Bloomberg — Los aliados de Ucrania en Europa están yendo más allá de su habitual énfasis en la diplomacia y las sanciones en respuesta a la invasión rusa de Ucrania, con un nuevo enfoque en armar urgentemente a Kiev como la mejor oportunidad para cambiar la toma de decisiones de Vladimir Putin.
Después de seis semanas de una guerra en donde las sanciones han hecho poco por desescalar (y sin ninguna señal de que las negociaciones con Rusia vayan a dar algún resultado), algunos de los guerreros menos probables del bloque están pidiendo más armas.
El lunes, la ministra de Asuntos Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock, del tradicionalmente pacifista Partido Verde, pidió el envío de “más equipo militar, sobre todo de armas pesadas”. “No hay tiempo para poner excusas”.
El cambio se produce, en parte, porque las naciones europeas aceptan que las sanciones han hecho poco para reducir la capacidad de Rusia de financiar sus operaciones militares, y varias naciones siguen resistiendo las acciones más duras por temor a que también afecten a sus propias economías. Muchas de las medidas introducidas por la Unión Europea (UE), como las restricciones a las exportaciones de tecnología, están diseñadas para afectar a la economía rusa a un plazo más largo.
En términos de impacto a corto plazo, el bloque tiene pocas herramientas a su disposición, aparte de sancionar el petróleo y el gas de Rusia, y los Estados miembros siguen divididos al respecto. Un diplomático de la UE también señaló que la evaluación del bloque sobre cómo infligir dolor al gobierno ruso no siempre cuadra con los propios cálculos estratégicos de Putin.
“Normalmente, las guerras se ganan y se pierden en los campos de batalla”, dijo Josep Borrell, jefe de la política exterior de la Unión Europea, a periodistas en la reunión de ministros de Asuntos Exteriores celebrada el lunes en Luxemburgo. El bloque aprobó una partida adicional de 500 millones de euros (US$545 millones) para comprar más armas para Ucrania.
Ucrania se está preparando para un asalto reforzado en el este de Ucrania, con las fuerzas rusas reagrupándose actualmente para atacar la región de Donbás. Sin una afluencia de armas pesadas, el ejército ucraniano tendrá dificultades para defenderse del avance ruso.
“Ahora, básicamente, nos encontramos ante esta ecuación para decidir qué es más importante: las sanciones o las armas”, dijo el lunes a la prensa Jean Asselborn, ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo. “Mi conclusión (y si me hubieras dicho esto hace dos meses, habría dicho: ¿estás loco?) es que ahora son las armas”.
El nuevo enfoque también está impulsado por el reconocimiento de que Europa puede estar llegando a los límites de lo que puede acordar en términos de sanciones adicionales a Rusia. La UE prohibió el carbón ruso la semana pasada, pero el acuerdo final sólo se produjo después de que los países acordaran un periodo de cuatro meses para que el embargo entrara en vigor.
Los ministros de Asuntos Exteriores de varios países de la UE presionaron para que se prohibiera el petróleo ruso durante su reunión del lunes, según un diplomático de la UE, pero otros no han estado dispuestos a asumir el dolor económico de tal medida.
La UE está empezando a estudiar formas de limitar los ingresos de Rusia por la venta de petróleo sin llegar a una prohibición total. Entre ellas se encuentran los aranceles o una cuenta de garantía bloqueada para congelar los beneficios extra que Moscú obtiene de las subidas del precio del petróleo tras la invasión de Ucrania. Pero incluso estos compromisos serán difíciles de alcanzar, ya que Hungría insiste en que cualquier decisión de este tipo tendría que ser tomada por los líderes de la UE en una cumbre.
Esto hace que Europa se centre en conseguir armas para Ucrania, que ha pedido una amplia gama de suministros.
“Necesitamos sistemas de defensa aérea, necesitamos aviones, tanques, otros vehículos blindados, sistemas de artillería, municiones”, dijo el lunes el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy en un discurso ante el parlamento de Corea del Sur. También ha pedido a la UE y a otros países que embarguen el petróleo y el gas rusos.
La UE y la OTAN empiezan a aceptar que la guerra en Ucrania podría prolongarse durante meses y que Kiev necesitará mucha más ayuda para seguir repeliendo el asalto ruso.
Borrell dijo a los diplomáticos de la UE que los países deben tomar decisiones sobre la entrega de armas en días y no en semanas, y que el bloque debe hacer lo que sea necesario para ayudar a Ucrania, según personas familiarizadas con el asunto.
Los gobiernos siguen dudando sobre qué suministrar. Un diplomático de la UE señaló que los países necesitan algunas garantías sobre dónde acabarán las armas que envían, ya que en Kiev operan algunos paramilitares poco fiables. Los sistemas de armamento modernos también requieren formación, lo que requiere un tiempo que Ucrania podría no tener para prepararse para un asalto ruso en el este del país.
Con la asistencia de Iain Rogers, Daryna Krasnolutska y Stephanie Bodoni.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha