Bloomberg Línea — Hace un mes, el presidente ruso Vladimir Putin anunció una “operación militar especial” en Ucrania que marcó el inició de la invasión a su vecino europeo, luego de meses de tensiones y de advertencias de Estados Unidos de que un conflicto entre ambas naciones cada vez era más inminente. La guerra del Kremlin trastornó aún más unos mercados que ya estaban bajo presión por el ritmo con el que se estaban reactivando las economías tras la pandemia, así como una crisis logística que afectaba a todas las industrias por igual.
El conflicto militar entre Kiev y Moscú no solo golpeó a dos de los principales productores de trigo, granos y petróleo del mundo, sino que ha tenido un impacto global. La reacción de Estados Unidos y sus aliados por la invasión no se hizo esperar, convirtiendo a Rusia en el país más sancionado del mundo. Las multinacionales abandonaron el país en masa, el bloqueo a gran parte del sistema financiero colapsó a la plaza bursátil local y buena parte de sus reservas permanecen congeladas.
Estos son los 10 gráficos que muestran cómo ha impactado la guerra en Ucrania a los mercados:
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La moneda de Rusia ha sentido las sanciones que han emitido en contra de Moscú, que además han limitado la posibilidad de que los operadores y el mismo gobierno puedan transar con dólares estadounidenses. La caída es tal que el rublo (RUB) es una de las más depreciadas en el mundo, con una caída de un 14,28% en el último mes. El retroceso es de más de un 20% en lo que va del año.
La cifra sería mayor si no se hubiera recuperado en las últimas horas después de la decisión del presidente Putin de exigir que los países utilicen la moneda local para las compras del gas natural ruso, a pesar de que aún no logra recuperar los niveles previos al inicio de la guerra.
El mercado bursátil se vio tan afectado que no pudo seguir operando. No solo se ha visto golpeado por la limitación que han sufrido las empresas, sino también porque todas las agencias de riesgo decidieron retirar de sus índices las acciones de Rusia e incluso rebajaron la calificación del país.
La bolsa de Moscú tardó casi un mes en reanudar sus operaciones, luego de que el 25 de febrero decidiera cerrarlas tras el inicio de la invasión y tras acumular un desplome de un 30%. Hoy volvió a operar y logró un alza superior a un 4%, aunque lo hizo con ciertas limitaciones establecidas por las autoridades.
Los precios del petróleo, que ya venían bajo presión, recibieron su impulso final luego de que el crudo ruso se viera afectado por las sanciones de Estados Unidos, pero también por el riesgo que representa que se corte el suministro del tercer productor mundial de esta materia prima.
El costo de un barril, tanto en la referencia WTI como en la del Brent, superó los US$100, una barrera que de todas formas ya se preveía romper a medida que el suministro de petróleo no iba al mismo ritmo de la reactivación de las economías tras la pandemia.
Si hay un activo refugio por naturaleza, ese es el oro y el comportamiento del precio lo ha vuelto a demostrar en la peor crisis que vive Europa desde la Segunda Guerra Mundial. El valor por onza también rompió la barrera de los US$2.000, algo que no sucedía desde 2020 cuando el mundo vivía el nerviosismo del avance de la pandemia.
El tono más agresivo de la Reserva Federal, que busca controlar la mayor inflación en cuatro décadas, junto con los mayores rendimientos de los bonos estadounidenses, también benefician el calificativo de refugio del metal.
Otro metal que se ha visto beneficiado por la crisis ha sido el cobre, fundamental para economías latinoamericanas como Chile y Perú. Sin embargo, la materia prima, al igual que otros productos básicos, también es vista como un activo refugio y los consumidores buscan abastecerse ante las fragilidades de la cadena de suministro, según explicó Diego Hernández, presidente de la Sociedad Nacional de Minería de Chile, a Bloomberg News.
El suministro también se vería afectado si el comité del cobre de la Bolsa de Metales de Londres decide finalmente prohibir nuevos suministros de metal ruso en la bolsa. Rusia es el séptimo mayor productor en el mundo y representa alrededor de un 4% de la producción mundial.
La volatilidad ha sido la regla en el mercado del níquel, un metal destinado a la fabricación de acero inoxidable, pero que también se utiliza en las baterías de autos. Rusia aporta alrededor de un 10% de la producción mundial y tiene en su país a Norilsk Nickel, con minas en el extremo norte de Siberia, que suministra alrededor de un 17% del metal que va para las baterías.
El mercado también se vio sacudido por las posiciones cortas del magnate chino Xiang Guangda, que ocasionaron un alza sin precedentes y obligaron a cerrar la negociación del níquel en la Bolsa de Metales de Londres (la cual se reanudó en los últimos días pero aún con extrema volatilidad y suspensiones tras la superación de límites diarios).
El bitcoin (XBT), la criptomoneda más grande por capitalización de mercado, ha sido promocionada por sus fanáticos como un activo refugio. Y, aunque su precio ha subido en el último mes, se ha estancado sobre los US$43.000, lejos del máximos histórico que alcanzó en noviembre del año pasado cuando superó los US$67.000. Este jueves veía un avance hasta casi US$44.000.
Al token digital también le ha jugado en contra que sus movimientos cada vez están más correlacionados al de los activos tradicionales, en un momento en el que los retrocesos en los mercados son la regla. “El bitcoin se mantiene por encima del nivel de US$40.000 y eso es algo bueno para los inversores a largo plazo. Debería seguir siendo una operación lateral hasta que Wall Street se decida si la renta variable puede seguir funcionando bien con toda la incertidumbre geopolítica que hay”, dijo Edward Moya, analista de Oanda.
Si hay algo que ha golpeado a todos los consumidores por igual, ha sido el precio de los alimentos, cada vez más costosos en medio de la crisis logística que ya golpeaba al mundo y el alza de las materias primas, desde el trigo hasta el petróleo.
El índice de precios de los alimentos, que sigue los cambios mensuales en los precios internacionales y es elaborado por la FAO de la ONU, promedió 140,7 puntos en febrero, un 3,9% más que en enero y un 24,1% por encima de su nivel del año anterior, según anunció el organismo adscrito a las Naciones Unidos. El impulso de los aceites vegetales y los productos lácteos llevaron al índice a un máximo histórico.
En medio del rally de las materias primas, las monedas de las economías latinoamericanas muestran un buen desempeño frente al dólar, a excepción de la economía argentina que históricamente ha sufrido la debilidad de su dinero.
Las divisas de la región se han convertido en uno de los destinos favoritos del capital extranjero en medio del repunte de los precios de los productos básicos, tasas de interés cada vez más altas para enfrentar la inflación y la visión de que los activos locales están subvaluados, según destacó Bloomberg News.
Todo este panorama terminará por impactar a las economías de América Latina, que ahora crecerán menos de lo que se pronosticaba previo a la guerra. Los analistas de Goldman Sachs (GS) pronostican un crecimiento real del PIB para las siete economías más grandes en un 1,8%, debajo del 2,1% previsto antes del conflicto en el este de Europa. Los dos principales países de la región solo crecerían un 0,6% (Brasil) y un 1,4% (México).
El FMI también se pronunció en el mismo sentido, a pesar de que aún no ha actualizado sus pronósticos de crecimiento. Para el organismo internacional, los altos precios de los productos básicos se podrían acelerar significativamente, lo que creará presiones en los bolsillos de los consumidores.