Buenos Aires — A pesar de que los indicadores de pobreza e indigencia mostraron signos positivos a fines de 2021, el clima social en la Argentina no mejora y las organizaciones sociales mantienen este viernes un acampe en el centro de la Ciudad de Buenos Aires en reclamo de mayor asistencia estatal.
Luego de que fracasaran las negociaciones con las autoridades del Ministerio de Desarrollo Social, los movimientos piqueteros que comenzaron a movilizarse este miércoles en las inmediaciones de la cartera decidieron acampar sobre la Avenida 9 de Julio, en principio, hasta la tarde de este viernes.
La concentración, que es llevada adelante por el Polo Obrero y otras organizaciones de izquierda, llegó a contar con una extensión de hasta diez cuadras, con lo que cortó el servicio de la línea Metrobus, en una de las principales arterias porteñas.
Desde la llegada de los manifestantes se dieron algunos momentos de tensión con la Policía de la Ciudad, la cual secuestró carpas, ollas y bolsas de dormir con el fin de impedir la permanencia de quienes llevaban a cabo la protesta. Este jueves, además, frenó el avance de una marcha por la autopista
La masiva movilización comenzó en una jornada en la que el INDEC dio a conocer los últimos datos vinculados con la incidencia de la pobreza e indigencia en el país. De acuerdo con el reporte oficial, la pobreza en Argentina bajó de 40,6% a 37,3% en el segundo semestre de 2021.
Así, la tasa se redujo en 3,3 puntos porcentuales respecto del semestre anterior y 4,7 puntos de forma interanual. También hubo una disminución en el registro de la indigencia, que bajó a un dígito, y quedó en 8,2%.
Los reclamos
Los manifestantes aseguran que es necesario contar con más ayuda del Estado ante el avance de los precios. “Sabemos que lo que viene va a ser peor. Es importante que se atienda el reclamo”, sostuvo el legislador porteño Gabriel Solano.
En ese sentido, aseguró que hay “montos desactualizados” de los planes sociales, mientras destacó la necesidad de “trabajo genuino”.
La pobreza en 2022
Si bien el indicador expone una mejora en la variable a finales de 2021, el sector privado advierte sobre un deterioro para la primera parte de este año.
El Centro de Economía Política (CEPA) analizó que “casi terminando el primer trimestre de 2022 puede inferirse que los indicadores de pobreza e indigencia presentaran un estancamiento/incremento durante el primer semestre del año, dependiendo de las políticas que se apliquen”.
“El primer trimestre mostrará peores resultados dado que no sólo se percibe inflación elevada, sino que coincide con salarios ‘viejos’ y actualizaciones que aún no se implementan”, manifestó.
El informe de la entidad anticipó que el indicador podría mostrar una tendencia creciente en el primer trimestre de 2022, aunque confió en que podría decrecer en el segundo.
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“Para aspirar a ello, en primer lugar, se debe lograr que los precios se estabilicen en los valores actuales, y que las paritarias (que se están cerrando a partir de abril) ayuden a compensar la pérdida de poder adquisitivo del primer trimestre”, consideró.
Asimismo, estimó que “podrían fortalecer la estrategia de reducción de pobreza la entrega del bono extraordinario de ANSES a jubilados de la mínima”. Además, puntualizó: “Dada la cercanía entre el valor de la Canasta Básica Total y la mediana salarial, el aumento por decreto de salarios podría constituir otra buena herramienta para mejorar la situación”.
“La sociedad sigue sufriendo una inflación que superará cómodamente el 50% este año, perjudicando principalmente a aquellos que tienen menores ingresos, empujándolos por debajo de la línea de la pobreza”, advirtió Diego Piccardo, economista de Libertad y Progreso.
En ese sentido, sostuvo: “El discurso errático del presidente sobre el tema inflacionario no da señales de que se encare un programa serio para bajar la inflación”.
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