Bloomberg — El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, acusó a Occidente de librar una “guerra híbrida, una guerra total” mediante sanciones contra su país. Los líderes europeos quieren “destruir, estrangular la economía rusa y a Rusia en su conjunto”, dijo Lavrov el viernes en una reunión del Fondo de Diplomacia Pública Gorchakov en Moscú.
Rusia no tiene intención de quedar aislada y tiene “muchos amigos, aliados, socios en el mundo” con los que seguirá trabajando, dijo Lavrov.
La declaración llega luego de que EE.UU. y la UE anunciaran un acuerdo para intentar impulsar el suministro de gas natural licuado a los países europeos para finales de 2022 con al menos 15.000 millones de metros cúbicos.
Europa importa la mayor parte del gas ruso a través de gasoductos, y sólo una pequeña parte llega en forma de GNL. Rusia envía unos 150.000 millones de metros cúbicos de gas a Europa a través de gasoductos, y sólo unos 14.000 a 18.000 millones en forma de GNL. Esto significa que cualquier interrupción de Rusia sería difícil de afrontar.
El ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, también reveló planes de reducción de las importaciones de combustibles fósiles rusos, que harían al país casi completamente independiente del gas de ese país para mediados de 2024, según un comunicado.
Otro ejemplo de la ruptura entre ambas partes se vio ilustrada este viernes cuando el servicio de trenes de pasajeros entre Helsinki y San Petersburgo dijo que finalizará el lunes “por el momento”, según informó la compañía ferroviaria estatal de Finlandia. Era el último enlace ferroviario que quedaba para los pasajeros entre Rusia y la Unión Europea.
La frontera de 1.300 kilómetros entre los dos países todavía se puede cruzar en coche. Decenas de miles de personas han abandonado Rusia desde la invasión de Ucrania, y muchas de ellas se han dirigido primero a los antiguos estados soviéticos, Oriente Medio y Turquía. La conexión ferroviaria de Helsinki fue considerada por muchos como la forma más fácil de llegar a Europa.