La pandemia desató el furor por las bicicletas y esta cadena hoy factura $1.500 M

La empresa argentina, Goldenbike, vendió 30 franquicias en menos de un año y medio y ya planea desembarcar en EE.UU, Chile y Uruguay

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Buenos Aires — Hace una década, Maximiliano Minoli y Damián Pardal decidieron poner una primera tienda de bicicletas en Villa Urquiza. Instalados en una ex pequeña verdulería de 35 m2 vieron cómo la demanda y la revalorización de ese transporte era cada vez más fuerte. Con el tiempo pudieron anexar un local próximo para seguir con el negocio.

Pero al mismo tiempo, en sus cabezas pergeñaban un ambicioso plan de negocios que consistía en convertir esa tienda en una cadena de bicicleterías. Pasaban los años y la idea se iba asentando cada vez más. Pero fue la pandemia y la revalorización de las bicicletas como medio de transporte, lo que generó un verdadero boom y que su sueño empezara a tomar forma.

“La pandemia fue una locura con la demanda de bicicletas y necesidad de bicicleterías. La gente empezó a tomar conciencia sobre tener una vida balanceada, saludable y un transporte seguro con respecto al Covid-19″, relata Cristian Ceccherini, marketing manager de Goldenbike. “Nosotros teníamos solo dos locales propios, pero ya antes de la pandemia estábamos comenzando con la idea franquiciar la marca y ésta nos dio el impulso necesario”.

Tal es así que en pleno confinamiento, después de franquiciar el primer local, todo comenzó a “correr” muy rápido, abriendo una tienda tras otra. Hoy un año y medio más tarde ya hay 30 franquicias de la marca.

Lo mismo sucedió con la compañía. “La compañía creció a medida crecía la demanda e hizo que se incremente mucho la parte de recursos humanos de la compañía, que hoy ya tiene más de 100 empleados en total”, dice el ejecutivo.

Aunque reconoce, “sin la pandemia, no sé si hubiéramos tenido esa explosión. La pandemia ayudó a que se vendieran las primeras franquicias para luego seguir con un ritmo de crecimiento”.

El modelo

En la actualidad Goldenbike se extiende en todo Buenos Aires. Su franquicia tiene un costo US$20.000, cuya inversión se recupera a partir del primer año de vida.

Estimaciones de la empresa indican que la facturación promedio anual alcanza los $50 millones por local. Estos ingresos corresponden en un 80% a la ventas de bicicletas y el 20% restantes al segmento de taller y reparación. En términos de facturación total sus últimos resultados arrojan unos $1.500 millones.

Y aunque con el aumento de la demanda, se vino un gran incremento en los precios de estos rodados, Ceccherini asegura que su ventaja es la compra en grandes volumenes para todos los franquiciados, lo que le permite tener valores competitivos en comparación al resto del mercado. De este modo genera un win win para compradores y aliados comerciales.

Además, desde la firma destacan que, todas las franquicias deben cumplir estrictos protocolos de calidad y estética, que van desde los productos, hasta las exposición de los mismos.

“Solo en la ciudad, en 2020 se registraron 405.000 viajes en bicicletas, por lo que creemos que en 2021 esa cifra se duplicó; esto nos muestra un potencial enorme”, advierte el ejecutivo quien también adelanta que están probando con pocas unidades su marca propia.

En marcha

Tanto para Minoli como para Pardal, el camino por recorrer aún es muy grande, sin embargo no pierden el ritmo. Para este año tiene planeado con crecimiento del 300% anual con una estrategia de expansión muy fuerte: 60 tiendas en un escenario conservador y 100 en uno un poco más agresivo.

A su vez, mientras ya cuenta con presencia en Buenos Aires (La Plata, Olavarría) y en Mendoza planean desembarcar en Santa Fe, Mar del Plata, Tandil y Córdoba.

A su vez, la llegada a países limítrofes esta también pensada para este año, sobre todo en Uruguay y Chile, aunque el primer gran paso fuera del país lo darán en Miami, Estados Unidos.