Santiago — La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos celebra este domingo la 94ª edición de los Premios Oscar en el Dolby Theatre de Los Ángeles, California. Hugo Covarrubias (Santiago, 1977) es uno de los invitados a la ceremonia como director de Bestia, una producción chilena nominada como Mejor Cortometraje Animado. “No sabemos qué pasará si ganamos, estamos más conscientes de lo que pasará si no ganamos”, comenta a Bloomberg Línea.
La nominación fue sorprendente para el equipo detrás de Bestia. El corto animado nació de un proyecto sobre una serie de personajes menos conocidos de la historia chilena, entre ellos Ingrid Olderöck Bernhard, una ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA) durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). Al no contar con suficiente financiamiento, eligieron uno de los personajes para transformar en un cortometraje. Covarrubias dice que, personalmente se sintió atraído por la ex policía: “Ella representa y condensa todos los horrores ocurridos en la dictadura militar”.
El filme de stop motion, de 15 minutos, se sumerge en los desequilibrios psicológicos de la agente del servicio de seguridad, quien adiestró a perros para violar a prisioneros en centros de detención durante el régimen militar, según relatos de víctimas.
Sus desequilibrios mentales son narrados en una animación que carece de diálogos, y que en poco tiempo consiguió varios premios internacionales. Entre los admiradores de Bestia está Guillermo del Toro que, en el almuerzo en Los Ángeles con los nominados a los Oscar, le dijo a Covarrubias que el cortometraje era su favorito, mientras que Steven Spielberg se sacó una fotografía sosteniendo a la marioneta de Olderöck, que protagoniza el corto chileno.
La realización de la animación duró 3 años y medio, partiendo desde la preproducción y concluyendo en el estreno en Francia. Si esta noche no se llevan la estatuilla a Chile, Covarrubias dice que se centrarán en los siguientes festivales, pero no vaticina cómo reaccionará ante la opción de ganarse el Oscar.
La siguiente conversación fue editada por motivos de claridad y extensión.
Bloomberg Línea: ¿Cuál es la fortaleza que tiene Bestia para llevarse un Óscar?
La fortaleza es la diferenciación respecto a otros cortometrajes. Bestia es el único que habla de un tema importante a nivel social y político.
También la estética se diferencia con respecto al resto. Las (películas) de Pixar están trabajadas con estética que se había visto antes, pero Bestia se despega de eso. Se diferencia en términos de materialidad, estética narrativa y, desde ese punto de vista, nuestro corto es muy particular.
¿Cuánto cuesta, en términos monetarios, hacer un corto como Bestia? ¿Cómo fue el financiamiento de este corto?
Bestia costó alrededor de 100 mil dólares, quizás un poco menos, y fue financiado gracias a fondos gubernamentales como CORFO (Corporación de Fomento de la Producción) y el Fondo de Fomento Audiovisual. Son aportes estatales para proyectos que uno tiene que desarrollar y mandar para poder postular, y que entreguen ese financiamiento. Yo también invertí una cantidad de dinero para poder terminar el cortometraje y eso finalmente suma esta cantidad.
¿Cuál fue la mayor dificultad en el proceso de producción del cortometraje?
Tratar de condensar en solo 15 minutos 10 años de historia de la dictadura, donde esta mujer cometió todos estos hechos y también la ausencia de diálogos nos puso una dificultad que, en el fondo, fue una decisión estética para nosotros.
Para sostener la historia sin dialogo tuvimos que recurrir al gesto, a las actuaciones de los personajes, a la simbología, la visualidad. También la configuración de las escenas, el poder del guion, son muy importante en ese sentido. Por otra parte, la música, la sensación sonora en contraposición a la visualidad, son importantes para poder contar esta historia a través de las sensaciones, entre ellas la repulsión. Eso fue lo más complejo.
¿Le sorprende el éxito que ha tenido el corto?
Sí, ha superado todas las expectativas. Nunca imaginamos que el corto iba a llegar tan lejos, y que tendría esta cantidad de premios: 35, en total. Sumado a esta nominación (Oscar), que ya es como un premio, creo que sin duda superó todas las expectativas.
¿Qué lección deja Bestia a Chile en la actualidad?
Bestia es una nueva forma de hablar de temas políticos, abordado con otro tono y desde otro punto de vista, en este caso desde la psicología de personajes oscuros. No solamente desde las víctimas, sino también desde los victimarios. Creo que abordarlo desde ahí, obviamente, ha entregado un nuevo punto de vista y una nueva forma de contar este tipo de historias.
Por otro lado, es el rescate de la memoria al abordar este tipo de hechos, para que no vuelvan a ocurrir. También es una reivindicación de los derechos humanos en Chile que, en el fondo, se siguen violando hasta el día de hoy. Sin ser un cortometraje panfletario, lo que busca hacer es reflexionar acerca de cómo estas personas pueden llegar a transformarse en personajes tan oscuros y detestables, y con vidas tan deplorables, producto del sistema en el cual están involucrados como la policía secreta de la dictadura.
Usted mencionó que se seguirían violando derechos humanos en Chile. ¿A qué se refiere específicamente?
En el estallido social, que ocurrió en el año 2019, se violaron derechos humanos. Hubo manifestantes en ese estallido social con daños oculares y hasta el límite de dejar a muchos de ellos totalmente ciegos, con balazos en los ojos. También hubo torturas por parte de la policía y muertes, los derechos humanos fueron violados bajo cualquier punto de vista. Hubo violaciones sistemáticas a los derechos humanos en 2019, y sigue habiendo violaciones a los derechos humanos hasta el día de hoy en todo tipo de manifestaciones pacíficas que hay en Chile relacionadas a temas sociales y políticos.
¿En qué otros proyectos estás trabajando?
Tengo algunas ideas que no he podido desarrollar al cien por ciento porque Bestia ha tomado mucho tiempo en su distribución y difusión. Quiero hacer un nuevo cortometraje del tema de la maldad desde el punto de vista de los predadores, pero centrado en el extractivismo que existe en La Araucanía, en el sur de Chile; del conflicto mapuche, pero abordado desde los malos: las personas que extraen recursos naturales que provocan la degradación de la naturaleza y, finalmente, la existencia de un conflicto con los cuidadores de esas tierras que son nuestros ancestros mapuches.
También me gustaría hacer un largometraje, un poco autobiográfico. Más que hablar de mí sería de las cosas que vi cuando fui creciendo, desde niño hasta joven; y cómo una sociedad completa iba cambiando.
