El destino oculto al occidente hondureño para hacer turismo rural

Ante las altas temperaturas, los destinos de playa son los más buscados, pero también hay sitios menos concurridos y asequibles

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San Pedro Sula — La Semana Santa 2022 ha llegado y con el descenso de casos de covid-19, alrededor de tres millones de hondureños se movilizarán hacia los principales sitios turísticos del país.

El aumento gradual de la temperatura en los diferentes puntos de Honduras hace de los destinos de playa los más deseados por los viajeros durante el asueto.

Aunque también hay quienes buscan lugares menos concurridos para hacer viajes cortos, de bajo costo y hasta algo improvisados.

Una de las opciones es Sensenti, ubicado a 54 kilómetros de Santa Rosa de Copán. Este municipio de Ocotepeque destaca por ser un asentamiento prehispánico y de riqueza colonial.

Con una población estimada de 12,000 habitantes, el pueblo al occidente hondureño es idóneo para quienes desean hacer turismo rural y religioso.

El 80% de la población de Sensenti se dedica a la ganadería y la agricultura, principalmente a la producción de café y siembra de granos básicos para subsistencia, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

Joya escondida al occidente de Honduras

En 2020, durante los trabajos de restauración de la ahora Parroquia Nuestra Señora de Candelaria, los encargados descubrieron tres estatuas sobre la fachada del templo, mismas que estaban ocultas desde hace más de dos siglos entre varias capas de repello.

“Haciendo investigaciones, creemos que fueron tapadas a finales de los años 1700. Las imágenes son del mismo material con el que está hecha la base de la Iglesia. Es como un preparado de barro moldeado con yeso”, dijo Yeny Montufar, pobladora de Sensenti.

Las primeras hipótesis sobre el porqué las estatuas se escondieron están ligadas a la descristianizacion derivada de la Revolución Francesa, un período que también repercutió en los entonces territorios de la corona española.

“Por mucho tiempo se cuestionó que cómo la iglesia podía ser colonial si no tenía las imágenes características como tienen las iglesias de La Merced y San Manuel Colohete en Lempira, y la de Belén Guacho en Ocotepeque. Este hallazgo confirma que la Iglesia, en efecto, es de esa época”, agregó Montufar.

Los pobladores esperan que, a partir de los trabajos de restauración liderados por el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), sumado a trabajos previstos por la alcaldía, el poblado pueda ser opción para el turismo interno.

A escasos pasos de la Iglesia hay un árbol de ceiba de 14 metros de extensión y de más de 500 años, el cual se presume que fue plantado por los españoles en el período colonial.

“Cuánta riqueza hay en Sensenti. Tanto el templo, como el árbol son una total belleza y deberían declararse patrimonio nacional”, dijo el turista Alan Martínez.