Un venezolano requiere 216,11 dólares (955,73 bolívares) para poder solicitar un nuevo pasaporte y 108,05 dólares (477,86 bolívares) para la prórroga, luego de que su valor calculado en 3,6 y 1,8 petros respectivamente, ascendiera con el incremento de la criptomoneda nacional, anclada al precio del barril del petróleo y minerales.
A principios de marzo, cuando fue anunciado el nuevo aumento salarial en medio petro, el valor que registraba en su portal oficial era de 58 dólares, lo que ubicaba el ingreso de los trabajadores autorizado por Nicolás Maduro en 29 dólares. Transcurridos los primeros días de abril, el petro registró un alza, situándose ahora en 60 dólares el cambio, según la calculadora petro, o 265,48 bolívares digitales según el tipo de cambio registrado por el Banco Central de Venezuela, en 4,4 bolívares por dólar.
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La fórmula para el calculo del valor de esta criptomoneda venezolana, que además fue vetada por Estados Unidos luego de su creación en 2018, toma como base según la cuenta @petrodivisa, un pequeño porcentaje de los precios de materias primas como el oro (20%), el hierro (20%) y diamante (10%), sumado al 50% del último precio del barril de petróleo, que en los últimos meses incrementó su monto a raíz de la guerra en Ucrania.
El pasaporte venezolano, que hasta enero de 2022 tenía un costo de 200 dólares aproximadamente, ahora supera esta cifra, mientras desde la directiva del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime) se impulsan nuevas medidas para la agilización de este trámite así como para el aumento de emisiones al día.
Gustavo Vizcaíno, director de la institución gubernamental, informó sobre la modernización de la plataforma tecnológica que permitirá una capacidad de impresión diaria de 25 mil pasaportes y la posibilidad de que los usuarios elijan el día de la cita correspondiente.
El pasaporte venezolano se encuentra actualmente entre los 5 más costosos en todo el mundo, y el más caro de la región latinoamericana. Aún así, para los venezolanos en el exterior que solicitan renovación o prórroga, el temor de nunca obtenerlo se ha hecho costumbre pese a la constante promesa del envío pronto de valijas.
