Buenos Aires — El embajador de Rusia en Argentina, Dmitry Feoktistov, dijo que las sanciones de los países de Occidente por haber invadido a Ucrania –guerra que en el último mes ha dejado a al menos 1.000 civiles muertos, entre ellos un centenar de niños, según las Naciones Unidas– ya empiezan a afectar a su país, por ejemplo, en el suministro de medicamentos. El funcionario también reconoció que las relaciones comerciales con Argentina se verán afectadas.
“No negamos que las sanciones también tienen consecuencias negativas para la situación en Rusia (...) Hoy, por ejemplo, en varias regiones del país hay escasez de ciertos medicamentos, incluida la insulina, que antes se abastecía en volúmenes significativos desde el exterior”, explicó Feoktistov por escrito a un cuestionario enviado por Bloomberg Línea.
Rusia no se encuentra entre los 10 principales socios comerciales de la Argentina, con un intercambio entre ambas naciones que totalizó los US$1.330 millones en 2021. Sin embargo, el país europeo es el origen de una cuota significativa de los fertilizantes que compra la Argentina para el campo, el sector económico que más divisas genera.
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En ese punto es donde puede empezar a preocupar que, con el impacto de solo cuatro días de guerra en febrero, las importaciones argentinas desde Rusia durante ese mes hayan caído por un 69% interanual, según datos del INDEC.
El embajador –quien reemplazó a Viktor Koronelli en Buenos Aires en agosto de 2018– dice que, efectivamente, en el último mes se han visto afectadas las relaciones económicas con Argentina. ”Las sanciones occidentales contra Rusia afectaron nuestras relaciones comerciales y económicas con Argentina, así como con otros países. Hay problemas tanto con la logística y las cadenas de suministro, como con los mecanismos de pagos”, señaló. Pero agregó que los inconvenientes podrían ser superados: “Esperamos que el deseo mutuo nos permita superar completamente o por el menos minimizar muchas dificultades. Suponemos que la implementación de proyectos ruso-argentinos en varios campos responde a los intereses de ambos estados”, dijo.
Aunque Argentina demoró cuatro días en condenar la invasión rusa de Ucrania, el canciller, Santiago Cafiero, eventualmente rechazó explícitamente la postura del Gobierno de Vladimir Putin en relación al conflicto, al afirmar que “las guerras preventivas son condenables porque no son lícitas”.
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Sin embargo, el Gobierno de Alberto Fernández ha descartado cualquier tipo de sanción económica a Rusia, y no se ha pronunciado en relación a los pedidos de la comunidad internacional de expulsar al país europeo del G20.
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No son secretas las buenas relaciones que ha tenido Argentina en los últimos años con el Kremlin. Tanto es así, que el 3 de febrero pasado, semanas antes de que Rusia enfilara los cañones hacia Ucrania, Fernández visitó en persona a Putin y le prometió que el país sería “la puerta de entrada” a América Latina.
“Consideramos que Buenos Aires formó esta postura independientemente sin presiones externas. Hoy Argentina pone el énfasis principal en el pronto fin del enfrentamiento militar en Ucrania y se manifiesta a favor de la resolución de cualquier conflicto por vías pacíficas. Al mismo tiempo, es fundamentalmente importante tener en cuenta que el Gobierno no tiene la intención de adherirse a las sanciones contra Rusia. Se lo agradecemos”, dijo Feoktistov a Bloomberg Línea, quien agregó que los canales con la Casa Rosada están abiertos.
La guerra
Al ser consultado por la posibilidad de una resolución pacífica y dialogada al conflicto armado, el embajador no hizo mención a la invasión rusa al territorio ucraniano el 24 de febrero, que ha sido señalada internacionalmente como el casus belli de la guerra, a la que Rusia denomina una “operación militar especial”. Tampoco hizo referencia a las denuncias de la comunidad internacional contra Rusia por crímenes contra la humanidad.
“Cada conflicto llegará a su fin, cuanto antes mejor. Fue Rusia quien inició las negociaciones de paz con Ucrania. A la fecha, se llevaron a cabo varias rondas de reuniones presenciales, y ahora la interacción continúa prácticamente a diario en el formato de videoconferencias (...) Como sabemos, las posiciones de las partes sí están acercándose, pero la operación militar especial continuará hasta que se logren sus objetivos y tareas principales”, afirmó Feoktistov.
En declaraciones a este medio, el embajador afirmó: “Ni bien la parte rusa anuncia el progreso en las negociaciones, inmediatamente se realizan nuevas entregas de armas a Kiev desde los Estados Unidos y otros países que se encuentran en la órbita de su influencia”. “Esto nos hace pensar que estos estados no tienen ningún interés real en poner fin a las hostilidades en Ucrania”, agregó.
El 15 de marzo, el Congreso estadounidense sancionó una ley para inyectar US$13.600 millones en Ucrania en materia de ayuda militar y humanitaria, mientras lucha contra la invasión rusa. Desde ese momento e incluso desde antes, tanto la Unión Europea como los EE.UU. han entregado armas en reiteradas ocasiones al país presidido por Volodímir Zelenski.
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La OMS y la “discriminación” hacia la Sputnik
Otra de las preocupaciones de los argentinos vinculada al conflicto es que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha dado la aprobación de la vacuna rusa Sputnik V, que ha sido aplicada a buena parte de la población. Por esa demora, el pasado 21 de marzo el Gobierno argentino tomó la decisión de permitir que los inoculados con este biológico puedan recibir una cuarta dosis de una marca diferente, para que estas personas puedan viajar a países que siguen sin reconocer la Sputnik V.
Sobre esto, el embajador Feoktistov afirmó: “Hoy Sputnik V está aprobada para su uso en 71 países del mundo con una población total de 4.000 millones de personas. Debido a la politización del tema de su inclusión en la lista de medicamentos aprobados por la OMS los derechos de residentes de muchos países, incluida Argentina, de libre circulación por el mundo se ven limitados. Consideramos que esto es pura discriminación”.
En un comunicado oficial del Gobierno argentino en enero, tras el encuentro entre la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, se informó que la organización internacional estaba “a la espera del último informe de la cartera sanitaria rusa para, posteriormente, realizar la visita [al Instituto Gamaleya en Rusia] y finalizar la evaluación”. El final de ese proceso sería, en principio, la aprobación de emergencia de la vacuna Sputnik V.
Sin embargo, el 17 de marzo, Mariangela Simao, experta en vacunas de las Naciones Unidas, informó: “Funcionarios de nuestra agencia iban a ir a Rusia el 7 de marzo para inspeccionar las instalaciones donde se fabrica el suero creado en Moscú. Pero la evaluación y las inspecciones se han visto afectadas por la situación”, en una referencia a la guerra.
Por su parte, Vizzotti confirmó que “el Instituto Gamaleya y la Federación Rusa presentaron los más de 800 documentos que les habían solicitado y estaba programada la visita de inspección”.
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