidades a lo largo de toda la cadena de valor”, destaca el Banco Mundial.

Entre otras medidas, considera clave poner mayores esfuerzos tanto en investigación y desarrollo como en capital humano para la adopción de estas soluciones.

Asimismo, ve importante la aprobación de estándares de seguridad para su producción, almacenamiento, transporte y comercialización sostenibles.

“También será necesario contar con un marco legal y normativo robusto para asegurar una gobernanza apropiada de los sectores interconectados”, indica.

Y ante una mayor proporción de fuentes renovables se espera que la variabilidad del sistema se aumente, por lo que se requerirán “nuevas tecnologías y la digitalización de procesos para sincronizar mejor la oferta y la demanda, incrementando la flexibilidad y la estabilidad general de los sistemas energéticos”.

“A medida que algunas partes del sector del transporte sean electrificadas y las otras probablemente comiencen a usar hidrógeno verde o alguno de sus derivados (amoníaco, combustibles sintéticos), esto tendrá un impacto significativo en la demanda de electricidad”, explica.

Sobre la financiación, dice que “la existencia de mecanismos innovadores de cofinanciamiento y fondos concesionales podría respaldar los primeros proyectos de hidrógeno verde en países latinoamericanos como Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica o Uruguay”.

Para esto, “los inversores pueden aprovechar el financiamiento comercial para financiar proyectos de energía renovable como parques eólicos o solares dedicados a la producción de hidrógeno verde, combinándose con fondos concesionales para reducir el costo de financiamiento de la planta de electrólisis”.