Suba de combustible y baja el dólar en Uruguay: cómo impacta en metas del gobierno

Aumento de nafta y gasoil pone más presión a la inflación y genera impacto fiscal, al tiempo que apreciación del peso atenúa la pérdida de poder de compra de asalariados

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Montevideo — El combustible tuvo desde este viernes en Uruguay su tercera suba del año, con lo que el litro de nafta súper alcanzó los $77,88 y el gasoil los 58,99. Pero además, el dólar atravesó en marzo una nueva racha a la baja, primero para quebrar la barrera de los $42 la semana pasada y este miércoles los $41, su nivel más bajo en los últimos dos años, con un leve repunte este jueves.

¿Qué ocurre con el combustible y el dólar? ¿Cuál es el efecto que pueden tener en las metas macroeconómicas del gobierno? ¿Cómo maneja el gobierno la inflación?

La economista Tamara Schandy, socia de Exante, afirmó en diálogo con Bloomberg Línea que “el gobierno está haciendo explícito que va por medidas heterodoxas” para combatir la inflación, aunque planteó reparos sobre sus efectos a largo plazo.

“Anunciar la eliminación de IVA a algunos productos, flexibilizar barreras de importación, y el no ajustar plenamente los combustibles es otro ingrediente de medidas más heterodoxas que al final no son efectivas para contener la inflación de manera sostenible. Son medidas que ayudan a contener la suba de precios en momentos puntuales. Pero si los precios del petróleo, del trigo, siguen en los niveles actuales, con este tipo de medidas no se va a impedir el pasaje a precios”, remarcó.

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Ante esto, Schandy prevé que el Banco Central del Uruguay (BCU) deberá hacer más contractiva su política monetaria con “subas de tasas relevantes en los próximos meses”. La próxima reunión del Comité de Política Monetaria del BCU será el 7 de abril y está previsto una suba de 75 puntos básicos hasta 8%. En tanto, el techo del rango meta, todavía lejano, estará en 6% desde setiembre.

Las causas

El dólar bajo y el combustible al alza son de cierto modo “dos caras de una misma moneda”. Así lo afirmó en diálogo con Bloomberg Línea el director ejecutivo del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED), Agustín Iturralde. Es que, según explicó el economista, existe una correlación en el factor que genera ambos: el alza del precio de los commodities.

“Hay una presión fuerte en los commodities. Eso implica en el mundo un aumento de los combustibles, que es global, pero a la vez hace que en los países exportadores de materias primas, y Uruguay es exportador de productos que están muy altos, el contexto global genere una apreciación de las monedas”, dijo Iturralde.

Es un mundo con precios de los commodities altos”, dijo el analista del CED. Esos precios altos son los que generan una apreciación de la moneda local. Si bien Uruguay debe importar combustible para refinarlo a través de la petrolera estatal monopólica Ancap y venderlo en el mercado interno, del mismo modo exporta otros productos como carne, trigo, soja y lácteos que están a valores altos en el mercado internacional.

“Correlación no es causalidad. No es que uno genere al otro sino que hay una causa anterior que de alguna manera genera a los dos, que es el aumento del precio de los commodities”, sintetizó el economista.

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Schandy, de Exante, señaló que desde la invasión rusa en Ucrania en las primeras semanas el dólar se apreció sobre determinadas monedas a nivel internacional pero no sobre exportadores de materias primas como Sudáfrica, Australia o Brasil. “Uruguay no es tan neto exportador de commodities porque importa petróleo, pero en los ejercicios que hemos hecho desde Exante, en términos de intercambio para Uruguay igual es positivo. Es más el efecto positivo por el aumento de precios de exportación sobre la balanza de pagos, que lo que se encarecería la cuenta de importaciones”, dijo.

Además agregó como factores que Uruguay tiene abundante acceso a financiamiento externo y que el BCU continuará con un alza de las tasas “de forma significativa dado este contexto de inflación”. “Las tres cosas juegan a favor de un dólar ‘bajo’”, resumió.

En febrero, cuando el dólar tuvo su anterior racha bajista en este año, los economista Aldo Lema de Vixion consultores y Nicolás Cichevski de CPA Ferrera habían señalado que el alza de precios de los commodities, como la revaluación del Yuan y la tendencia de apreciación de las monedas regionales, eran factores que impulsaron el dólar a la baja en el mercado uruguayo.

La suba de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos anunciada no logró revertir la tendencia, ya que los precios siguieron al alza en Norteamérica. Por lo que de todos modos, en países emergentes exportadores de commodities, el dólar se deprecia.

Efectos: inflación, meta fiscal y crecimiento económico

El aumento del combustible pondrá mayor presión a la inflación y tendrá impactos fiscales para Uruguay, aunque la decisión del gobierno de asumir con caja del Estado parte del precio que no traslada al consumidor genera diversas lecturas.

“En nuestros ejercicios de proyección asumimos que esto va a tener un costo fiscal relevante que no necesariamente compromete el objetivo de déficit fiscal que el gobierno se había planteado, porque se sobre cumplió la meta del año pasado. Y después va a haber elementos que jueguen a favor y en contra”, dijo la economista de Exante. Según ejemplificó, el Fondo Covid, creado para atender gastos de la pandemia, tendrá menor dimensión, aunque por el otro lado existe incertidumbre sobre qué nivel de compras de energía realizará Brasil, lo que le permite hacer caja a las estatales UTE y Ancap.

Por su parte, en una columna que publicó el 29 de marzo en su portal, el economista Gabriel Oddone, socio de la consultora CPA Ferrere, abordó el dilema que enfrenta el Poder Ejecutivo entre el seguimiento o no de una regla para fijar el precio de los combustibles y la creciente presión inflacionaria.

“En un contexto de fuerte aumento de los precios de las materias primas a nivel internacional y luego de haberse registrado un incremento importante de la tasa de inflación en febrero, el riesgo asociado es que un aumento de los combustibles termine presionando aún más a los precios internos. Ello es particularmente relevante porque las autoridades necesitan convencer a los agentes de que el proceso de desinflación al que aspiran es plausible”, sostuvo Oddone. Así, señaló, si el gobierno busca cumplir el mecanismo aprobado en la Ley de Urgente Consideración “la probabilidad de que la desinflación prevista sea factible es menor (todo lo demás constante)”. “Contrariamente, si las autoridades priorizan el cumplimiento de sus compromisos inflacionarios, deberán seguir realizando ajustes de las tarifas de manera discrecional dilatando los aumentos”, concluyó.

De todos modos, en este contexto internacional los analistas también esperan mayor crecimiento económico para 2022, de la mano de las próximas cosechas y exportaciones con precios altos.

“El alza de commodities tiene cosas buenas y malas. Está permitiendo un crecimiento económico mayor de lo esperado, una recuperación más rápida, y buenas expectativas para este año. Obviamente en materia de precios el poder adquisitivo de los hogares presenta un desafío porque el arranque de este año está poniendo mucha presión sobre la canasta básica de alimentos y de energía”, dijo Iturralde.

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El crecimiento económico en Uruguay fue de 4,4% del PIB en 2021. Tanto el Ministerio de Economía como los analistas esperan un 3,8% para 2022. En el caso de los consultores y actores del mercado, en marzo corrigieron al alza sus expectativas luego del dato de cierre de 2021 divulgado el 23 de marzo por el Banco Central. En febrero la expectativa de crecimiento para fin de año era 3,27% en la mediana de los encuestados.

En relación al crecimiento, el monitor de coyuntura de la Universidad Católica del Uruguay, elaborado por el economista Javier de Haedo, señaló las posibilidades de crecimiento a partir de los últimos datos del PIB, donde señaló distintos factores por los que el crecimiento apunta al 5% en 2021. “El crecimiento de la economía es generalizado, ya que todos los sectores muestran comportamiento positivo, lo mismo que los tres ‘motores’ principales de la demanda agregada: la inversión, las exportaciones de bienes y servicios y el consumo de los hogares, que fue el último en encenderse y todavía lo hace a media máquina”, detalló el informe.

Dólar, consumo y salario real

Por otro lado, un dólar barato atenúa las presiones inflacionarias en particular sobre los productos importados, que con una divisa norteamericana más fuerte en el mercado local agregarían otro dolor de cabeza al equipo económico. La situación, de cierto modo, da al menos un poco de holgura a los salarios en pesos para que no pierdan más poder de compra.

“De alguna forma el dólar bajo ayuda a moderar los aumentos inflacionarios y actúa como un factor hasta redistributivo. En un momento que al sector exportador le va muy bien, un dólar bajo permite por ejemplo que los asalariados en pesos tengan un cierto aire comparado con lo que sería un dólar más alto”, afirmó el director ejecutivo del CED.

El desempleo en Uruguay se ubicó en 7,3% en febrero, apenas por debajo de los 7,4% de enero. La tasa de empleo estuvo en 57,2% estable frente al mes anterior, según los datos del Instituto Nacional de Estadística divulgados este jueves. En tanto, el Índice Medio de Salarios estuvo en 6,96% en los 12 meses cerrados a febrero, con lo que no alcanzó la inflación de 8,85% para ese período. Por su parte, el poder de compra cayó 1,7%.

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El avance de la inflación a 8,85% representó un aumento desde 8,15% de enero. En tanto, en la última encuesta de expectativas del Banco Central del Uruguay divulgada al inicio de esta semana, los analistas ajustaron al alza la inflación esperada para fin de año. La mediana de los encuestado ubicó a la inflación en 7,9%, con un salto desde 7,1% que había registrado la mediana de la encuesta anterior del 18 de febrero.

En este contexto, el gobierno lleva adelante un conjunto de medidas en busca de atenuar el nivel de precios. Por un lado ya redujo durante un mes el IVA al asado, al tiempo que este miércoles anunció que también quitará el IVA a productos panificados y a los fideos. Por su parte, promovió un acuerdo de precios para otros cortes de carne y también para los huevos.

El dólar, en tanto, tuvo en marzo una caída de 3,35% en el mes de marzo y en el año ya retrocedió 8,46% frente al peso, según datos presentados por la Bolsa Electrónica de Valores del Uruguay (Bevsa) a partir de la cotización del dólar fondo. La jornada de este jueves cortó una racha de nueve sesiones a la baja y la divisa se ubicó en $41,115.

Iturralde relativizó la implicancia del dólar en los objetivos macroeconómicos, aunque dijo que “puede dar una mano en el endeudamiento” porque favorece a moderar las cuentas de deuda sobre producto, sin dejar de advertir que esto es volátil. El otro punto que según dijo puede impulsar es la reactivación del consumo. El dato del PIB de 2021 marco una reacción del consumo, que no llegó a niveles pre pandemia, pero los analistas tienen expectativa que continúen en este primer trimestre. “El dólar barato es un combustible de corto plazo para la economía”, sintetizó.

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