¿Colombia crecerá más de 5% en 2022?, petróleo dice sí, pero Putin dice no

La buena dinámica de precios del crudo podría sumar medio punto porcentual al PIB previsto, pero la guerra en Ucrania amenaza con echar todo por la borda

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Bogotá — En 2021 la economía colombiana sorprendió por su buen desempeño. El PIB creció 10,6% y superó la expectativa de todos los analistas. Para 2022 la proyección no era tan positiva por cuenta de la alta base de comparación (2021) sin embargo, la dinámica de los precios del petróleo está jugando del lado colombiano.

Analistas de Credicorp Capital sostienen que el resultado del 2021 fue notable ya que el país implementó uno de los paquetes fiscales más modestos para enfrentar la pandemia entre los mercados emergentes y no se permitieron retiros de fondos de pensiones.

El cierre del 2021 fue robusto en cuanto a las cifras macro, es por ello que esto, junto con el comportamiento todavía saludable de la mayoría de los indicadores adelantados en los primeros meses de este año, llevó a Credicorp Capital a aumentar recientemente nuestra estimación de crecimiento del PIB en 2022 desde 4% al 5.1%.

Pero el incremento no fue suficiente para reflejar el nuevo panorama al que se enfrenta Colombia. Incrementó su proyección de manera adicional, a 5.5%, como consecuencia de la subida de los precios del petróleo.

“Estimamos que un aumento de US$10 en el precio promedio del petróleo impacta en alrededor de 0.5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en el año coincidente y otros cerca de 1.5 puntos porcentuales en los próximos 12 meses”, explica Daniel Velandia, director de Investigaciones Económicas de la firma comisionista.

Añade que esto significa que “no incluimos todo el efecto potencial de los actuales precios del petróleo, ya que reconocemos que la economía mundial puede verse afectada gravemente si el conflicto entre Rusia y Ucrania se prolonga o se intensifica, mientras que una inflación interna elevada durante un periodo importante podría afectar fuertemente al consumo privado”.

Por otra parte, para Sergio Olarte, director de Investigaciones Económicas en Scotiabank Colpatria, los efectos Rusia e inversión petrolera termina contrarrestándose.

“Por ahora no estamos esperando ningún efecto material del PIB de Colombia por dos razones. Por un lado, sí se va a producir mayor inflación y esta seguramente va a reducir el ingreso disponible de las familias desacelerando un poco el consumo, pero por otro lado con un petróleo tan alto puede estimularse la inversión en minero-energéticos, y eso, mas o menos, se netea. Ahora, el sesgo es hacia la baja, es decir, si adicional por cuenta de un recrudecimiento de todo esto el apetito por riesgo de inversión disminuye, cosa que no está pasando aún, eso sí podría disminuir la entrada de capitales a Colombia reduciendo la posibilidad de financiar el déficit de cuenta corriente”.

Pero Credicorp considera que el escenario político local es una fuente relevante de incertidumbre. “En cualquier caso, el balance de riesgos parece inclinado al alza, al menos en el corto plazo. Asumimos una normalización del consumo privado este año, tras el ritmo récord observado en 2021, aunque seguirá siendo saludable gracias a la consolidación del proceso de reapertura, las elevadas remesas, la mejora gradual del mercado laboral y un mayor ingreso nacional”.

De igual forma, advierte que el consumo público se moderará dada la retirada en las medidas para hacer frente a la pandemia, pero una mayor ejecución de proyectos públicos en medio del actual periodo electoral hará que la inversión gane protagonismo en 2022.

Por su parte, las exportaciones y la inversión privada, que siguen rezagadas, continuarán con un proceso de recuperación gradual, aunque esta última estará limitada por la incertidumbre. Espera que el crecimiento del PIB sea de 3.5% en 2023.

Además, en las cuentas de Credicorp la disputa entre Rusia y Ucrania no solamente puede tener efectos sobre la economía global, sino que será determinante para la inflación en Colombia.

“Seguimos pronosticando que el pico de inflación se alcanzará entre marzo y abril y que después se producirá un proceso desinflacionario debido principalmente a un efecto estadístico, pero ahora prevemos que dicho pico será más alto (cerca de 8.3%), mientras que la desaceleración será más lenta que lo previsto anteriormente como consecuencia del aumento de los precios de las materias primas derivado del conflicto entre Rusia y Ucrania”, dice la firma. Para final de año ve el IPC en 6%.