“Guatemala puede fortalecer confianza y atraer más inversión”: Presidente del BID

Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), detalló a Bloomberg Línea las tres áreas en las que la entidad está apoyando al país con financiamiento.

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Guatemala — El buen manejo fiscal, la estabilidad macroeconómica, la posición geográfica, un sector financiero estable y sólido son aspectos que debe aprovechar Guatemala para generar más confianza en sus instituciones públicas y eliminar cuellos de botella que están provocando rezagos sociales, resaltó Mauricio Claver-Carone, presidente del BID, durante una conferencia de prensa a la que Bloomberg Línea tuvo acceso.

En el marco de la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el directivo compartió sobre la importancia de continuar apoyando al país en temas de transformación digital y proyectos sociales.

Según datos de la página del BID el portafolio activo de préstamos que ha otorgado la entidad a Guatemala asciende a US$1,108.45 millones y los proyectos sociales son los que han captado más financiamiento, le siguen agua y saneamiento, ciencia y tecnología, educación, energía, medio ambiente y desastres naturales, reforma/modernización del Estado, salud y transporte.

“Guatemala tiene potencial de crecimiento y actualmente el BID está apoyando en el manejo de la respuesta de la pandemia del Covid-19 para lo que ha otorgado unos US$500 millones en financiamiento. También, está recibiendo apoyo en la digitalización del gobierno para generar confianza con instrumentos tecnológicos que brinden transparencia”, expresó Claver-Carone.

El presidente del BID agregó que la pandemia golpeó duramente a los ciudadanos más vulnerables, y la región enfrenta una inflación al alza, mayores tasas de interés en todo el mundo y un viraje en las preocupaciones geoeconómicas y geopolíticas.

Tres áreas prioritarias

Según lo publicado en la página del Grupo BID, la estrategia con Guatemala para el período 2021 – 2024 tiene como objetivo contribuir a revertir el deterioro social de Guatemala, acentuado por la pandemia, y apuntalar el crecimiento económico con criterios de inclusión y sostenibilidad ambiental.

Para apoyar ese objetivo, el Grupo BID propone tres áreas prioritarias que serán abordadas a través del diálogo, la programación y la cartera:

  1. Fortalecimiento institucional.
  2. Mejora de la provisión de servicios básicos a la población más vulnerable.
  3. Impulso al sector privado para mayor crecimiento, más inclusivo y sostenible.

Los temas de género y diversidad, transformación digital y cambio climático y desastres naturales serán abordados de manera transversal.

Los temas de capacidad institucional, estado de derecho y transparencia e integridad serán principalmente abordados en el primer pilar, y también de manera transversa en los otros dos.

El Grupo mantendrá un diálogo en las áreas de migración, integración regional, promoción de inversiones, y turismo.

La Estrategia se alinea con las prioridades del Gobierno de Guatemala para enfrentar los impactos de la crisis del Covid-19 y las prioridades de la Política General de Gobierno 2020 – 2024, el Plan Nacional de Desarrollo K’atun Nuestra Guatemala 2032 y el Plan Guatemala No Se Detiene.

En su elaboración se tuvo un diálogo extenso con las autoridades del país, la sociedad civil y el sector privado.

Nueva propuesta de valor del BID

Durante el 2021 el BID colocó US$23,400.000 millones de financiamiento en toda la región. Un monto récord para la institución que superó en más de US$3,000.000 millones el promedio anual de US$20,000.00 millones, indicó Claver-Carone.

Durante la asamblea los gobernadores apoyaron históricas reformas BID, y una propuesta de aumento de capital para BID Invest, por lo tanto, la proyección para el 2025 podría alcanzar los US$25,000.00 millones.

El establecer una hoja de ruta para un nuevo modelo de negocios del siglo XXI permitirá a la institución ampliar una acción climática ambiciosa y favorable al comercio, proteger la biodiversidad, aumentar el financiamiento verde y avanzar más en la igualdad de género.

El nuevo modelo de negocios va de la mano de la propuesta hacia un aumento de capital para BID Invest, ventanilla del Banco para el sector privado.

Esta propuesta dotará a BID Invest de una mayor capacidad de respuesta a las necesidades de la región, incrementará notablemente la inversión en el sector privado y potenciará la creación de empleos formales. Sus detalles serán presentados al Directorio Ejecutivo en septiembre del presente año.

La aprobación de una nueva propuesta de valor para el Banco mejorará su capacidad para brindar atención a temas sociales, fortalecer el sector privado y luchar contra el cambio climático.

Estas medidas de los Gobernadores modernizarán al BID, a BID Invest y a BID Lab, el laboratorio de innovación, dando paso a un nuevo modelo de negocios del siglo XXI que ayudará a los países de América Latina y el Caribe a afrontar con más eficacia desafíos como la pobreza y la desigualdad, el cambio climático y la necesidad de digitalización.

Las reformas propuestas permitirán al Banco acelerar un crecimiento incluyente y sostenible al fortalecer las sinergias entre los sectores público y privado, asegurar que se brinden las mismas oportunidades a las mujeres en ámbitos como la educación, los negocios y la justicia, y hacer más para ayudar a los países a alcanzar las metas de emisiones netas nulas.

En 2020 y 2021 estuvimos a la altura de las circunstancias, pero podemos lograr todavía más aprovechando nuestras fortalezas. Gracias a las medidas de los Gobernadores, ahora podemos ayudar de manera más eficaz a la región movilizando recursos públicos y privados y haciendo más en ámbitos fundamentales como el cambio climático y la igualdad de género”, destacó el presidente del BID.

La próxima Asamblea Anual del BID y de BID Invest se realizará en Panamá.

Aún se vive el impacto de la pandemia

El BID planteó que, incluso antes de la pandemia, América latina y el Caribe enfrentaba considerables desafíos socioeconómicos, incluyendo algunas de las tasas de crecimiento más bajas del mundo, altos niveles de informalidad laboral, un creciente malestar social, casi un tercio de la población en situación de pobreza, y grandes brechas en materia de infraestructura, digitalización y financiamiento para pequeñas empresas.

La pandemia sumó a millones de personas en la pobreza y ocasionó retrocesos en igualdad, en especial para las mujeres, que minaron los avances logrados en los últimos 10 años. Además, en 2020 la región sufrió el peor colapso económico de los últimos 200 años y, en un principio, registró las tasas de mortalidad por Covid-19 más altas del mundo.

En 2021, contra toda expectativa, la región experimentó una de las recuperaciones económicas más rápidas a nivel internacional. No obstante, esa reactivación no ha ido acompañada de mejoras acordes en el mercado laboral o en indicadores socioeconómicos clave, particularmente en el caso de las mujeres, que han perdido más empleos que los hombres y están teniendo dificultades para reincorporarse al mercado de trabajo.

La región también sigue padeciendo los efectos de cierres escolares de duración sin precedentes en todo el mundo (promedio de 231 días) y millones de niños aún no han retornado a las aulas.