Bloomberg — Los funcionarios de la Reserva Federal, agitados por la persistente inflación y las críticas de que están detrás de la curva, han pivotado hacia un plan de subidas de tasas de interés aún más agresivo de lo que señalaron a principios de este mes para asegurar que se enfríe el aumento de los precios.
En los días posteriores a la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC, por sus siglas en inglés) del 15 y 16 de marzo, el presidente Jerome Powell y sus colegas cambiaron su tradicional preferencia por subidas lentas y graduales de los tipos de interés por una política más agresiva, contemplando una posible subida de medio punto en mayo y más en el futuro.
La guerra en Ucrania les hizo ser cautelosos en un principio, y los funcionarios respaldaron un aumento de un cuarto de punto este mes al subir las tasas desde cerca de cero. Pero los inversores se tomaron la subida con calma y la Fed pronto se preocupó más de que el aumento de los precios de los alimentos y la energía causado por la guerra afianzara la inflación (y las expectativas) en niveles inaceptablemente altos.
En numerosos discursos luego de la subida de tasas, los funcionarios subrayan que quieren que el papel protagonista del banco central en el enfriamiento de las presiones sobre los precios ocupe un lugar mucho más destacado en la conversación nacional.
“Inflación, inflación, inflación es lo primero en lo que piensa todo el mundo”, dijo la presidenta de la Fed de San Francisco, Mary Daly, en la Cumbre de la Igualdad de Bloomberg el 23 de marzo, y añadió que “ahora mismo tengo todo sobre la mesa”, incluida una subida de medio punto en mayo, para enfriar las presiones de precios más intensas de los últimos 40 años.
Los comentarios de Daly siguieron a los del presidente Jerome Powell, quien en un discurso pronunciado el 21 de marzo dijo que el comité de política monetaria debía actuar “con rapidez”, lo que mostró un tono más agresivo que el de su conferencia de prensa posterior a la reunión de unos días antes.
Lo repentino del cambio (la última escalada de la Fed desde que comenzó a dar señales de una política más estricta hacia finales del año pasado) deja la impresión de que los funcionarios están luchando para ponerse al día, dijo Derek Tang, economista de LH Meyer en Washington.
“Apuestan su nombre a que la inflación bajará en el segundo semestre”, dijo. Pero con el aumento de los precios de los alimentos y la energía en Ucrania y las cadenas de suministro de China aún más engarzadas por los confinamientos relacionados al Covid-19, “parece cada vez menos probable que eso vaya a suceder”.
Esa evaluación parece haber empujado el centro de gravedad del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por sus siglas en inglés) hacia una subida de medio punto en mayo. Los inversores se inclinan por esa apuesta en los mercados de futuros de tasas de interés, valorando alrededor de un 2,1% de endurecimiento más para el año en su conjunto, el equivalente a unas ocho subidas de un cuarto de punto en las seis reuniones restantes de este año.
Algunos en Wall Street esperan que la Fed vaya aún más rápido: Los economistas de Citigroup Inc. (C) han previsto cuatro subidas consecutivas de medio punto, seguidas de dos subidas de un cuarto de punto.
Lo que dice Bloomberg Economics...
El discurso de la Fed desde la reunión de marzo del FOMC ha confirmado una cosa: el FOMC habría subido las tasas de interés en 50 puntos básicos en marzo si Rusia no hubiera invadido Ucrania. La guerra ha exacerbado la inflación inmediatamente, pero el efecto amortiguador sobre el crecimiento de Estados Unidos o el mercado laboral aún no se ha manifestado.
Anna Wong, Yelena Shulyatyeva, Andrew Husby y Eliza Winger (economistas)
El presidente de la Fed de Minneapolis, Neel Kashkari, una de las últimas palomas (partidario de política monetaria expansiva; bajar las tasas para estimular a la economía), escribió el 18 de marzo un mea culpa clarificador en el que explicaba cómo habían evolucionado sus opiniones sobre la inflación y las tasas de interés.
Loretta Mester, la presidenta de la Fed de Cleveland que este año es miembro con derecho a voto del Comité Federal de Mercado Abierto, sugirió el 24 de febrero que esperaría hasta mediados de año para determinar si era necesario acelerar el ritmo de las tasas. Un mes más tarde dijo que le parecía “atractivo” adelantar algunas de las subidas de tasas “antes que después”.
“Cuando las cosas resultan diferentes de lo que uno preveía, uno admite que su previsión era errónea y se adapta”, dijo el ex vicepresidente de la Fed, Donald Kohn, que ahora es miembro senior de la Brookings Institution. “Se podría argumentar que el pronóstico era inusualmente erróneo y la adaptación ha tenido que ser inusualmente rápida y grande”.
Para ser justo con sus antiguos colegas, Kohn también señaló que no hay nada en la experiencia de la elaboración de políticas o previsiones recientes que se pueda comparar con la conmoción de la pandemia de Covid-19.
En ciclos anteriores, los funcionarios de la Fed tenían una confianza razonable en sus previsiones y en que la economía se comportaría como lo había hecho en el pasado. Ahora, dicen que están más allá de sus objetivos de máximo empleo y precios estables. Eso ha puesto a prueba sus previsiones: Si las pruebas demuestran que son erróneas, deben ajustar su política.
Michael Feroli, economista jefe de JPMorgan Chase & Co. (JPM) en Estados Unidos, dijo que la evidencia de un error se ha ido acumulando desde el verano boreal pasado.
Las autoridades esperaban que el tenso mercado laboral estadounidense se aflojara a medida que el virus se desvaneciera y las escuelas volvieran a abrir en septiembre, lo que permitiría a millones de personas volver a trabajar y aliviaría las presiones salariales.
Pero la tasa de participación de la población activa, que mide las personas que tienen un trabajo o están buscando uno, no aumentó tanto. Los precios de los bienes duraderos también siguieron subiendo, al igual que los indicadores de las presiones de precios subyacentes.
“La inflación, el mercado laboral y la evolución de los salarios echaron por tierra sus ideas antes del Día del Trabajo”, dijo Feroli.
Una de las razones por las que la Fed tardó en subir las tasas fue el nuevo marco político que adoptó en 2020, destinado a garantizar un pleno empleo amplio e inclusivo, que descartó subir las tasas de forma preventiva para mantener las presiones de los precios bajo control, lo que ha sido el reflejo de la Fed desde que el ex presidente Paul Volcker derrotó a la inflación en la década de 1980.
Feroli es uno de los muchos economistas que se preguntan si esa nueva estrategia, por la que mantuvo las tasas cerca de cero hasta alcanzar el pleno empleo, les ató innecesariamente las manos.
“Eso puede ser parte de lo que nos ha traído hasta aquí”, dijo.
Este artículo fue traducido por Andrea González