Bogotá — Las inversiones en el mundo apuntan cada vez más hacia las empresas que tienen un componente de responsabilidad con el medioambiente y con las comunidades en las que su operación interviene.
Es por eso que desde hace años se ha visto un importante crecimiento de las salidas al mercado internacional en busca de financiamiento para proyectos sostenibles. En Colombia durante el 2021 se colocaron bonos con temática social y ambiental por $1,9 billones y desde el 2017 el sistema financiero colombiano es el que más acudió al mercado de capitales en busca de financiación de estas características.
Germán Cristancho, gerente de Investigaciones Económicas y Estrategia de Corredores Davivienda explicó que “en temas de sostenibilidad hay varias iniciativas de empresas. Las compañías del GEA tienen muy buenos proyectos en ese sentido. ISA es otra que también, las principales empresas de la BVC lo vienen haciendo”.
Así mismo, Cristancho explicó que los bancos como tal son las empresas de BVC que menos proyectos lideran en materia ambiental y de sostenibilidad, sin embargo, agregó que vienen avanzando en esa línea porque, hasta el momento, su rol ha sido enfocado en obtener recursos para financiar iniciativas temáticas a través de bonos verdes y sociales.
“Dos ejemplos claros de esos bancos son Bancolombia y Davivienda, Han colocado sumas muy importantes en bonos verdes y sociales”, expone Cristancho.
Ayer en Estados Unidos el presidente de Colombia Iván Duque presentó ante inversionistas la denominada Taxonomía Verde, con la cual los financiadores ahora tendrán una guía para establecer si en efecto, un proyecto determinado cumple o no las condiciones para ser catalogado como proyecto verde y con ello acceder a los beneficios que conlleva, como mejores tasas y plazos en la financiación de proyectos.
Esta guía se encarga de definir un sistema de clasificación para actividades económicas y activos con contribuciones sustanciales al logro de objetivos ambientales, que responden a los compromisos, estrategias y políticas trazadas por el gobierno colombiano en materia ambiental.
Cristancho asegura que “en eso el GEA ha hecho unos avances grandes como por ejemplo con Nutresa que trabaja muy fuerte en la calidad de los alimentos, el trato justo a sus proveedores y eso no necesariamente es verde, pero sí sostenible, tienen planes muy interesantes en ese frente”.
La taxonomía verde servirá para apoyar la identificación y evaluación de actividades económicas y activos con contribuciones sustanciales para el logro de objetivos ambientales. Esto con el propósito de impulsar la movilización efectiva de recursos privados y públicos hacia las inversiones ambientales, que permitan cumplir con los compromisos internacionales del país.
Cristancho destaca los compromisos que han adelantado empresas como Celsia y Cementos Argos, “la cementera ha implementado varias estrategias con las cuales busca reducir el impacto de su operación en el medioambiente, como por ejemplo incorporar materiales reciclables en sus empaques entre otras, y Celsia es una de las empresas líderes de la transición energética; su apuesta por energía solar, y en general, renovable, ha sido muy importante”.
Andrés Moreno Jaramillo, experto bursátil, explicó que “las empresas han tenido que entrar en esa línea y acomodarse a esas exigencias si quieren tener repercusión internacional y poder acceder a financiamiento a la hora de emitir bonos. Compañía que no tenga criterios ambientales y de sostenibilidad no va a ser tenida en cuenta por los inversionistas extranjeros y para el desarrollo de proyectos”.
Los objetivos ambientales identificados son: mitigación del cambio climático, adaptación al cambio climático, conservación de los ecosistemas y biodiversidad, gestión del agua, gestión del suelo, economía circular y prevención y control de la contaminación.
En ese sentido, Moreno dice que “a las compañías más grandes les ha tocado incorporarlo y eso no es solo una carreta como misión, visión y el código de ética, que eso queda solamente en la página web, tienen que tener criterios ambientales claros y definidos, por ejemplo Bancolombia, puso su logo en blanco y negro porque es una tendencia porque el color gasta mucha tinta, es una tendencia de las grandes compañías que quieren seguir creciendo y que necesitan de los inversionistas extranjeros para poder lograrlo”.
Por su parte, el superintendente financiero de Colombia, Jorge Castaño Gutiérrez, manifestó que “la taxonomía verde es el instrumento mediante el cual damos un orden a las reglas de juego para que emisores e inversionistas desarrollen un mercado verde sólido, transparente e íntegro, que les permita ejercer un rol catalizador de los recursos que requiere el país para enfrentar adecuadamente uno de los retos más importantes de esta década: el cambio climático”.
Finalmente, Cristancho recalca el trabajo ambiental de ISA, una empresa que atraviesa gran parte de la región con torres “y con base en eso decidieron apadrinar, por decirlo así, al jaguar, en un intento por proteger su hábitat y no dañar el ecosistema por el que se mueve”.
En concreto habla de Conexión Jaguar, un plan de ISA y sus aliados técnicos, South Pole y Panthera, que se desarrolla para contribuir a la conservación de la biodiversidad y a la mitigación del cambio climático.
El programa se realiza en conjunto con las comunidades campesinas, consiste en la implementación del componente de carbono en proyectos de recuperación y preservación de bosques para la reducción de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero -GEI-, en zonas prioritarias para la protección, recuperación y conexión de los hábitats naturales y corredores del jaguar en América Latina, que coinciden con los territorios donde ISA hace presencia. En Chile se habla de corredor puma.
Finalmente, Cristancho destacó que otras empresas, como Ecopetrol, Corficolombiana y Grupo Energía Bogotá, vienen realizando sus propios programas de conservación y cuidado del medioambiente, con compromisos, como en el caso de la petrolera, de alcanzar la condición de carbono neutro.