Bloomberg — Las conversaciones entre Rusia y Ucrania no lograron llegar a un acuerdo de alto el fuego, pero ofrecieron una posible vía para una primera reunión entre Vladimir Putin y Volodymyr Zelenskiy desde que el presidente ruso inició la guerra.
Zelenskiy ha pedido en repetidas ocasiones conversaciones directas con Putin para poner fin a la invasión de Rusia a Ucrania, sin éxito. Sin embargo, siguen existiendo obstáculos importantes para cualquier acuerdo que pueda poner fin al derramamiento de sangre, ya que cada uno tiene ideas muy diferentes sobre cómo sería un acuerdo.
El martes, en Estambul, los negociadores ucranianos afirmaron que buscaban garantías de seguridad para las zonas situadas fuera de Crimea, controlada por Rusia, y los territorios en manos de los separatistas, en una aparente concesión a Moscú destinada a allanar el camino para las conversaciones directas a nivel presidencial.
Rusia respondió con el anuncio de que reducía la actividad militar cerca de Kiev y de la ciudad de Chernihiv. Sin embargo, el avance de Rusia sobre la capital ya estaba estancado, y los esfuerzos diplomáticos y las propuestas anteriores, como los corredores humanitarios, han dado pocos resultados o se han desvanecido.
Las acciones subieron y el petróleo cayó ante los signos de optimismo que se desprenden de la primera ronda de negociaciones cara a cara en más de tres semanas. Sin embargo, la respuesta política fue escéptica.
“Está lo que Rusia dice y está lo que Rusia hace; nosotros nos centramos en lo segundo”, dijo el Secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, a los periodistas en Marruecos tras finalizar las conversaciones. “No hemos visto señales de seriedad real” por parte de Rusia para reducir la intensidad de la guerra, dijo.
Los combates continuaron mientras los negociadores se reunían en Estambul para mantener conversaciones auspiciadas por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, y se escucharon sirenas en toda Ucrania mientras las delegaciones informaban a los periodistas una vez que se separaron.
El negociador ucraniano Mykhailo Podolyak dijo que Kiev ha ofrecido discutir el estatus de Crimea, que fue tomada por Rusia en 2014 y ha sido ocupada desde entonces.
Ucrania ofrece un acuerdo a Rusia para que “las partes resuelvan las cuestiones relacionadas con Crimea y la ciudad de Sebastopol mediante negociaciones bilaterales”, dijo a los periodistas. Su compañero de negociaciones, David Arakhamiya, dijo que ambas partes habían “elaborado suficientes documentos” para una reunión entre ambos presidentes.
Transmisión a Putin
El negociador jefe ruso, Vladimir Medinsky, dijo que Moscú tomaría medidas para desescalar militar y políticamente. Añadió que Ucrania había presentado una posición clara que se transmitiría rápidamente a Putin para que diera una respuesta.
Rusia está dispuesta a ofrecer una reunión presidencial al mismo tiempo que los ministros de Asuntos Exteriores se reúnen para rubricar un acuerdo preliminar, dijo Medinsky. “Así, suponiendo que se trabaje rápidamente en un acuerdo y se encuentre el compromiso necesario, la posibilidad de alcanzar la paz estará mucho más cerca”, dijo en comentarios televisados.
El viceministro de Defensa, Alexander Fomin, dijo que las conversaciones “están entrando en el plano práctico” y que Rusia reduciría “radicalmente” las operaciones militares en las zonas de Kiev y Chernihiv en un esfuerzo por “aumentar la confianza mutua y crear las condiciones necesarias para llevar a cabo nuevas conversaciones y alcanzar el objetivo final de llegar a un acuerdo”.
Bombardeos rusos
Sin embargo, los negociadores no lograron llegar a un acuerdo sobre un alto el fuego temporal (el objetivo mínimo declarado por la parte ucraniana) ni sobre los corredores humanitarios. La oferta de Ucrania para discutir sobre Crimea era para un periodo de 15 años, y se acerca a la cuestión habiendo cedido el control de la península hace ocho años.
Incluso el anuncio de Moscú de una desescalada se vio atenuado por informes anteriores de retiradas rusas y por las afirmaciones ucranianas de que estaba retomando las ciudades capturadas por los rusos en las mismas zonas, lo que arroja dudas sobre si Rusia se toma en serio la negociación esta vez.
Las tropas rusas bombardearon la ciudad de Starokostyantyniv, al oeste de Kiev, destruyendo todos los almacenes de combustible, según dijo su alcalde el martes. También atacaron dos depósitos de combustible en la región occidental de Rivne. Anteriormente, las tropas rusas bombardearon un edificio de las autoridades locales en Mykolaiv, matando al menos a siete personas e hiriendo a 22.
La declaración de Rusia de sobre la reducción de las operaciones militares son “sólo palabras”, dijo Vadymy Denysenko, asesor del ministro del Interior, en una entrevista televisada. Los bombardeos rusos continúan cerca de Irpin, un suburbio de Kiev, y en Chernihov “la situación es extremadamente difícil”, dijo.
Garantías de seguridad
La cuestión de las garantías de seguridad tampoco es fácil de resolver. Zelenskiy ha indicado anteriormente que las ambiciones de Ucrania de entrar en la OTAN pueden ser poco realistas, yendo en la dirección de la demanda de Putin de que Ucrania sea neutral.
Pero su alternativa, que países como Turquía y Alemania podrían proporcionar algún tipo de garantía defensiva, sigue siendo vaga. Los aliados de la OTAN se han negado a enviar tropas o aviones a Ucrania, y no está claro cuál sería su respuesta a una propuesta de este tipo.
Arakhamiya dijo que el acuerdo debería ser algo así como el artículo 5 de la OTAN, que establece que un ataque a un miembro es un ataque a todos ellos, con un “mecanismo aún más estricto de activación”, desencadenando tres días de consultas “después de lo cual los países deben proporcionarnos ayuda.” Entre los garantes estarían los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, entre los que se encuentra Rusia.
“Insistimos en que es un acuerdo internacional, que será firmado por todos los garantes de la seguridad y ratificado”, dijo. “Queremos que sea un mecanismo internacional de garantías de seguridad concretas para Ucrania”.
Con la asistencia de Asli Kandemir y Burhan Yuksekkas.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.