La legendaria frase de Ricardo Soulé “todo concluye al final, nada puede escapar, todo tiene un final, todo termina”, bien puede aplicarse a los períodos de estabilidad cambiaria en Argentina. En este momento, en el que el dólar blue alcanzó su valor nominal más bajo en seis meses ($195) y en que el Contado con Liquidación (CCL) de acciones se encuentra en torno a los $192 (tras haber llegado a $235 a finales de enero), los inversores y ahorristas se preguntan en qué momento puede venir un nuevo zarpazo alcista.
Con la brecha entre el dólar blue y el oficial hoy estabilizada en torno al 73%, algunos analistas creen que los tipos de cambio paralelos tendrán una reactivación entre mayo y junio, otros consideran que ya es momento de empezar a dolarizar carteras, pero también están quienes piensan que es imposible lograr el timing exacto para saber cuándo puede llegar el salto.
Las causas de la pax cambiaria
Muchos de los analistas de mercado consultados atribuyen la estabilidad cambiaria que comenzó en febrero al ingreso de capitales que buscan hacer tasa y luego volver a transformarse en divisa. Pero también aparecen otras explicaciones.
“Las restricciones a la dolarización de los jugadores locales, el carry trade de las Lecer en un contexto de aumento en las expectativas de inflación y alguna situación puntual para pagar impuestos probablemente expliquen el flujo vendedor en los dólares financieros que tuvimos en las últimas semanas, a pesar del deterioro de los fundamentals por el lado de la dinámica inflacionaria”, sostuvo el director de Anker Latinoamérica, Federico Furiase.
Mientras tanto, Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma, indicó que la baja en los dólares financieros responde, en parte, a gestos de “racionalidad” por parte del Gobierno, al cerrar un acuerdo con el Fondo Monetario y evitar el atraso. También agregó que en los momentos en los que se “coqueteó con la irracionalidad” hubo jugadores que adelantaron dolarización y, por ende, es gente que no está comprando dólares.
“En un mercado de concurrencia, si cae el precio cae la demanda”, sentenció Caamaño.
Mientras tanto, desde la Consultora 1816 agregaron un ingrediente más a la cuestión: el buen desempeño que viene teniendo real brasileño.
“Para nosotros el peso (medido al CCL) está firme, en buena medida, por la espectacular performance que viene teniendo el real. Desde que volvió el cepo, en agosto de 2019, el CCL ajustado por el CER se ha movido al compás del real, salvo durante la crisis de credibilidad del Gobierno de fin de 2020)”, sostuvieron desde 1816.
Por otro lado, un informe del broker Facimex Valores consideró que también afectaron a las cotizaciones paralelas “las sucesivas subas de tasas del BCRA, con la tasa de política monetaria subiendo desde el 38% al 44,5% en lo que va del año” y que también influyó la expectativa de un fuerte endurecimiento monetario en el marco de un acuerdo con el FMI, “especialmente a partir de que trascendió que habría un techo de 1% del PBI al financiamiento que puede otorgar el BCRA al Tesoro en forma de Adelantos Transitorios y giros de utilidades”.
Furiase y Caamaño coincidieron en que es imposible saber con exactitud en qué momento pueden rebotar los dólares paralelos. No obstante, el director de Anker sostuvo: “Los fundamentals están deteriorados con este nivel de inflación y el Banco Central se va quedando sin instrumentos para anclar expectativas, en un entorno político complicado”.
¿Cuándo puede haber una reversión?
La economista jefe de Fundación Capital, Irina Moroni, estimó que durante la época de la liquidación de la cosecha gruesa “presenciaremos unos meses de carry trade en pesos, para obtener ganancias en dólares que se suelen realizar a futuro”. Asimismo, aclaró: “Hacia el fin de la etapa de mayor influjo de divisas podría volver a evidenciarse tensión sobre la brecha”.
En línea con esta visión, el director asociado de EcoGo, Sebastián Menescaldi, señaló que el proceso en que los dólares se colocan en activos en pesos puede persistir “mientras haya ingreso de divisas”.
En ese sentido, Menescaldi consignó: “Abril y mayo, seguro, ya que son los momentos en que más dólares ingresan. A partir de junio habría que ver, ya que el Banco Central puede seguir acumulando reservas, pero si crece la demanda energética le va a complicar la compra de dólares”. Ahí es cuándo, según el economista, podrían retomar el sendero alcista los dólares paralelos.
En tanto, Lucas Longo, estratega de research de Banco Mariva afirmó: “La tendencia comenzará a revertirse a fines del segundo trimestre (mayo-junio). La razón es que la estacionalidad negativa de la balanza de pagos, que deja de recibir agro dólares y empieza a pagar importaciones de energía”.
Asimismo, Nicolás Rivas, head trader de Buenos Aires Valores (Bavsa), detalló que los dólares paralelos están en valores reales similares a los que tenían antes de empezar la pandemia. “Si lo seguimos valuando en términos históricos siguen estando caros, pero mucho menos caros que antes”, aclaró.
¿Momento de rearmar?
El documento elaborado por Facimex Valores sostiene que hay cuatro factores que llevan a sus analistas a considerar que el momento actual es atractivo para dolarizar carteras.
El informe enumera: “El acuerdo con el FMI fue una gran noticia para evitar un escenario disruptivo, aunque por ahora la estrategia no logra contener el desanclaje de las expectativas y el cumplimiento de las primeras metas trimestrales dejó sensaciones mixtas, lo que podría adelantar en el tiempo los debates alrededor del cumplimiento de las metas”.
En segundo lugar, desde Facimex agregan que “las subas de tasas del BCRA quedaron minimizadas ante una aceleración inflacionaria que terminó erosionando las tasas reales”.
“En tercer lugar, creemos que se sobreinterpretó el endurecimiento monetario del acuerdo con el FMI, ya que el BCRA emitiría 2,2% del PBI para comprar dólares al Tesoro y al sector privado, llevando la emisión efectiva por encima del 3% del PBI (y a eso habría que sumar el financiamiento contra liquidez bancaria). Por último, los flujos a la región podrían revertirse en un contexto que fuerza a la Fed a acelerar el retiro de los estímulos monetarios con la inflación en máximos desde los años ‘80″.
A modo de síntesis, Faximex destaca dos medidas objetivas para respaldar estas consideraciones. “Por un lado, desde los primeros controles de capitales en 2019 el tipo de cambio implícito evolucionó en línea con las variables monetarias, aunque hoy se alejó de esa relación. Por otro lado, en términos reales el tipo de cambio implícito está en niveles que no se veían desde la pre-pandemia, cuando la posición fiscal era más sólida y veníamos de tiempos de menor emisión”.
Situación inédita
El informe de la Consultora 1816 menciona que llama la atención “lo bajo que quedó el CCL en relación al stock agregado de Base Monetaria más pasivos monetarios”. Esta relación solía servir para deducir que todo incremento en los stocks de pesos iban directo al tipo de cambio, sin importar si había un aumento en el circulante o una política activa de esterilización por parte del Central.
Desde 1816 consideraron que, “más temprano que tarde”, el CCL “debería ajustar para arriba” o que, de lo contrario, “habría una recuperación importante de los bonos en dólares”.