“Crecimiento mediocre”: Banco Mundial reduce su pronóstico para América Latina

El organismo multilateral cree que la recuperación que se vio tras el golpe de la pandemia comenzará a moderarse. Estos son sus nuevos cálculos, país por país

Por

Bloomberg Línea — El Banco Mundial pronostica un crecimiento “mediocre” e “insuficiente” para reducir la pobreza en América Latina durante los próximos dos años, según un informe publicado hoy y que reduce sus estimaciones de comienzos de año, previo a la guerra entre Rusia y Ucrania. A pesar de que el organismo con sede en Washington considera que el golpe que dejó la pandemia va quedando en el pasado, ahora ve una serie de otros factores que moderarán la recuperación de la región. No obstante, si bien el pronóstico general es a la baja, hay algunos países que crecerán más que lo esperado hace seis meses, según el organismo.

En concreto, el Banco Mundial ahora espera que América Latina y el Caribe crezca un 2,3% este año y un 2,2% el año siguiente, una cifra que no es solo inferior a lo que calculó en enero, sino que también es prácticamente la misma tasa de la década de 2010 y está muy por debajo del promedio del 3,1% de otras regiones del mundo.

Los vientos en contra que llegan desde el extranjero y que involucran un menor crecimiento de China y las economías avanzadas explican, en parte, la desaceleración esperada.

El gigante asiático se verá afectado por los confinamientos usados como estrategia para mitigar una nueva ola del Covid-19, lo que desacelerará su economía y podría exacerbar los retrasos aún no resueltos en las cadenas de valor. Las interrupciones logísticas también se han visto agravadas tras la invasión rusa, que, sumadas a los confinamientos en China, podrían generar presiones estanflacionarias, según el Banco Mundial.

La estanflación se da cuando el crecimiento económico es pequeño o prácticamente nulo mientras la inflación se mantiene al alza.

“Nos encontramos en un contexto global de gran incertidumbre, que podría repercutir en la recuperación tras la pandemia”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente para América Latina y el Caribe del Banco Mundial. En cuanto al largo plazo, dijo que “los desafíos del cambio climático serán aún más apremiantes, lo que nos obliga a pasar urgentemente a una agenda de crecimiento más verde, más inclusiva y que eleve la productividad”.

Materias primas, para bien y para mal

Los riesgos para la región también llegan con los precios de las materias primas, que lograron máximos históricos tras la guerra en el este de Europa, a pesar de que no parece probable que los costos se mantengan en esos niveles.

El Banco Mundial calculó que, desde el comienzo de la invasión rusa, commodities como el gas natural subieron hasta un 7%; el trigo subió un 16%; el petróleo, un 19%; y hay casos como el del níquel, que mostró aumentos superiores a un 100% dado que Rusia produce alrededor del 7% de este producto a nivel mundial.

“Si bien un aumento en los precios de los productos primarios en general favorece a la región, es probable que el efecto neto sea contractivo: el alza en el precio del petróleo castiga al Caribe y a aquellos países que no exportan petróleo; la persistente sequía que afecta a Argentina, Paraguay y Uruguay limita la respuesta en términos de producción frente al alza en el precio de los granos y su impacto inflacionario”, dice el informe.

Además, las restricciones para comerciar con Rusia también afectan a países como Brasil, de donde obtiene parte de sus fertilizantes, o Ecuador, pues ese país es un importante mercado de exportación.

Con este panorama, las dos economías más grandes de América Latina, Brasil y México, muestran revisiones significativas a la baja, lo que impacta en el desempeño general; en contraste, hay países como Argentina, Bolivia, Ecuador y Colombia cuyo desempeño ahora es más optimista.

William Maloney, economista en jefe del Banco Mundial para la región, destacó en el caso colombiano el impulso que le están dando los precios del petróleo y resaltó que Argentina está por encima de los pronósticos promedio. “Nos parece un buen ritmo y lo puede lograr”, aseguró.

Recortes con bisturí

Los precios de las materias primas y las interrupciones en las cadenas de valor también exacerban otro de los desafíos: es el de la inflación. En su intento por controlarla, las decisiones de política monetaria de los bancos centrales de la región cobran relevancia y más en un momento en el que la Reserva Federal ya anticipó que tendrá una postura más restrictiva.

Según el análisis del Banco Mundial, este panorama agudizará el dilema monetario “entre elevar las tasas de interés (buscando reducir la inflación y la presión devaluatoria) o reducirlas (para estimular el crédito y la actividad económica)”. Es decir, tendrán que sopesar entre el crecimiento o la estabilidad de precios.

Para el organismo multilateral, más allá del impacto coyuntural que se ha dado en el primer trimestre del año, todavía está pendiente una agenda de “reformas de gran alcance” para garantizar tasas de crecimiento satisfactorias y no solo regresar a las que ya se veían antes de la pandemia.

Entre esas reformas se incluyen esfuerzos fiscales para encausar a los países en una trayectoria de deuda más sostenible, luego de que tras la pandemia la deuda pública de la región creciera en promedio unos 15 puntos porcentuales entre 2019 y 2021.

“Este proceso demanda un bisturí en lugar de una cuchilla de carnicero. Es muy importante proteger la inversión pública de estos recortes, dados los grandes déficits de infraestructura de larga data, y blindar a los segmentos más vulnerables de la población”, dice el informe.

Por ello, sugiere priorizar un gasto más eficiente, un enfoque que para el Banco Mundial es un “modo natural de realizar ajustes fiscales de forma racional y socialmente amigable”. Alrededor del 4,4% del PIB se pierde a través de deficiencias en las contrataciones públicas, políticas de recursos humanos ineficientes y transferencias mal diseñadas, ha dicho el banco.

Ola de pesimismo

Con estos pronósticos, el Banco Mundial se une a una ola de pesimismo que han mostrado los principales analistas luego de que la guerra entre Rusia y Ucrania exacerbara el alza en el costo de vida y la crisis logística. El Fondo Monetario Internacional, que publicará sus cálculos la próxima semana, ya anticipó que las economías sentirán los altos precios de los productos básicos y un crecimiento más lento.

Además, desde entidades financieras hasta agencias de riesgo han reducido sus expectativas sobre América Latina. Moody’s prevé una expansión media en la región de un 3% en 2022, por debajo de la previsión anterior de un 3,5%.

“Esperamos que las presiones inflacionarias se moderen en la segunda mitad del año, pero se mantendrá muy por arriba de los objetivos de los bancos centrales”, dijo Gersan Zurita, vicepresidente senior de Moody’s.

Goldman Sachs redujo su pronóstico de un 2,1% a un 1,8% para las siete economías más grandes de la región para este año y calificó como “decepcionante” el crecimiento que se verá en 2022.