Los problemas económicos desatados por la pandemia del Covid-19 obligaron a los Estados a expandir su gasto para atender las necesidades la crisis sanitaria, esto, a su vez, desencadenó un incremento en la deuda pública.
Según arrojó un informe del grupo de gestión de activos globales Janus Henderson, el ritmo de crecimiento de las deudas públicas en mercados emergentes en 2021 fue casi el doble del crecimiento global de la deuda soberana (14,8% frente al 7,8%).
La firma británica detalló que la mayor parte del crecimiento nominal de la deuda de los mercados emergentes en 2021 fue impulsado por China, que experimentó un aumento neto de US$650.000 millones en sus obligaciones soberanas, lo que implicó fue el mayor salto en deuda nominal de cualquier país el año pasado.
América Latina
Desde Janus Henderson destacaron que dentro de LatAm hubo una gran variación en el costo de las estrategias económicas que usaron los gobiernos para enfrentar la crisis económica y financiera. Y, por lo tanto, también en el impacto de estas políticas en los perfiles de deuda soberana de la región.
“Argentina fue el caso atípico en el desempeño de la región, con un aumento del 88,7% en la deuda entre 2019 y 2021 y se prevé un aumento adicional del 54% en 2022″, consignaron desde Janus Henderson respecto de la situación en la tercera economía más grande de la región.
No obstante, aclararon que esto último no se debe tanto a la respuesta del Gobierno a la pandemia, como sí a “su combinación única de deuda denominada en dólares estadounidenses y una moneda que se deprecia rápidamente”.
Asimismo, el informe menciona que entre 2019 y 2021 Chile (5° economía de LatAm) y Colombia (4° economía de la región) aumentaron su saldo de bonos soberanos en circulación en un 46,2% y un 42,7%, respectivamente. Es decir, por encima del promedio de los mercados emergentes (37,8%) y también de la media mundial (25,3%).
Los gigantes de la región
El gobierno de Brasil (principal economía latinoamericana) también apoyó activamente su economía a través del gasto público, pero con un aumento del 27,3% en sus niveles de deuda entre 2019 y 2021, indicó Janus Henderson.
“Esto probablemente se debió al relativamente poco espacio fiscal disponible, ya que el país terminó 2021 con un stock de deuda del 82% del PIB”, estimaron desde la compañía financiera británica.
Asimismo, indicaron que se espera que este índice alcance el 90% para 2025, “un nivel muy alto para un país de mercados emergentes y que puede generar preocupación en los inversionistas sobre la sostenibilidad de la deuda del país”.
Mientras tanto, el enfoque “fiscal conservador” del Gobierno mexicano frente a la pandemia hizo que la segunda economía de América Latina aumentara su deuda solo un 13,8% entre 2019 y 2021, que es el aumento más bajo en los mercados emergentes.
“La pandemia ha tenido un gran impacto en el endeudamiento de los gobiernos y se espera que los efectos secundarios continúen durante algún tiempo”, consideró Bethany Payne, gerente de cartera de bonos globales de Janus Henderson.
“En América Latina muchos gobiernos respondieron a la crisis sanitaria con políticas fiscales ambiciosas para apoyar a sus poblaciones y economías pero, en algunos casos, este gasto generará desafíos para la dinámica de la deuda pública en los próximos años”, agregó Payne.
¿Qué esperar?
El informe también encontró que en 2021 los mercados mundiales de bonos gubernamentales generaron un rendimiento total negativo de -1,9% en 2021, solo la cuarta vez en 35 años que el índice reportó una caída.
Según Payne, los rendimientos de los bonos globales experimentarán una mayor divergencia en 2022 a medida que los inversores busquen países cuyos bancos centrales estén siendo proactivos en el aumento de las tasas. Por lo tanto, considera que los inversores deberían considerar un enfoque de gestión activa y que “la deuda de muchos países latinoamericanos podría ofrecer rendimientos atractivos, dado que los ciclos de aumento ya están en marcha en la región”.
Además, estimaron que el aumento reciente en los precios de las materias primas apoyará a las economías regionales exportadoras de petróleo, gas, metales y productos agrícolas.
“Luego de muchos años de bajo crecimiento económico, las carteras de muchos inversionistas internacionales están infraponderadas en la deuda soberana de América Latina, lo que podría agregar un impulso técnico de la demanda en los próximos años”, afirmaron.