Bloomberg — En la segunda parte del cierre gradual de Shanghái, unos 16 millones de personas serán confinadas en sus hogares, y se instará a los residentes a que se aíslen de los miembros de su propia familia, mientras las autoridades tratan de frenar un brote récord que ha provocado trastornos sin precedentes en el centro financiero.
Los residentes de la parte occidental de la ciudad, donde viven cerca de dos tercios de la población de Shanghái, comenzarán un encierro de cuatro días a las 3 de la madrugada del viernes. Eso es dos horas antes de que la mitad oriental (que alberga a casi 9 millones de personas) salga de su propio encierro, que comenzó el lunes por la mañana.
El nuevo encierro será más complicado que el primero, dado el mayor número de personas y la mayor área geográfica, dijo Ma Chunlei, secretario general de la ciudad, en una reunión informativa el jueves. Las autoridades consultarán con expertos y revisarán los resultados de las pruebas para decidir cómo levantar las restricciones en la parte oriental de la ciudad, dijo.
La mayoría de las zonas del este de Shanghái reanudarán el transporte público el viernes, aunque el servicio permanecerá suspendido en algunas áreas, dijo un funcionario.
La propagación de la variante ómicron altamente transmisible al centro financiero es la mayor prueba hasta la fecha para el doble objetivo del presidente Xi Jinping de eliminar el virus y minimizar el impacto económico y social de la estrategia “Cero Covid-19”. La actividad manufacturera de China se contrajo en marzo, un periodo que abarca el bloqueo en el centro tecnológico de Shenzhen, pero no el impacto total de las restricciones en Shanghái, lo que significa que es probable que se produzca una mayor desaceleración.
El encierro de solo una mitad de la ciudad obligó a Tesla Inc. (TSLA) a suspender la producción en su enorme planta. Los residentes tuvieron complicaciones para comprar alimentos frescos y han expresado su frustración por la dificultad de encontrar atención médica después de que algunos hospitales suspendieran sus servicios.
Existe la preocupación de que las restricciones no se reduzcan pronto.
A última hora del miércoles, el jefe del partido comunista de Shanghái, Li Qiang, prometió interrumpir la propagación del coronavirus mediante una “gestión estática de toda la región”, utilizando una frase que en otras partes del país ha indicado la más dura de las restricciones de movilidad.
Varias ciudades de la provincia nororiental de Jilin, ya cerradas desde hace más de dos semanas, aplicaron la semana pasada una gestión estática que supuso la prohibición total a los residentes para salir de sus casas.
Esta semana, los habitantes del distrito de Pudong, en Shanghái, fueron informados de que no debían caminar por los pasillos o zonas abiertas de sus complejos residenciales, ni siquiera para pasear a una mascota. Y el jueves, los funcionarios instaron a las personas que viven juntas a evitar compartir alimentos y permanecer en habitaciones separadas cuando las condiciones lo permitan.
“Es especialmente crucial reducir la movilidad”, dijo Wu Fan, vicedecano del Colegio Médico de Shanghái en la Universidad de Fudan y asesor de Covid-19 para el gobierno de Shanghái, en la sesión informativa del jueves. “La paralización temporal es para garantizar que podamos movernos mejor y más tarde y no dejar ninguna posibilidad de que el virus se propague”.
Shanghái se ha convertido en el epicentro del peor brote del virus en China desde los primeros días de la pandemia. Los contagios diarios en la ciudad aumentaron de menos de cinco a principios de marzo a más de 5.600 el jueves, aunque se trata de un ligero descenso respecto al recuento del miércoles.
En la sesión informativa del jueves, los funcionarios también se disculparon por no haber sido lo suficientemente enérgicos en sus primeros esfuerzos, lo que condujo a una mayor propagación de ómicron en la ciudad.
Este artículo fue traducido por Andrea González