QUITO — La última predicción del Banco Central de Ecuador fue que el país podría crecer 2,55% en 2022. Ayer esa previsión cambió por una más optimista: 2,8%. Sin embargo, seguiría siendo insuficiente para cumplir los objetivos que se plantea el Gobierno.
De por sí, Ecuador va creciendo más lento que sus similares. En 2021, el PIB nacional llegó a 4,2%, mientras que Perú cerró con 13,3% y Colombia con 10,6%. El crecimiento económico de Chile fue de 12,2%; el de Bolivia fue menor, de 6,11%, pero aun así supera al ecuatoriano.
El gerente general del BCE, Guillermo Avellán, hizo un llamado a la empresa privada y al Gobierno al respecto: “Desde el Banco Central consideramos necesario que los sectores público y privado junten esfuerzos para alcanzar una tasa de crecimiento económico de 4,04% para 2022, a fin de recuperar los niveles de producción, generar empleo de calidad y contribuir a la reducción de pobreza en nuestro país”.
CÓMO HACER QUE EL PAÍS CREZCA MÁS
¿Pero es posible pasar de un 2,8% a 4,04% cuando no existen incentivos para la inversión? Para el jefe de Análisis Económico, Comercio Exterior y Proyectos de la Cámara de Comercio de Quito, Luis Naranjo, no es tan sencillo, especialmente luego de que el Legislativo negó la ley de inversiones, por lo que ahora la labor del Gobierno será actuar con lo que puede.
“El Gobierno se tiene que enfocar en hacer cosas que están a su alcance, como reducir los aranceles de materias primas, mejorar la tramitología… hay cosas más sencillas que dadas las circunstancias se puede hacer”, advierte el experto.
Otro tema importante sería utilizar de forma “inteligente” los ingresos que dejará la subida del precio del petróleo. Es decir, si bien una parte debe destinarse a la reducción del déficit fiscal, otra deberá enfocarse en la inversión estatal. A decir de Naranjo esto es importante porque “la inversión que hace el Gobierno siempre multiplica el dinero en la economía de manera más rápida que la inversión privada”.
Y todo lo anterior va a atado al empleo, ya que solo la inversión en nuevos proyectos puede generar nuevas plazas de trabajo, que a su vez se traducen en un mayor consumo de las familias, que fueron las que finalmente empujaron la economía nacional en 2021, con un crecimiento de 10,2%.
Como reflexiona el directivo de la CCQ, lo importante será “que se genere más empleo para que el impulso del consumo de los hogares se mantenga todo el año” y eso lleve a un mayor crecimiento del PIB.
Aparte de eso, ¿qué necesitaría la empresa privada para apuntalar el desarrollo económico? Con las iniciativas parlamentarias bloqueadas, al menos es indispensable “la seguridad jurídica y política” que evitaría ahuyentar las inversiones. Por ello, que el presidente Guillermo Lasso haya descartado la disolución del parlamento es, de alguna forma, una buena noticia en medio de la tensión que viven los dos principales poderes del Estado.
El gerente del BCE anticipó que la nueva previsión de crecimiento de la economía será el 15 de septiembre y allí se tomará en cuenta el impacto de la guerra en Ucrania, así como el incremento en el precio del petróleo y otros shocks externos.
