Ministro de Trabajo uruguayo: “Si la inflación se dispara es más difícil recuperar salarios”

En entrevista con Bloomberg Línea, Pablo Mieres habló sobre el impacto de la inflación en la recuperación salarial y dijo que no imagina más conflictividad tras referéndum

“No imagino una explosión de conflictividad” tras el referéndum, dijo el ministro de Trabajo.
30 de marzo, 2022 | 05:00 AM

Montevideo — Entre carpetas, papeles, y documentos, Pablo Mieres tiene sobre el escritorio de su despacho un posavasos del Club Nacional de Fútbol. Fanático del equipo tricolor, el ministro de Trabajo uruguayo utiliza una analogía futbolera para referirse a lo que resta de la gestión del gobierno después de imponerse en el referéndum del domingo sobre los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración.

Para Mieres ahora empieza el segundo tiempo, y la lectura que hace del resultado de la votación ratificó el apoyo en el gobierno “para seguir avanzando”. Uno de los puntos prioritarios de la agenda de este año será la reforma de la seguridad social, algo para lo que el Poder Ejecutivo redacta un anteproyecto de ley para compartirlo con los socios de la coalición y luego presentarlo a la oposición del Frente Amplio.

“Cuanto más consenso haya en la reforma previsional mejor”, dijo Mieres durante una entrevista con Bloomberg Línea en la que adelantó algunas de las líneas políticas que seguirá el Poder Ejecutivo. Además se refirió al futuro de las cajas de pensiones paraestatales que tiene el sistema previsional uruguayo. “Nuestra idea es que deberían ir convergiendo en sus criterios y sus parámetros hacia un régimen más homogéneo”, afirmó.

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El ministro también habló sobre la inflación, su implicancia en la caída del salario real de los uruguayos que en 2021 tuvo una pérdida de 1,6%, y de las dificultades que puedan darse para la recuperación salarial en caso de que el Índice de Precios al Consumo siga en asenso. “Si la inflación se dispara es más difícil alcanzar esa recuperación salarial. El objetivo es el mismo y el compromiso se mantiene pero estamos remando con viento en contra”, dijo el Mieres. Pese al avance inflacionario, el ministro ratificó que de momento no está planteado modificar las pautas salariales y que de momento la política del gobierno es atacar el nivel de precios.

La inflación interanual en los 12 meses cerrados a febrero se ubicó en Uruguay en 8,85%, con un avance sobre el 8,15% registrado en enero. En tanto, en la última encuesta de expectativas de inflación difundida este martes por el Banco Central del Uruguay, los analistas ajustaron al alza sus proyecciones para fin de año y la mediana de las respuestas ubicó a la inflación en 7,9%, por encima del 7,1% previsto para diciembre de 2022 según la encuesta de febrero.

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Mieres también dijo que no imagina “una explosión de conflictivdad” después del referéndum de la LUC y detalló las propuestas de su cartera para introducir modificaciones en los Consejos de Salarios.

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La siguiente entrevista fue editada por motivos de extensión y claridad.

¿Qué evaluación hace de los resultados del referéndum?

Una evaluación positiva. El gobierno recibió un veredicto de la ciudadanía de ratificación del rumbo con resultados muy parecidos a los que determinaron el triunfo de (Luis) Lacalle Pou en la segunda vuelta de 2019. En el medio tuvimos dos años marcados por la pandemia, y una situación de crisis mundial que afectó la salud, la economía, y el empleo, y a pesar de todo eso la gente ratificó el apoyo. Es un gran logro en esas circunstancias tan adversas, que a nivel internacional ha significado la pérdida de respaldo de muchos gobiernos por la crisis que generó la pandemia. Y además a pesar de todo el empuje inflacionario que terminó pegando en el final de la campaña, que no era responsabilidad nuestra pero que la oposición lo usó de manera muy oportunista las últimas tres semanas. Es un resultado muy positivo que lo que hace es darnos el apoyo para seguir avanzando.

El presidente dijo que una prioridad es la reforma previsional y el gobierno prepara un proyecto de ley. ¿El tema del aumento de la edad de retiro a 65 años está laudado?

La reforma de la seguridad social es uno de los temas centrales del país y no hay ninguna duda. Es un tema que debería ser objeto de una política de Estado, porque las reformas de seguridad social proyectan efectos a 20 o 30 años, por lo tanto cuanto más consenso haya en la reforma mejor. Nosotros lo intentamos, formamos una comisión multipartidaria que trabajó más de un año, y terminó elaborando recomendaciones que lamentablemente el Frente Amplio no acompañó. Tampoco hubo ningún documento arriba de la mesa. El contenido de esa reforma, si bien hay recomendaciones, tiene que pasar a convertirse en un texto jurídico que es lo que está en proceso. Entre las recomendaciones está el tema de la edad de retiro. Uruguay tiene una estructura demográfica que refleja una expectativa de vida muy extensa y eso es resultado de un sistema de salud universal, y condiciones sociales más favorables. Desde las características demográficas está muy bueno, pero desde la sustentabilidad del sistema de seguridad social es un problema, porque además se agrega otra característica propia de la modernización que es la reducción de la natalidad. Cuando juntas todo tenés un resultado en el que el viejo modelo de que los activos financian las pasividades no funciona. Y a su vez la duración de la vida indica dos cosas: que llegas mejor a edades más largas y que vas a vivir bastante más. Entonces extender la edad de retiro es una posibilidad. Ese tema está arriba de la mesa. No creo que vaya a ser el gran tema.

Desde su punto de vista entonces debe estar incluido.

Creo que todo este análisis es difícil de rebatir si uno actúa con lealtad intelectual porque hay que ver cómo alinear la realidad demográfica a la realidad de la seguridad social.

¿Y cuáles imagina como los grandes temas?

Estás cosas hay que terminar de discutirlas políticamente. El proyecto es integral, ambicioso, y lo que busca es abarcar a todos los subsistemas, no solamente al Banco de Previsión Social. Hay cinco subsistemas adicionales: militares, policías, notarios, bancarios y profesionales. Nuestra idea es que deberían ir convergiendo en sus criterios y sus parámetros hacia un régimen más homogéneo.

¿Qué va a pasar entonces con las cajas?

Van a mantenerse. Eso está fuera de discusión. Sí van a ir incorporando parámetros y criterios más comunes en la definición de los regímenes para tratar de volverlo más justo, más equitativo y más homogéneo.

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El director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto Isaac Alfie habló en un evento sobre que estaban trabajando en la extra longevidad. ¿En qué están pensando?

Lo está trabajando OPP. No hay nada definido al respecto.

En cuanto a la inflación, ¿cómo sigue el Poder Ejecutivo el tema debido a su implicancia en el poder de compra de los uruguayos?

Este gobierno llegó con el objetivo de bajar sustancialmente la inflación. Esto que está pasando nos parece muy negativo. El mundo ha tenido un empuje inflacionario que empieza antes de la guerra pero que la guerra lo retroalimenta. Es imposible que Uruguay no sufra está situación. Estados Unidos tiene la tasa de inflación más alta de los últimos 40 años. Brasil por primera vez en 20 años ha aumentado el combustible por encima de Uruguay. Nosotros estamos sufriendo esa situación, que además complica un objetivo y un compromiso que el gobierno tiene de recuperar el poder adquisitivo del salario a los niveles previos a la pandemia. Agarra a los trabajadores uruguayos en un momento en que han perdido poder adquisitivo y en un proceso en que se intenta la recuperación, pero si la inflación se dispara es más difícil alcanzar esa recuperación salarial. El objetivo es el mismo y el compromiso se mantiene pero estamos remando con viento en contra.

¿El objetivo continúa entonces?

Sigue comprometido. Ahora tenemos un nuevo desafío que no estaba en el cálculo de nadie y es el impacto de una inflación mundial que llevó el precio del petróleo al triple de lo que existía hace un año. Lo mismo el precio de los alimentos. Pero la meta sigue vigente y tenemos que trabajar para eso.

¿Si la inflación sigue al alza eso se va acompañar con algún cambio de pautas salariales?

Por ahora no está planteado. El gobierno está trabajando sobre los precios a ver si logra contener el impulso al crecimiento y para eso se están viendo distintas alternativas. La propia decisión de no reflejar en los aumentos de combustibles los precios del crudo ha sido una medida de freno a la inflación. Los aumentos del combustible en Uruguay estuvieron bastante por debajo de lo que significó el incremento del Precio de Paridad de Importación.

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El presidente dijo que el 2022 es el año para iniciar la recuperación salarial. ¿En qué medida?

Espero que si pero asumo que hay un problema y es que si la inflación sigue creciendo es muy difícil recuperar. La novena ronda tiene una pauta salarial que establece que el aumento de los salarios va en función de la inflación esperada. La inflación esperada hace un año. Y la inflación esperada va a estar superada por la que efectivamente ocurra. Tiene una cláusula de ajuste por inflación pero al final de la ronda, que es en julio del año que viene. Entonces hay otros acuerdos donde esos ajustes por inflación se hacen de manera más periódica. Ahí puede haber contención. Pero si no hay un retroceso de la inflación lo que se va a generar es una distancia mayor entre los aumentos acordados y la evolución de los precios. Vamos a ver. El 2022 empieza sin duda a ser un año más complicado del que esperábamos.

¿Ante eso un cambio de pautas no está sobre la mesa?

Todavía no nos hemos sentado a analizarlo. Porque además el incremento salarial implica un componente que retroalimenta la inflación. Es como una especie de conejo y la zanahoria, entonces hay que tener cuidado en no caer en un círculo vicioso. Todo eso lo tenemos que analizar con cuidado. Estamos recién en la etapa de funcionar sobre los precios. Y ese es el objetivo: evitar que los precios se disparen, que se vaya frenando el proceso inflacionario y que volvamos a estar cerca de lo de la pauta salarial.

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¿Hay algún instrumento concreto para lo que ustedes proponen cómo una mejora de los Consejos de Salarios?

Hay algunas cosas de la Ley de Negociación colectiva porque la Organización Internacional del Trabajo nos ha observado y Uruguay tiene que levantar la observación. Por otro lado uno siente que hay como cierta rigidez en los mecanismos de negociación. Los mecanismos por rama de actividad de manera muy estricta ocultan heterogeneidades. Por ejemplo, la canasta básica de alimentos de Montevideo es significativamente más cara que la del interior. Sin embargo, los laudos para las distintas categorías son iguales para Montevideo que para el interior. ¿Es fácil resolver esto? No. Lo que creo es que tenemos que sentarnos y encontrar caminos. Otro ejemplo es el procedimiento de los descuelgues, que es cuando una empresa anuncia que no puede pagar lo acordado por una situación particular. Hoy un pedido de descuelgue se tramita caso a caso y no tiene reglas previstas. Creo que tenemos que laudar un mecanismo que establezca reglas generales que determine en qué condiciones se puede obtener un descuelgue con respecto a un laudo. También la actualización de las categorías laborales. Hay denominaciones de roles laborales que de repente no existen más.

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Por fuera de los temas de su cartera, ¿cuál es el principal desafío de la agenda del gobierno?

El gran tema es la educación. Si me decís a mi, la prioridad uno es la reforma educativa. Porque va en ello el futuro de las generaciones más jóvenes. Tenemos una educación que estuvo estancada durante años, que ahora está en un proceso de transformación, que además ha estado bastante enlentecido por la pandemia, pero que tiene que dinamizarse.

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Usted es docente, más vinculado al ámbito universitario, ¿en materia curricular cómo debería ser el cambio en secundaria?

Hay un proceso que está avanzado con centros piloto que están ejecutando el modelo de transformación y me parece que ese es el camino. Hay que ir por la importancia de los centros educativos, la autonomía, la relevancia del director con un equipo de docentes más estable. Lamentablemente, porque el Frente Amplio tenía una dependencia muy grande de las organizaciones sindicales, le costaba mucho llevar adelante un proyecto de cambio que no estuviera en línea con los sindicatos. Y los sindicatos cualquier cosa que cambies se oponen. Es lamentable pero es un reflejo condicionado.

¿Cómo imagina el vínculo con los sindicatos después del referéndum?

Bien. Va a seguir igual. Cuando la historia del referéndum empezó, que fue en la segunda mitad de 2020, un día teníamos una reunión con los dirigentes del Pit-Cnt y hablamos de que iban a empezar a juntar firmas. Ok, pero les dije: eso es un tema separado. Acá vamos a seguir con las mismas características de diálogo. Y así fue y va a seguir siendo. Este es un gobierno que dialoga más allá que nos digan que no.

¿Qué nivel de conflictividad espera?

Creo que va a seguir como el que ha venido siendo. No me imagino una explosión de conflictividad. Va a haber conflictos como hubo. Decían que se afectaban los derechos de los trabajadores con la LUC. Este es un gobierno en el que hubo tres paros generales, múltiples paros parciales. Hay conflictos de manera normal. No me imagino un aumento de la conflictividad.

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