San José — Este jueves 31 de marzo se realizó el penúltimo debate para la presidencia, donde los candidatos se enfocaron en abarcar temas como el desempleo, combustibles, costo de vida e inversión extranjera directa.
Telenoticias realizó un formato de debate en el que los candidatos se enfocaron en hacerse consultas entre ellos. José María Figueres, candidato del Partido Liberación Nacional (PLN), y Rodrigo Chaves, del Partido Pogreso Social Demócrata (PPSD), enfocaron gran parte de sus discusiones en propuestas para disminuir la pobreza, la tasa de desempleo y mejorar la calidad de vida de los costarricenses.
A continuación un resumen de las principales temáticas discutidas por ambos candidatos:
Empleo
El empleo y la necesidad de generar puestos para todos los costarricenses fue el eje transversal del debate. Tanto Chaves como Figueres se refirieron al tema.
Ambos candidatos aseguran que generar más empleos es una prioridad para el país. No obstante, Chaves criticó el plan de Figueres pues asegura que el país no tiene recursos económicos para ejecutarlo, Figueres aseguró que Costa Rica sí los tiene, pero debe administrarlos mejor de manera tal que lleguen a generar empleos.
Por otra parte al tocar el tema de la pobreza el candidato del PLN expresó que el plan de gobierno del exministro de Hacienda carece de propuestas concretas, pero para Chaves los planes de Liberación son asistencialistas.
Inversión Extranjera Directa (IED)
La inversión de acuerdo a Figueres se trata de confianza en mercados internacionales, además de una expansión de zonas francas fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM). Figueres aseguró que Chaves no cuenta con esas caulidades, pero Chaves advierte que la confianza no es suficiente.
Combustibles
José María Figueres desea rebajarle ¢100 al litro de gasolina, propuesta que disgusta al candidato del PPSD pues asegura que el país debe seguir recibiendo los ingresos por el impuesto al combustible.
Para Chaves, la propuesta del PLN es populista y perjudicaría al país en el largo plazo, pues reduciría la recaudación tributaria del impuesto a los combustibles.
“Es ahora que el país requiere bajar los ¢100 por litro, pero el Estado también debe socarse la faja”, destacó Figueres