Bloomberg Opinión — El presidente de la Reserva Federal de EE.UU., Jerome Powell, ha hecho dos afirmaciones ambiciosas sobre la gestión de la economía por parte del banco central. En su más reciente conferencia de prensa, dijo que el nuevo marco de política monetaria de la Fed, más tolerante a la inflación, no es responsable del reciente aumento de los precios al consumidor. Luego, la semana siguiente, citó tres ejemplos históricos, los ciclos de ajuste de 1964, 1984 y 1993, como evidencia de que la Fed puede lograr un “aterrizaje suave”, ralentizando el crecimiento y frenando la inflación sin precipitar una recesión.
Estoy en desacuerdo con ambos argumentos. La aplicación del marco de política monetaria por parte de la Fed la ha dejado rezagada en el control de la inflación. Esto, a su vez, ha hecho que un aterrizaje forzoso sea prácticamente inevitable.
Según el marco de política monetaria introducido en agosto de 2020, se supone que la Fed tiene como objetivo una inflación anual promedio del 2%, lo que significa permitir sobreimpulsos ocasionales para compensar déficits anteriores. Sin embargo, en la recuperación actual, el banco central tradujo esto en un compromiso más específico. No comenzaría a eliminar el estímulo monetario hasta que se cumplieran tres condiciones: la inflación alcanzara el 2%; que se esperara que la inflación persistiera durante algún tiempo; y el empleo alcanzara el nivel máximo compatible con la meta de inflación del 2%.
Esto fue un error. Como escribí en junio pasado:
Esto significa que la política monetaria seguirá siendo flexible hasta que comience el sobrecalentamiento, y enfriar las cosas requerirá que la Reserva Federal aumente las tasas de interés mucho más rápido y más de lo que lo haría si comenzara a subir las tasas antes. […] Es probable que la demora en el despegue, por ejemplo, empuje la tasa de desempleo considerablemente por debajo del nivel consistente con una inflación estable, aumentando las probabilidades de que la Fed necesite ajustar lo suficiente para hacer que la tasa de desempleo vuelva a subir en más de 0,5%. Durante los últimos 75 años, cada vez que la tasa de desempleo aumentó esa cantidad, se produjo una recesión.
Este escenario se está desarrollando ahora. El mercado laboral está “extremadamente ajustado” (palabras de Powell), la inflación está muy por encima del objetivo de la Fed y el banco central apenas comienza a eliminar la postura acomodaticia monetaria extraordinaria. Powell culpa a la mala suerte: sorpresas como cadenas de suministro enredadas que los funcionarios no podrían haber anticipado. Hasta cierto punto, puede que tenga razón, pero la Fed, no obstante, tiene responsabilidad por ser tan lenta en reconocer los riesgos de inflación y comenzar a endurecer la política monetaria.
Entonces, ¿puede la Fed corregir su error y diseñar un aterrizaje suave? Powell tiene razón en que el banco central endureció significativamente la política monetaria en 1965, 1984 y 1994 sin precipitar una recesión. En ninguno de esos episodios, sin embargo, la Fed endureció lo suficiente como para hacer subir la tasa de desempleo.
- 1964: Las tasas de los fondos federales aumentaron del 3,4% en octubre de 1964 al 5,8% en noviembre de 1966, mientras que la tasa de desempleo disminuyó del 5,1% al 3,6%.
- 1984: La tasa de fondos federales aumentó del 9,6% en febrero al 11,6% en agosto, mientras que la tasa de desempleo disminuyó del 7,8% al 7,5%.
- 1993: La tasa de fondos federales aumentó del 3% en diciembre de 1993 al 6% en abril de 1995, mientras que el desempleo disminuyó del 6,5% al 5,8%.
La situación actual es muy diferente. Considere los puntos de partida: la tasa de desempleo es mucho más baja (3,8 %) y la inflación está muy por encima del objetivo del 2% de la Reserva Federal. Para crear suficiente holgura económica para contener la inflación, la Fed tendrá que ajustar lo suficiente para impulsar la tasa de desempleo al alza.
Lo que nos lleva al punto clave: la Fed nunca ha logrado un aterrizaje suave cuando ha tenido que hacer subir el desempleo de manera significativa. Esto lo recuerda la Regla Sahm, que sostiene que una recesión es inevitable cuando el promedio móvil de 3 meses de la tasa de desempleo aumenta en 0,5 puntos porcentuales o más. Peor aún, las recesiones en toda regla siempre han ido acompañadas de aumentos mucho mayores: específicamente, en los últimos 75 años, no menos de 2 puntos porcentuales.
La Fed necesita ajustar la forma en que pone en práctica su marco de política monetaria. No debería ser completamente reactiva, esperando pasivamente hasta que la inflación supere el objetivo y el mercado laboral esté extremadamente ajustado. Tal “paciencia” extrema lo obliga a pisar los frenos, lo que aumenta la probabilidad de una recesión temprana. Además, los funcionarios deben ser más directos sobre el camino a seguir: bajar la inflación será costoso, en términos de empleos y crecimiento económico.
Esta nota no refleja necesariamente la opinión del consejo editorial o de Bloomberg LP y sus propietarios.
Este artículo fue traducido por Miriam Salazar