Bloomberg — En Nicaragua, los caficultores están reduciendo las compras de fertilizantes para poder llegar a fin de mes. En Guatemala, los productores están diluyendo los nutrientes para estirar los escasos suministros. Y en Costa Rica, los productores apuestan a que su suelo tiene suficientes nutrientes remanentes para llevarlos hasta la próxima temporada de siembra.
Los pequeños agricultores de algunas de las regiones productoras de café más ricas del mundo se esfuerzan por encontrar alternativas para contrarrestar el aumento de los costos de los fertilizantes, que amenazan sus medios de vida, e incluso se plantean medidas desesperadas que, en última instancia, podrían socavar el tan necesario repunte mundial de los suministros. Algunos están considerando los residuos orgánicos como un sustituto barato de los fertilizantes de nitrógeno, fósforo y potasa, a pesar de que tal medida podría reducir significativamente los rendimientos.
Los precios de los fertilizantes han saltado en todo el mundo debido a los problemas de suministro y producción, y la invasión de Rusia en Ucrania no ha hecho más que agravar la situación. Rusia y la vecina Bielorrusia se encuentran entre los principales proveedores mundiales de nutrientes para los cultivos. Los precios más altos se suman a la carga del aumento de los costos de los materiales agrícolas que están exprimiendo a los agricultores mientras la inflación de los alimentos se dispara a nuevas alturas. Y, como los precios del café van a la zaga de los costos de los insumos agrícolas, los pequeños productores de café se han vuelto especialmente vulnerables.
“La situación representa una mega emergencia para nuestros miembros”, dijo Fátima Ismael, gerente general de la cooperativa cafetera nicaragüense Soppexcca en Jinotega.
La cooperativa cuenta con 650 pequeños productores, de los cuales más de un tercio son mujeres, muchas de ellas madres solteras. Los miembros suelen comprar unas 800 toneladas de fertilizante al año, lo que les ayuda a cultivar suficientes granos de café para producir casi 17.000 sacos. Un saco equivale a 60 kilogramos (132 libras). Soppexcca espera ahora reducir a la mitad sus compras de nutrientes.
La cooperativa tiene un programa para ayudar a las mujeres a desarrollar huertos como complemento para alimentar a sus familias y vender el exceso de producción en los mercados locales, pero eso está en riesgo con los costos de los insumos para el cultivo y el combustible, que se han duplicado desde el año pasado.
“Es un gran revés para nuestras estrategias”, dijo Ismael. “Los productores están muy ansiosos, hay mucha incertidumbre”.
Los productores guatemaltecos están considerando aprovechar los materiales orgánicos de abono (incluyendo estiércol de pollo, residuos domésticos y pulpa de café) para reducir el uso de fertilizantes, según Juan Luis Barrios, productor y presidente de la Asociación Nacional del Café (Anacafé) del país. Otros están considerando el uso de nutrientes hidrosolubles de acción más rápida, que pueden tener menores beneficios económicos y resultados que varían de un productor a otro, dijo.
La industria cafetera de Costa Rica está examinando el contenido del suelo en las principales regiones productoras con la esperanza de reducir la necesidad de aplicar nutrientes en el terreno, según Xinia Chaves, directora ejecutiva del Instituto del Café de Costa Rica. Aun así, la insuficiencia de insumos reducirá el rendimiento de algunos productores y su competitividad, a la vez que aumentará las probabilidades de que se produzcan enfermedades de las plantas que prosperan en los climas tropicales, dijo.
El aumento de los costos está infligiendo “un golpe mental y económico a todo el mundo”, dijo Rodrigo Vargas, presidente de Doka Estate en Costa Rica. Su empresa necesita 1.400 toneladas de fertilizante para producir unos 40.000 sacos de café al año. Mezcla siete componentes para su fertilizante, que aplica cuatro veces al año. El precio de su fórmula se ha duplicado desde el año pasado, por lo que ahora está considerando una mezcla menos complicada, aunque sabe que podría perjudicar el rendimiento.
La producción mundial de café caerá un 2,1%, hasta los 167,2 millones de sacos, en la presente campaña, arrastrada por un descenso del 7,1% en los granos de arábica, según las últimas perspectivas de la Organización Internacional del Café. Los futuros del arábica de alta calidad preferido por las cadenas de café han subido un 78% en los últimos 12 meses, aunque los precios han variado poco desde principios de año.
El mercado del café empezará a entrar en pánico en el tercer trimestre, según Christian Wolthers, que dirige un importador con sede en Florida y tiene representantes en toda América Latina. Brasil, el principal productor de café y el mayor importador de nutrientes para los cultivos, sólo tiene suficiente suministro de fertilizantes para tres a seis meses, dijo.
Con la asistencia de Irina Anghel.
Este artículo fue traducido por Andrea González