Bloomberg — Estados Unidos y sus aliados occidentales no comprenden que, desde el punto de vista del presidente Vladimir Putin, ya están en guerra con Rusia, dijo Mijaíl Jodorkovski, exjefe de Yukos Oil Co. en el exilio y quien fue la persona más rica del país.
Con EE.UU. y las principales potencias aumentando las sanciones a Moscú, suministrando armas a Kiev y entrenando al ejército ucraniano, Putin considera que su nación está esencialmente en guerra con EE.UU. y Europa en suelo ucraniano, dijo Jodorkovsky en una entrevista en Washington.
Los argumentos occidentales que trazan una línea dura entre el conflicto en territorio ucraniano y la extensión de la guerra al territorio de los miembros de la OTAN son un matiz que significa poco para Putin, dijo Jodorkovsky, cuya ruptura con el líder ruso a principios de la década de 2000 le llevó a pasar casi una década en prisión antes de exiliarse.
“Putin ha dicho desde el principio que esta guerra les incluye a ellos”, dijo Jodorkovsky, de 58 años. Putin “cree que la OTAN es débil y que no defenderá al Báltico” si Rusia ataca a esas naciones, todas ellas antiguos miembros de la Unión Soviética. Si eso ocurre, Putin cree que “la OTAN se derrumbará y eso significa que la influencia mundial de EE.UU.” caerá en picado.
Funcionarios de EE.UU. y de la OTAN han dicho en repetidas ocasiones que respetarían la carta central de la alianza, según la cual un ataque a uno es un ataque a todos. Pero como Ucrania no es miembro de la alianza, otros países se han negado a enviar sus propias fuerzas a la defensa del país o a tomar medidas (como la imposición de una zona de exclusión aérea) que se considerarían una acción ofensiva contra Rusia, ampliando así el conflicto.
Rusia, por su parte, ha argumentado que la expansión de la OTAN hacia el este se ha convertido en una amenaza existencial para la seguridad, a pesar de que Ucrania no estaba siendo considerada seriamente para la adhesión.
Con la guerra ya en su segundo mes, Jodorkovsky dijo que cree que EE.UU. necesita mostrar a Putin “una política de fuerza consistente”, señalando que las sanciones económicas por sí solas no le asustan. Y añadió que, a pesar de las esperanzas occidentales, no cree que sancionar a los actuales multimillonarios rusos tenga mucho impacto en la forma de pensar de Putin sobre cómo proceder en Ucrania.
Los funcionarios de la embajada rusa en Washington no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Jodorkovsky se encuentra en Washington, donde se reunió con la subsecretaria de Estado estadounidense Victoria Nuland el viernes y con funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional el martes, según un funcionario del Departamento de Estado. Los funcionarios de la Casa Blanca no respondieron inmediatamente a una solicitud de comentarios.
Jodorkovsky, que también se reunió con expertos en política exterior en el Atlantic Council, dijo que le han preguntado por el estado de ánimo de Putin y cómo ve el desarrollo de la guerra. Dijo que llegó a Washington después de reunirse con “personas importantes” en Alemania, sin nombrarlas.
El exejecutivo elogió las advertencias del presidente Joe Biden a Putin contra el uso de armas de destrucción masiva en la guerra que inició Rusia en Ucrania, diciendo que era una señal de comunicación efectiva hacia el líder ruso. Y dijo que, aunque cree que gran parte del mundo interpretó de forma incorrecta los comentarios de Biden de que Putin no debería seguir gobernando Rusia, las observaciones fueron importantes.
“Si EE.UU. quiere ser un líder moral, tiene que hacer una declaración moral”, dijo. Biden dijo que sus comentarios no indicaban una política de cambio de régimen, sino que estaba “expresando la indignación moral que sentía”.
Jodorkovsky llegó a tener una fortuna estimada en US$15.000 millones, según Forbes. Formó parte de la primera generación de empresarios rusos que se enriquecieron en los años posteriores al colapso de la Unión Soviética.
En la entrevista, Jodorkovski dijo que no se había reunido con Putin en 18 años, más o menos cuando fue despojado de su riqueza y posteriormente encarcelado por cargos de evasión de impuestos y lavado de dinero que, según él, fueron una represalia por apoyar a partidos políticos opuestos al líder ruso. Liberado en 2013, ahora vive en Londres.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.