Buenos Aires — Hay que remontarse al 2018 para encontrar una inflación mensual que comience con el 6%. Fue en septiembre de aquel año (6,5%), tras un fuerte salto devaluatorio durante el Gobierno de Mauricio Macri. Y hay que volver a abril del 2002 para encontrar un índice que supere al de hoy. En aquella oportunidad, fue del 10,4%.
La preocupación en el Gobierno es que el número publicado este miércoles por el INDEC, que reflejó una suba de los precios del 6,7% , genere una espiralización de los precios en los meses venideros. En marzo, la proyección de los especialistas que participan del Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central (BCRA) aumentaron su estimación al 59,2%. Aunque hay consultoras que la imaginan cómoda por encima del 60%.
Según Claudio Caprarulo, economista y director de la consultora Analytica, el número de marzo “es preocupante: deja hacia adelante un nivel de inflación alto para los próximos meses más allá de que va a ir bajando. No significa que vaya a espiralizar”.
Hay distintos factores que anclarían las expectativas y evitarían una espiralización de la inflación, según los especialistas consultados por Bloomberg Línea.
Tipo de Cambio
Caprarulo señala que el tipo de cambio es uno de los principales componentes de la inflación. Y en ese sentido, si bien el BCRA aumentó el nivel de depreciación, aún corre detrás de la inflación. Además, hay una caída de la brecha entre el oficial y los dólares paralelos, por una menor presión sobre los financieros. En tanto, marca que el “dólar futuro a diciembre no tiene incorporado un fuerte salto devaluatorio”.
Leandro Ziccarelli, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), agrega que “los componentes de espiralización son siempre de fondo un quiebre fiscal y con tipo de cambio como polea”. En ese escenario, el analista no ve que se vaya hacia un “descalabro fiscal” y al tener el tipo de cambio oficial regulado, “no solo no habría fundamentals, sino que tampoco habría un canal de transmisión fuerte para espiralizar”.
Paritarias
Lo que pase con los salarios y las negociaciones con los gremios será otra de las claves para analizar el desarrollo de la inflación en lo que resta del año. En ese sentido, Caprarulo indica que es una medida positiva del Gobierno “coordinar una gran paritaria nacional”.
Marca a su vez que sería una mala señal “que aumente el nivel de indexación de la economía y que las paritarias se revisen cada tres meses con valores por encima de la inflación”. No obstante, sostiene que pareciera no ser el caso, si se toma como muestra el reciente acuerdo con la Federación Obrera de la Industria del Vestido y Afines, con una suba del 53,4% en dos tramos.
Precios internacionales
La suba de los precios de los commodities en el mundo, producto de la invasión rusa en Ucrania, es otro de los factores que explica en parte el aumento de los alimentos.
“Buena parte de la inflación hoy es importada, en marzo tuviste una suba de alimentos del 13% en moneda dura (fuente: FAO), con lo que pasado ese shock, si no vuelve a escalar lo de Ucrania-Rusia, no veo razones para que se vuelva a acelerar”, señaló Zicarelli.
Contexto
Un informa del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) marca que cuando se compara la inflación argentina de marzo 2022 con la de marzo 2021, “se advierte una suba de 1,9 puntos porcentuales”. “Esto implica que la relación entre la tasa de inflación de este año y la del año pasado es de 1,4″, dice el instituto, cifra que sirve para comprar al conjunto de los países, en donde se arroja una diferencia de 1,4% y una relación del 3%, aproximadamente. “De esta manera, se observa que en Argentina los puntos extras de inflación interanual fueron similares a los registrados, en promedio, por el resto del mundo”, concluye.
Diálogo preventivo
La reacción del Gobierno nacional luego de que se conozca el número de marzo será otra de las claves respecto a lo que ocurra en lo que queda del año. Para Caprarulo, será importante el diálogo y las políticas que coordine el equipo económico con los distintos sectores de la sociedad “para que estos no descuenten una aceleración en la inflación y tomen medidas precautorias que nos llevaría a una crisis autoinfligida”, dijo.
Como resumen, Ziccarelli agrega que “el principal conflicto es la inercia, bajar desde estos niveles va a llevar tiempo, y cuanto menos clara sea la macro, más va a tardar”. Y concluye: “Bajar, va a bajar, pero a un ritmo mucho menor del que quisiéramos”.
Desde el IARAF apuntaron a que es “vital que esta tasa baje, para evitar expectativas de inflación creciente y pérdidas de poder adquisitivo adicionales”, y marcaron que “es necesario llevar adelante los acuerdos necesarios para atacar consistentemente las causas de la inflación”.
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