La industria automotriz trae consigo dos años complicados por el suministro de uno de sus insumos claves: los semiconductores. El abastecimiento de estos microchips a las terminales de automóviles se ha visto interrumpido frecuentemente durante la crisis sanitaria mundial y, a pesar de que todo parecía tendiente a normalizarse en 2022, la provisión continúa en un momento crítico. Además, la situación en Ucrania agregó ingredientes extras.
Esta situación obliga a las automotrices a tener que frenar líneas de producción en muchas de sus fábricas. Uno de los casos más recientes es el de Mercedes-Benz Group AG, que les dará vacaciones a más de 5.000 trabajadores en dos plantas en Brasil debido a la escasez, según anunciaron desde la propia compañía alemana.
La producción se paralizará desde el 18 de abril hasta el 3 de mayo y afectará a los 5.000 trabajadores en las plantas de Sao Bernardo do Campo y 600 en la de Juiz de Fora, ubicadas en los estados brasileños de Sao Paulo y Minas Gerais, respectivamente.
Caen las estimaciones de ventas
A raíz de los contratiempos en la fabricación, los pronósticos de comercialización de automóviles para Estados Unidos elaborados por firmas como Cox Automotive, Edmunds y J.D. Power/LMC Automotive indican que las ventas de autos, camionetas y vehículos deportivos utilitarios en el primer trimestre probablemente hayan estado por debajo de los 3,3 millones entre enero y marzo, lo que implica una caída superior al 14% menos respecto del primer trimestre de 2021 en ese país.
Para algunos fabricantes de automóviles, las caídas pueden ser incluso peores. Edmunds espera que General Motors (GM), Honda, Nissan y Volkswagen registren caídas de ventas año tras año de más del 20% para el primer trimestre, y que a Ford le vaya solo un poco mejor.
General Motors frenó una planta
En las últimas horas, General Motors detuvo la producción de su Chevrolet Silverado 1500 y de GMC Sierra 1500 en su planta de ensamblaje de Fort Wayne (Indiana, Estados Unidos) durante dos semanas, debido a la escasez de semiconductores.
Al anunciar el cierre temporal de la planta, desde GM señalaron que el suministro de chips había mejorado en lo que va del año, pero que, sin embargo, “sigue habiendo incertidumbre e imprevisibilidad en la base de suministro de semiconductores”.
La planta de Wayne emplea a más de 4.000 trabajadores y estará cerrada las semanas del 4 y 11 de abril.
Al anunciar el cierre de su planta de Indiana, desde el equipo de comunicación de General Motors consideraron que la situación en particular de Ucrania ha tenido poco impacto en la escasez de semiconductores, pero que la guerra ha hecho que otras piezas de automóviles en general sean menos accesibles.
GM también reconoció que la producción en su planta de Lansing Grand River se detendrá durante una semana debido a problemas en la cadena de suministro, esta vez no relacionados con los semiconductores. Allí se produce el Cadillac CT4, Cadillac CT5 y Chevrolet Camaro.
Status Ford
La automotriz estadounidense Ford detuvo la producción durante toda esta semana en su planta de ensamblaje de Flat Rock en Michigan, también a raíz de la escasez de semiconductores. La producción en la fábrica en la que se produce el Mustang ya se detuvo varias veces este año.
“La escasez mundial de semiconductores sigue afectando a las plantas norteamericanas de Ford, junto con los fabricantes de automóviles y otras industrias de todo el mundo”, indicó la portavoz de Ford, Kelli Felker, a Detroit News.
Ford ya había tenido que suspender previamente las operaciones en varias plantas, incluidas ocho durante el mes pasado, ubicadas en los EE. UU., México y Canadá. La histórica Asamblea de Chicago de Ford, la planta de fabricación más antigua de la compañía, se ha visto obligada a cerrar varias veces en los últimos meses.
“Aunque la escasez mundial de chips de semiconductores continúa generando desafíos, vimos una mejora en las ventas de marzo, ya que el inventario en tránsito aumentó un 74% con respecto a febrero”, aseguró en un comunicado Andrew Frick, vicepresidente de ventas, distribución y camionetas de Ford.
Complicaciones en BMW y Volkswagen
Tanto BMW como Volkswagen se han visto obligados a detener fábricas en toda Europa después de que la invasión de Rusia obligara a cerrar las plantas de cableado de Ucrania.
Según publicó Bloomberg, días atrás, BMW AG sostuvo que los rendimientos operativos de su negocio automotriz seguirán siendo sólidos este año, incluso cuando la guerra en Ucrania y la escasez mundial de semiconductores pesan sobre la producción.
No obstante, la compañía redujo el miércoles su estimación de retornos de fabricación de automóviles a entre 7% y 9% para 2022, y señaló que el rango objetivo habría sido de 8% a 10% si no fuera por la invasión de Rusia. BMW espera que las entregas se mantengan planas en alrededor de 2,5 millones.
Toyota y los problemas en Japón
Toyota admitió el viernes que vendió 194.178 automóviles en marzo, un 23,5% menos que el año pasado, y en el primer trimestre comercializó 515.592 vehículos, un 14,7% menos que el año anterior. A pesar de la caída masiva, esas ventas cayeron menos que las de General Motors y Ford, lo que convirtió a Toyota en el fabricante de automóviles más grande de los Estados Unidos durante el primer trimestre del año, por delante de General Motors.
No obstante, la empresa japonesa viene atravesando un 2022 con algunos inconvenientes. En primer lugar, en Asia se ha visto obligada a reducir la producción durante tres meses por los nuevos brotes del virus COVID-19. Si bien la propia fuerza laboral de Toyota no se ha visto muy afectada, la compañía dice que algunos proveedores están retrasados.
Por otro lado, la automotriz nipona debió frenar la producción en 18 líneas en 11 fábricas en Japón después de que un terremoto destruyó carreteras que sirven como arterias de suministro críticas.
Además de las desaceleraciones ya anunciadas provocadas por un ataque cibernético y la escasez de microchips, las operaciones de Toyota en Japón se reducirán en 50.000 unidades en total para marzo, con respecto a su plan original. Y se recortará la producción de abril en 150.000 unidades.
El impacto de la guerra
En marzo, S&P Global Mobility anticipó que el conflicto bélico podría reducir la producción de nuevos vehículos ligeros en 2,6 millones de unidades durante los próximos dos años, dado que la guerra agravó una cadena de suministro y un sistema logístico que ya estaba tenso. Esto se debe a que Ucrania históricamente ha sido un importante proveedor de arneses de cables, componentes que transmiten información y electricidad a través del vehículo.
“Muchos de nuestros proveedores, especialmente para arneses de cableado, estaban o están en Ucrania”, aseguró el CEO de Audi, Markus Duesmann, en una mesa redonda del Grupo Volkswagen en marzo, según indicó la revista Fortune.
Se espera que el conflicto afecte especialmente a los fabricantes de automóviles europeos, que dependen más de las importaciones ucranianas de autopartes.