Bloomberg — La crisis inflacionaria que está golpeando a la economía rusa no tiene visos de remitir, y se extiende cada vez más a los productos básicos, desde las cebollas hasta el té, tras las interrupciones del suministro y el colapso del rublo que siguió a la invasión de Ucrania.
En una sola semana, el precio del azúcar aumentó hasta un 37,1% en algunas regiones rusas y subió casi un 14% en promedio en todo el país. Los precios al consumidor en general subieron un 1,93% en los siete días que terminaron el 18 de marzo, un poco menos que el 2,09% de la semana anterior, según informó el miércoles el Servicio Federal de Estadística.
La ola de pánico que se desató en Rusia tras la invasión a Ucrania a finales de febrero provocó inicialmente un espectacular aumento del coste de bienes duraderos como autos y televisiones. Sin embargo, el temor a que las penurias y la escasez se prolonguen está llevando a muchos consumidores a abastecerse de alimentos básicos y otros artículos de primera necesidad.
“La demanda interna caerá bruscamente”, dijo el Instituto de Finanzas Internacionales en un informe. “El impacto en las importaciones será mayor, ya que el rublo, significativamente más débil, hace subir los precios y tanto los hogares como las empresas tienen dificultades para adquirir suficientes divisas”.
La inflación está galopando hacia niveles no vistos en más de dos décadas, agravada por el éxodo de decenas de empresas extranjeras, desde fabricantes de automóviles hasta bancos, tras las sanciones internacionales impuestas a Rusia. Mientras tanto, el rublo ha perdido cerca de una cuarta parte de su valor frente al dólar en lo que va del año, disparando el coste de los productos importados.
Los economistas prevén una caída de dos dígitos en la producción este año, mientras que el colapso del rublo y la escasez de bienes pueden provocar una inflación de hasta el 25%, un nivel no visto en Rusia desde el impago de la deuda del gobierno en 1998.
Las expectativas de inflación, que son especialmente sensibles al aumento del coste de los alimentos, se dispararon al 18,3% en marzo, frente al 13,5% de febrero, según el Banco de Rusia.
El banco central mantuvo su tipo de interés clave sin cambios en el 20% la semana pasada y no espera alcanzar su objetivo de inflación del 4% hasta 2024.
“La economía rusa está entrando en la fase de una transformación estructural a gran escala, que irá acompañada de un periodo temporal pero inevitable de aumento de la inflación”, dijo.
Este artículo fue traducido por Estefanía Salinas Concha.