“Guatemala debe ser autosuficiente para evitar inflación importada”: líder del CIG

Luis Alfonso Bosch, presidente de la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) conversó con Bloomberg Línea, y planteó la visión del sector dentro de un contexto agitado aún por la pandemia del Covid-19 y por los conflictos geopolíticos que afectan a las economías mundiales.

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Guatemala — El empresario guatemalteco Luis Alfonso Bosch asumió el desafío de liderar uno de los sectores económicos más pujantes del país por un período de dos años con el objetivo de fortalecer los sietes ejes de acción prioritarios para la institución:

  1. Promover la certeza jurídica
  2. Contrarrestar el contrabando
  3. Continuar con el combate a la corrupción
  4. Colaborar con las autoridades para mejorar la seguridad
  5. Exigir inversión e infraestructura
  6. Incrementar los niveles de atracción de inversión
  7. Impulsar medidas que mejoren la competitividad

Bosch obtuvo la licenciatura en Administración de Empresas y Negociaciones Multinacionales por la Universidad Estatal de Florida, Estados Unidos. Es presidente de la Junta Directiva de Grupo Forestal, empresa familiar con más de 50 años en la industria de madera tratada.

Desde 2011 forma parte de la Junta Directiva de Cámara de Industria de Guatemala, con activa participación en las Comisiones Legislativa, de Trabajo, Comercio Exterior y de Emprendimiento, brindando acompañamiento a los proyectos dirigidos a la creación e innovación de nuevas empresas.

Desde la visión industrial, Guatemala es un país con un crecimiento económico muy estable, baja inflación, altas reservas, tasas de interés y tipos de cambio estables como resultado de una política monetaria estricta.

Con bajos déficits fiscales, el país cuenta con una política fiscal mucho más disciplinada que sus vecinos, aliviando la presión de deuda pública, que es de las más bajas en la región en términos porcentuales del Producto Interno Bruto (PIB).

Luis Alfonso Bosch, presidente de CIG brindó una entrevista a Bloomberg Línea y analizó varios temas de coyuntura.

¿Cómo analiza el contexto macroeconómico actual del país, en qué momento nos encontramos?

En primer lugar, Guatemala ha sido un caso de estudio a nivel Latinoamericano porque durante la pandemia del Covid-19 cuando el mundo tuvo un paro forzoso en sus industrias logísticas, entre otros retos, el país únicamente decreció un 1.5%, convirtiéndose en el segundo país de la región que menos impacto tuvo en su economía.

Segundo, cabe destacar que durante el 2021 el país creció entre un 7.5 y 8%, y eso es algo increíble. Tendríamos que analizar el crecimiento de la región, pero siempre estuvo entre los primeros lugares.

Tercero, el ritmo inflacionario del país es estable, se ubica en 2.91% y al compararlo con países como Estados Unidos que ya llega a un 8%; y que eso se traduce en el encarecimiento de los productos y servicios, podemos afirmar que el margen aún es manejable.

Cuarto, en aspectos macroeconómicos el país es muy estable y el manejo de su política monetaria y crediticia es impecable teniendo una estabilidad en el tipo de cambio por más de 15 años, tiempo en el cual no se ha observado un cambio abrupto ubicándose entre Q7.80 o Q7.90 por US$1, quizá hay un pico de Q8, pero eso demuestra estabilidad.

Por último, las reservas a la fecha son cerca de US$21,000.00 millones, esto representa 1.5 veces el Presupuesto de Ingresos y Egresos. Esto significa que si en dado caso el país no genera ingresos durante 1.5 años tendría ahorros para funcionar.

¿Cómo se encuentra el sector industrial, que falta por hacer?

A nivel de industrialización, el país necesita que el crecimiento del aporte de este sector al Producto Interno Bruto (PIB) aumente porque estamos cerca del 22 y 28% y debería estar como mínimo en un 50% porque está comprobado que a mayor industrialización significa más PIB y mejor nivel de vida.

En los últimos años China tuvo una tasa de crecimiento promedio del PIB de un 8% y la industria aporto un 9.69% del PIB esa diferencia (1.66%) significa que la industria creció más y se traduce en que el nivel de vida de las personas incrementó 43 veces.

En Guatemala, en los últimos 60 años la tasa de crecimiento promedio del PIB es de 3.80% y la industria tuvo un 3.93% y eso representó un 1.22 veces una mejora en la calidad de vida, por lo tanto, eso nos hace lentos.

Este año estaremos arriba del crecimiento de 5.5%, pero necesitamos esa integración de lo que produce el país que sea más industrializado.

Dentro de los retos estamos obligados a entender las cadenas de valor tanto a nivel local para integrarnos internacionalmente y eso va de la mano de la transformación de productos, bienes y servicios.

Hay que analizarlo por industria, pero podemos poner de ejemplo a un agricultor que cultiva sus verduras, si le agregamos plantas de procesamiento, cadenas frías, un aeropuerto, ese mismo productor puede recibir un mejor pago por sus productos.

Pero, para lograrlo necesitamos mejorar la infraestructura y que vengan inversionistas, para lograrlo se necesita modificar la Ley las Alianzas Público-Privadas.

¿Cómo cerró el último Índice de Actividad Industrial?

Este Índice se basa en lo que la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) y el Banco de Guatemala publican, y el último corresponde al último trimestre del año pasado, y lo que reflejó es que todas las industrias ya se recuperaron.

Según el informe elaborado por Central American Business Intelligence (CABI), la industria nacional ya había empezado su camino hacia la recuperación y a mayo del año pasado el indicador se ubicó en 5.6% después de la contracción de 1% reportada en marzo del 2021.

Además, el nivel de afiliación ya sobrepasó las cifras prepandemia. Al 2021 tenemos 1.388,248 personas afiliadas al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), en el 2017 habían 1.313,000 y en pandemia bajó a 1.289,000. El empleo formal ha incrementado y esperamos que así continúe.

El sector público es el que preocupa porque se incrementó desde el 2017 en 74,000 y al 2021 pasó a 98,000.

Hay que hacer más análisis, pero observamos que el sector empleador formal se encuentra ya en índices pre-pandemia.

Las industrias más afectadas por la pandemia fueron restaurantes, turismo, hoteles, y las cadenas de valor que las alimentan, pero, en el último índice ya se recuperaron y están con una tendencia al alza.

¿Qué se necesita para minimizar los efectos de la inflación importada?

La reactivación económica es un hecho, aún en medio de los conflictos geopolíticos que dejan impactos en las economías mundiales, y especialmente en el tema inflacionario, porque el país importa cerca de un 60 y 65% de productos, debido a que no producimos maquinaria, equipos de alta tecnología, petróleo, insumos médicos, entre otros.

Si en un país hay guerra, se produce escasez, si hay complicaciones logísticas eso encarece los precios e importamos esa inflación.

El conflicto entre Ucrania y Rusia debe preocuparnos, porque son países graneleros que abastecen las industrias de alimentos. Recordemos que en Guatemala no hay suficiente maíz para alimentar la cantidad de aves que, a su vez, sirven de alimento a la población. Guatemala es autosuficiente en otros productos, pero aún importa una cantidad significativa.

Si existe incremento en precios no es porque los industriales o comerciantes busquemos ganar más sino porque todo se encarece a nivel mundial. Por esa razón es importante seguir industrializando el país, porque a medida que se produzcan más cosas seremos autosuficientes y con una macroeconomía estable podríamos ser ejemplo para el mundo.

¿Cuáles podrían ser los impactos de la subida de tasas de la Reserva Federal en Estados Unidos?

La información que tenemos es el incremento del 0.25% a la Tasa Líder y vienen cinco o seis más, pero no se sabe cuánto, se vislumbra una inflación inminente en Estados Unidos y el impacto que pueda tener en Guatemala aún no lo sabemos. Debemos estar atentos, analizar constantemente, y estoy seguro que la Política Monetaria ha sido sana y responsable, por lo tanto, confiamos en que tomarán las decisiones acertadas en el momento indicado.

Nos preocupa porque la población resiente esos traslados de costos, y estamos conscientes del incremento de productos y servicios, por lo tanto, lo importante es velar por la seguridad alimentaria de los más vulnerables.

Aún se espera el impacto en temas inflacionarios fuertes al país, y hay que comunicarlo como es de manera responsable para no crear pánico entre la población.

Como buenos administradores debemos entrar a un proceso de austeridad, todo el ahorro que se pueda hacer, de compartir transporte, cuidar la energía, porque Guatemala es autosuficiente en la producción de energía eléctrica, pero si no hay suficiente, también suben los costos.

¿Cuál es su opinión en el tema de los subsidios que está otorgando el Gobierno de Guatemala al gas propano, gasolina regular y diésel?

Por principios de la institución siempre estaremos en desacuerdo con los subsidios y de cualquier otra medida que controle precios, y altere las condiciones orgánicas de la economía.

No validamos, no apoyamos y tampoco aplaudimos los subsidios. Sin embargo, debido a las circunstancias de la economía mundial, inflación y escasez de algunos productos, y siendo conscientes de que los guatemaltecos aprecian la ayuda han sido oportunos otro tipo de apoyos que no son por medio de esa modalidad.

Hay que encontrar la forma de ayudar al guatemalteco trabajador, pero no por esa vía.

Por ejemplo, el de la gasolina que entra en abril, y si tiene un principio y fin se puede vivir con ello, pero pensamos que no se debe acostumbrar a que cuando hayan crisis ese sea el mecanismo de salida.

Es un tema complicado, sabemos que hay necesidad de apoyar y somos solidarios, por lo tanto, hay que originar otras ayudas sociales.

¿En el tema de atracción de inversión, qué falta para poder generar más confianza al país?

Los industriales son una fortaleza para el país, porque el año pasado la Inversión Extranjera Directa, sin contar la transacción de Millicom, que fue cerca de US$1,200 millones aproximadamente, estimamos que la inversión de industrias locales supera la inversión internacional.

Observamos que con las inversiones de los grupos medianos y grandes del sector se han tenido inversiones importantes en construcción de hidroeléctricas, ampliación en líneas de producción, entre otros proyectos grandes.

Guatemala tiene claro el mapa hacia dónde dirigir sus esfuerzos con el plan Guatemala No Se Detiene, pero necesita algunas reformas legislativas como la Ley de las Alianzas Público Privadas para hacerla más atractiva.

Crear una Ley de Estabilidad Jurídica para las Inversiones para garantizar la certeza jurídica, asegurar estabilidad en reglas y condiciones independientemente del gobierno de turno, porque la ley los protegería por 20 años, por ejemplo.

A nivel social hay una ley importante y es la del Alumbrado Público, porque en el interior del país una persona paga Q20 de consumo de energía, pero Q40 o más por el alumbrado público, esto ayudará a la población a tener economías reales.

La derogatoria del ISO, que supuestamente iba a ser temporal, pero se quedó permanente.

Crear una Ley de Autoridad Portuaria, analizar la Ley Minera, también es importante, todas pueden mover la aguja de la inversión.

Hacemos un llamado a la evaluación de leyes que puedan atraer industrias que se desarrollen en el país, infraestructura, minería, turismo, y con una Ley de Estabilidad Jurídica se lograrían inversiones de mayor envergadura.

¿Existe una debacle en el aparato de justicia, el exilio de varios jueces y fiscales ha provocado diversas reacciones, cómo han analizado ese tema?

Tenemos un reto en el tema de justicia con el desenvolvimiento de jueces, fiscales, y todo el aparato que tiene en sus manos nuestras libertades y derechos constitucionales.

Sin embargo, es al guatemalteco a quien le debe interesar que todo el aparato judicial sea independiente y que se apegue al debido proceso de la ley. Queremos cortes que respeten el debido proceso por el bien de los guatemaltecos.

Si no hay aplicación de la ley pronta y cumplida es difícil que haya paz social.

Si hay un reto, pero no todo es malo, hay cosas que sí funcionan, porque los jueces exiliados no confían en el sistema y eso es lo delicado, personas que conocen el sistema desde hace años se pronuncian ahora y hacen quedar mal país.

Esperamos que la elección del nuevo fiscal del Ministerio Público sea transparente y se espera una lista de los seis mejores para que el presidente Alejandro Giammattei pueda elegir a uno y si no puede continuar puede asumir otro con el mismo nivel de profesionalismo.

Por último, tenemos que arreglar nuestros propios problemas, porque al final del día somos nosotros los más interesados.