Bloomberg — Durante décadas, las vidas de las dos hijas de Vladimir Putin de su primer matrimonio han sido un misterio. Ahora, las sanciones que se les han impuesto a ellas, y a sus negocios opacos, están en el centro de la atención.
Las medidas contra Maria Vorontsova y Katerina Tikhonova, a quienes el presidente ruso no reconoce públicamente como sus hijas, son en gran parte un movimiento simbólico ya que no está claro si tienen activos significativos fuera de Rusia.
Putin dijo en una entrevista a la televisión estatal en 2011 que sus hijas llevaban “vidas normales”. “No están involucradas en política o negocios, gracias a Dios”, dijo en ese momento a Channel One. Esto parece haber cambiado en los años siguientes, ya que ambas hijas ocuparon puestos de negocios mientras estaban en el mundo académico.
Vorontsova, de 36 años, es endocrinóloga y es copropietaria de una compañía médica llamada Nomeko, que se enfoca en diagnósticos y tratamientos de alta tecnología.
Tikhonova, de 35 años, la hija menor de Putin, estaba vinculada a un proyecto de US$1.600 millones para desarrollar un centro científico y una incubadora de empresas emergentes junto a la Universidad Estatal de Moscú. También dirigió el centro de inteligencia artificial de la escuela de élite y su fondo hermano llamado Fondo Nacional de Desarrollo Intelectual. Ambos son administrados por la fundación Innopraktika, que incluye a asociados de Putin, como el director ejecutivo de Rosneft (ROSN), Igor Sechin, y el director ejecutivo de Gazprombank (GZPR), Andrei Akimov, como fideicomisarios de la junta.
El exesposo de Tikhonova, Kirill Shamalov, hizo una fortuna al invertir en el gigante petroquímico Sibur Holding (OAO), con la ayuda de un préstamo del banco estatal de Akimov. Más tarde vendió las acciones después de que se divorciaron.
Putin, que protege estrictamente su vida privada, ha dicho muy poco públicamente sobre sus hijas con su exesposa Lyudmila. Durante más de dos décadas en el poder, ha dado información a cuentagotas sobre dónde viven, algunos de sus intereses intelectuales como la biología y la cultura japonesa y que hablan varios idiomas.
Las hijas han dado entrevistas a los medios, pero no han sido identificadas como hijas del presidente ruso. Rara vez han aparecido en cámara, aunque Tikhonova fue vista participando en una competencia acrobática de rock and roll en Suiza en 2013.
Lyudmila, una ex azafata, ha escapado hasta ahora de las sanciones impuestas a aliados de Putin, empresas vinculadas a ellos y sus familias.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar